Historias de desencuentros para reír a carcajadas

Historias de desencuentros para reír a carcajadas

“La pasión de Fontanarrosa” reúne cuatro textos del escritor rosarino estructurados para tomarse un recreo de lo cotidiano

HINCHA COMPROMETIDO. Fabián Abraham compone a un fanático. foto gentileza silvina alfie HINCHA COMPROMETIDO. Fabián Abraham compone a un fanático. foto gentileza silvina alfie
27 Enero 2017
DOS FUNCIONES

• Hoy y mañana, a las 21, en el hotel Lunahuana de Tafí del Valle (avenida Gobernador Critto 540).

Roberto Fontanarrosa no era frío ni distante. Por el contrario, el escritor rosarino, fallecido en 2007, lo hacía desde sus grandes pasiones, y son ellas las que llegan a escena este fin de semana en el hotel Lunahuana de Tafí del Valle, donde se presentarán en formato teatral cuatro de sus historias.

“Es un creador convocante por sí mismo y nosotros lo encaramos desde la risa, porque las vacaciones es el momento de relajarse y de disfrutar. La puesta está pensada para la gente que busca un tiempo de esparcimiento, pero al mismo tiempo, te permite quedarte después charlando sobre lo visto”, afirma la productora de la gira, Judith Jamui.

En ese sentido, asegura que “el humor sana y te acompaña, aunque no te aleje de los problemas comunes; y el teatro te habilita a tomarte un recreo de esas cuestiones, porque te pone en pausa de las corridas diarias”. La obra está auspiciada por el Ente de Turismo, por lo que la entrada es libre y gratuita. Del viaje participan Guadalupe Rezzónico, Gustavo Fernández, Fabián Abraham, Enrique Martínez y Silvina Alfie, quien es la directora de la puesta.

“Este espectáculo lo hicimos mucho tiempo en Buenos Aires, y está integrado por tres historias y un monólogo: abordamos los textos ‘El mundo ha vivido equivocado’, ‘Una noche en lo de Nela y el Gordo’, ‘Una playa desierta’ y la pasional relación de un hincha con su equipo Rosario Central, en una final de campeonato de fútbol. En todos los casos son adaptaciones de los cuentos, y cada escena dura unos 20 minutos”, puntualiza.

La artista reivindica que las creaciones de Fontanarrosa, aparte de trabajar desde el humor, implican una profunda lectura de la condición humana y de los vínculos entre las personas, con un mensaje de fondo. “Hace un análisis muy interesante de la sociedad, dentro de un recorte determinado. Eso le permite hablar de la convivencia, del amor, de la amistad, de las distintas visiones sobre un mismo hecho. Las carcajadas que aparecen entre el público surgen de las identificaciones que se tienen con los personajes y con las situaciones, tanto por similitud como por oposición. En sus historias te pone unos anteojos que te permiten ver el mundo desde diferentes lugares y te permite llevarlas a cualquier sitio. Así cumplimos una suerte de homenaje a su obra, para lo cual tenemos la autorización de su familia”, señala.

El autor es uno de los más representandos en teatro sin haber escrito dramaturgia. “Es porque la descripción de sus personajes es muy detallista en sus gesticulación, su corporalidad y en sus formas de decir las cosas, y ya al leer sus cuentos se trasladás y los estás viendo en escena”, resalta.

Aparte de ser directora, Alfie es docente de teatro y tiene su propia escuela en la Capital Federal desde hace una década, con varios elencos que presentan distintas obras a lo largo de cada año. Los intérpretes de “La pasión de Fontanarrosa” son egresados de esa academia, y el año pasado presentaron “No tenemos cura”, “Inconexos” y “Los éxtimos”, con los que varían de estilos y géneros. Por ejemplo, la última obra surgió de una creación colectiva en la que se investigó sobre las relaciones de pareja. “Abordamos la cara más interna de lo íntimo, desde una puesta dramática en la cual trabajamos durante tres años”, señala Jamui.

El elenco se presentó la semana pasada en San Pedro de Colalao, en la reapertura del Teatro del Pueblo. “Fue una experiencia maravillosa; para nosotros es una gran alegría llevar teatro a lugares donde habitualmente no llega, porque nos permite construir una relación muy especial con el público, con la ilusión de que sea el comienzo de un ciclo que se repita todos los años. Y esperamos que ocurra lo mismo en Tafí del Valle, porque sin espectadores no hay buen teatro”, concluye.

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