28 Enero 2017
El orgullo de este padre que ahora sabe lo que es dividir el amor sin necesidad de que la balanza caiga en un lado u otro, hace que la sonrisa de Guillermo Acosta sea tan grande como su propia humanidad. En la semana previa al partido más importante de su carrera como futbolista, gozó de una de las mayores emociones de su existencia: fue papá de Olivia.
“Pesó 4,5 kilos”, cuenta “Bebé”, tan baboso como contento de saber que su nena llegó sana a este mundo, y que a su vez es uno de los protagonistas de Atlético en la Copa Libertadores.
Entonces, el de Banda del Río Salí planeó en su cabeza cómo hará un gol y cómo se lo dedicará a su hija recién nacida. Y en esa idea también participa Thiago, su hijo. Ambos quizás trabajaron en la idea de encontrar una coreografía pura y exclusiva de la nueva princesa de la casa. “Nació hermosa, grandecita”, dice Acosta y sueña despierto: “ojalá que venga con el pan bajo el brazo”.
“BB” ansía que su rezo signifique goles al por mayor de Atlético frente a El Nacional. “Siempre soñé con jugar en Primera, con poder hacer algo mejor en mi vida. Y ahora estamos por jugar la Copa Libertadores. Creo que ese es otro anhelo más cumplido para mí, porque antes la veía por TV”, dijo.
“Desde que supimos a qué equipo íbamos a enfrentar, siempre tuve la cabeza ahí, esperando jugar este partido”, reconoce el volante ofensivo, y avisa. “Tenemos que salir en nuestra casa a buscar una diferencia positiva, para después poder viajar más tranquilos, en el buen sentido de la palabra”.
Y según pasan los días la ansiedad toma otro color, pero Acosta asegura que no, que lo suyo y lo del grupo sigue ligado a la paz. Y también al amor en su caso, lo acepta, por la reciente llegada de Olivia que le movió el piso.
Mientras la previa al duelo de la fase 2 de la Copa Libertadores entra en su ocaso, los Acosta disfrutan de la luz de una nueva vida. Nada más.
Lo del partido con Racing, que significó el cierre del triangular “Copa Gobierno de Salta”, dejó más que buenas sensaciones en un cuerpo técnico que regresó feliz a Tucumán. Los suplentes pagaron con buenos ratos de fútbol, sobre todo David Barbona, autor del 1-1 final con la “Academia”, y José Méndez, la figura del “Decano” en “La Linda”.
Pero hubo más que destacar, y eso fue que después de muchísimo tiempo, de años quizás, el jueves por la noche debutaron dos jugadores de las inferiores en Primera: Tomás Cuello y Jonás Romero, ambos chicos de la cantera y que recién tienen 16 años. Y cumplieron.
Bienvenidos
Habiendo hecho los deberes, sobre todo pensando en la revancha del martes 7 de febrero, El Nacional, pisará hoy suelo tucumano, pasadas las 20. La agenda de los ecuatorianos aún carga con ciertos interrogantes en su logística: ¿dónde se entrenarán mañana? Todo apunta a que en el complejo de Ojo de Agua. El “Decano” le cederá una de sus canchas para trabajar allí. Será la penúltima práctica del equipo dirigido por el uruguayo Eduardo Favaro, que el lunes tendrá a disposición el Monumental.
“Pesó 4,5 kilos”, cuenta “Bebé”, tan baboso como contento de saber que su nena llegó sana a este mundo, y que a su vez es uno de los protagonistas de Atlético en la Copa Libertadores.
Entonces, el de Banda del Río Salí planeó en su cabeza cómo hará un gol y cómo se lo dedicará a su hija recién nacida. Y en esa idea también participa Thiago, su hijo. Ambos quizás trabajaron en la idea de encontrar una coreografía pura y exclusiva de la nueva princesa de la casa. “Nació hermosa, grandecita”, dice Acosta y sueña despierto: “ojalá que venga con el pan bajo el brazo”.
“BB” ansía que su rezo signifique goles al por mayor de Atlético frente a El Nacional. “Siempre soñé con jugar en Primera, con poder hacer algo mejor en mi vida. Y ahora estamos por jugar la Copa Libertadores. Creo que ese es otro anhelo más cumplido para mí, porque antes la veía por TV”, dijo.
“Desde que supimos a qué equipo íbamos a enfrentar, siempre tuve la cabeza ahí, esperando jugar este partido”, reconoce el volante ofensivo, y avisa. “Tenemos que salir en nuestra casa a buscar una diferencia positiva, para después poder viajar más tranquilos, en el buen sentido de la palabra”.
Y según pasan los días la ansiedad toma otro color, pero Acosta asegura que no, que lo suyo y lo del grupo sigue ligado a la paz. Y también al amor en su caso, lo acepta, por la reciente llegada de Olivia que le movió el piso.
Mientras la previa al duelo de la fase 2 de la Copa Libertadores entra en su ocaso, los Acosta disfrutan de la luz de una nueva vida. Nada más.
Lo del partido con Racing, que significó el cierre del triangular “Copa Gobierno de Salta”, dejó más que buenas sensaciones en un cuerpo técnico que regresó feliz a Tucumán. Los suplentes pagaron con buenos ratos de fútbol, sobre todo David Barbona, autor del 1-1 final con la “Academia”, y José Méndez, la figura del “Decano” en “La Linda”.
Pero hubo más que destacar, y eso fue que después de muchísimo tiempo, de años quizás, el jueves por la noche debutaron dos jugadores de las inferiores en Primera: Tomás Cuello y Jonás Romero, ambos chicos de la cantera y que recién tienen 16 años. Y cumplieron.
Bienvenidos
Habiendo hecho los deberes, sobre todo pensando en la revancha del martes 7 de febrero, El Nacional, pisará hoy suelo tucumano, pasadas las 20. La agenda de los ecuatorianos aún carga con ciertos interrogantes en su logística: ¿dónde se entrenarán mañana? Todo apunta a que en el complejo de Ojo de Agua. El “Decano” le cederá una de sus canchas para trabajar allí. Será la penúltima práctica del equipo dirigido por el uruguayo Eduardo Favaro, que el lunes tendrá a disposición el Monumental.
Temas
Guillermo Acosta
NOTICIAS RELACIONADAS