01 Febrero 2017
NO FUE PENAL. Montaño, dueño de la ejecución larguísima del lateral que terminó en el 1-1 de Borja, supera a Luis Rodríguez, que cae al área grande de El Nacional. El simoqueño se levantó y no protestó. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La fiesta de su debut en la Copa Libertadores no pudo ser completa para Atlético. No ganó en casa frente a El Nacional, de Ecuador, en el duelo de ida de la fase 2 y el golpe dentro de la cancha porque los jugadores saben que dieron todo para lograr la victoria, pero no alcanzó. Por eso, desde los cuatro costados del Monumental los hinchas valoraron el esfuerzo. Fue un 2-2 con sabor a injusticia que complica el futuro pero no sepulta las esperanzas de seguir adelante.
Dos errores arruinaron el trabajo de toda una jornada en la que Atlético fue “Padre Coraje”. Como el cántaro, jamás se cansó de ir a la fuente, aunque no siempre lo haya hecho con criterio. Y cuando lo hizo, se topó con Johan Padilla, tan ancho y alto como el arco de calle Chile que custodió en el complemento.
El cotejo empezó completamente favorable al “Decano”. Pasadito el minuto de juego, Luis Rodríguez ganó una falta a 35 metros del arco. Ejecutó un tiro libre rasante y lineal que Fernando Zampedri desvió con inteligencia, cuando la pelota entró en el área grande. Sí, pasadito el minuto Atlético era amo y señor del partido. Para colmo, a la siguiente jugada “Pulguita” casi mete el 2-0 después de una buena acción colectiva. Padilla se hacía notar por primera vez en el Monumental.
De hecho, el 0-1 no era un mal resultado para los ecuatorianos. Así lo dejaron entrever entre caídas aparatosas y escenas de un Hollywood barato cuando caían tendidos al suelo, acusando faltas a su favor.
Siendo un boxeador con estilo, certero y movedizo en los contraataque enemigos, insólitamente, Atlético se nubló; quedó como turno en la neblina. Baches imprevistos hicieron que el equipo perdiera terreno y posesión.
Entonces animó a El Nacional, que se encontró con el primer milagro de la noche. En un lateral larguísimo, durmió Ignacio Canuto, salió tarde Cristian Lucchetti y salto olímpico mediante de Félix Borja, gol: 1-1. De no creer. Es más, primero Lucchetti y después Nery Leyes salvaron al “Decano” del 1-2, a segundos del empate.
A pesar del drama pos final del primer tiempo, en el que casi Atlético sufre una derrota parcial, además de haber lamentado un penal no cobrado a Guillermo Acosta (pudo ser el 2-0), despertó en el complemento y tomó las riendas del partido.
Las situaciones a su favor fueron apilándose hasta pasados los 30’, cuando llegó el merecido 2-1. Centro y cabezo de Zampedri a David Barbona: adentro y a festejar.
Sin embargo, el fuego enemigo volvió a lastimarlo por arriba. El espacio aéreo del “Decano” estuvo tan despejado que Bryan de Jesús llevó al Edén a su gente (2-2) y le sacó el dulce de la mano a Atlético. Que ahora deberá pensar en ganar el martes en la altura de Quito.
Dos errores arruinaron el trabajo de toda una jornada en la que Atlético fue “Padre Coraje”. Como el cántaro, jamás se cansó de ir a la fuente, aunque no siempre lo haya hecho con criterio. Y cuando lo hizo, se topó con Johan Padilla, tan ancho y alto como el arco de calle Chile que custodió en el complemento.
El cotejo empezó completamente favorable al “Decano”. Pasadito el minuto de juego, Luis Rodríguez ganó una falta a 35 metros del arco. Ejecutó un tiro libre rasante y lineal que Fernando Zampedri desvió con inteligencia, cuando la pelota entró en el área grande. Sí, pasadito el minuto Atlético era amo y señor del partido. Para colmo, a la siguiente jugada “Pulguita” casi mete el 2-0 después de una buena acción colectiva. Padilla se hacía notar por primera vez en el Monumental.
De hecho, el 0-1 no era un mal resultado para los ecuatorianos. Así lo dejaron entrever entre caídas aparatosas y escenas de un Hollywood barato cuando caían tendidos al suelo, acusando faltas a su favor.
Siendo un boxeador con estilo, certero y movedizo en los contraataque enemigos, insólitamente, Atlético se nubló; quedó como turno en la neblina. Baches imprevistos hicieron que el equipo perdiera terreno y posesión.
Entonces animó a El Nacional, que se encontró con el primer milagro de la noche. En un lateral larguísimo, durmió Ignacio Canuto, salió tarde Cristian Lucchetti y salto olímpico mediante de Félix Borja, gol: 1-1. De no creer. Es más, primero Lucchetti y después Nery Leyes salvaron al “Decano” del 1-2, a segundos del empate.
A pesar del drama pos final del primer tiempo, en el que casi Atlético sufre una derrota parcial, además de haber lamentado un penal no cobrado a Guillermo Acosta (pudo ser el 2-0), despertó en el complemento y tomó las riendas del partido.
Las situaciones a su favor fueron apilándose hasta pasados los 30’, cuando llegó el merecido 2-1. Centro y cabezo de Zampedri a David Barbona: adentro y a festejar.
Sin embargo, el fuego enemigo volvió a lastimarlo por arriba. El espacio aéreo del “Decano” estuvo tan despejado que Bryan de Jesús llevó al Edén a su gente (2-2) y le sacó el dulce de la mano a Atlético. Que ahora deberá pensar en ganar el martes en la altura de Quito.
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