12 Enero 2017
MÁS CANAS Y ARRUGAS. Obama cuando asumiera la presidencia en 2008, y en su último discurso en Chicago, donde se despidió del cargo. foto de archivo
WASHINGTON.- El presidente, Barack Obama, cerró en Chicago su círculo político, defendió su legado e instó a los estadounidenses a defender la democracia y creer en su capacidad para lograr el cambio, nueve días antes de ceder el mando al republicano Donald Trump. “Sí, podemos. Sí, lo hicimos”, dijo durante su discurso de despedida a los estadounidenses en el centro de convenciones McCormick Place, haciéndose eco de su eslogan de campaña presidencial de 2008.
Obama, que nació en Hawai, recordó que llegó a Chicago cuando tenía poco más de 20 años “tratando de averiguar” quién era y “todavía buscando un propósito en la vida”. Y que fue en las calles de Chicago donde trabajó como organizador vecinal con un grupo de iglesias para reconstruir las comunidades devastadas por el cierre de las plantas siderúrgicas.
“Es aquí donde aprendí que el cambio solo puede ocurrir cuando la gente se implica, se compromete y se une para pedirlo. Después de ocho años como vuestro presidente, todavía creo en ello”, dijo ante unas 20.000 personas.
Obama defendió su legado, el mismo que Trump ha prometido dilapidar, y aseguró que Estados Unidos “es un lugar mejor y más fuerte” que hace ocho años, cuando él llegó a la Casa Blanca.
En este sentido, explicó que si hace ocho años les hubiera dicho a los estadounidenses que iban a lograr revertir la gran recesión, salvar la industria automotriz, crear empleo, reanudar relaciones con Cuba, cerrar el programa nuclear de Irán “sin hacer un disparo”, acabar con Osama Bin Laden, aprobar el matrimonio homosexual y lograr seguro sanitario para 20 millones de estadounidenses, le hubieran dicho que se había puesto objetivos demasiado ambiciosos.
“Pero eso es lo que hicimos. Eso es lo que hemos hecho. Ustedes fueron el cambio. Ustedes respondieron a las esperanzas de la gente, y, gracias a ustedes, Estados Unidos es un lugar mejor y más fuerte que cuando empezamos”, afirmó en Chicago.
Obama reiteró su compromiso con un traspaso “pacífico” del poder “de un presidente libremente elegido al próximo”. “Le prometí al presidente electo Trump que mi administración garantizaría que la transición se efectuaría de la forma más suave posible, tal y como hizo el presidente (George W.) Bush para mí”, explicó.
Obama recordó que corresponde a todos los ciudadanos ser guardianes de la democracia y les instó a salir de sus “burbujas”, donde viven rodeados de personas que piensan como ellos. “La política es una batalla de ideas, por supuesto, un debate saludable”, recordó. “Nuestra democracia se ve amenazada si la damos por sentada”, dijo Obama en otro momento del discurso, que siguieron con atención el vicepresidente Joe Biden, la primera dama Michelle Obama y su hija Malia, quien lloró.
“Todos nosotros, independientemente del partido, debemos lanzarnos a la tarea de reconstruir nuestra instituciones democráticas”, añadió el presidente saliente. Obama recordó que, a pesar de las diferencias políticas, “todos compartimos el mismo orgulloso título: ciudadano”.
En su discurso de despedida a la nación, un emocionado Obama dio las gracias a los estadounidenses. “Cada día aprendo de ustedes. Me han hecho un mejor presidente y un mejor hombre”, aseguró el mandatario.
Obama no ha sido el primer presidente estadounidense en hacer un discurso de despedida al abandonar el puesto. El primero en hacerlo fue George Washington en 1796 antes de transferir el poder a su sucesor, John Adams; y el último, George W. Bush, quien en 2009 dijo adiós con un discurso en la Casa Blanca antes de dar el relevo a Obama. (DPA)
Obama, que nació en Hawai, recordó que llegó a Chicago cuando tenía poco más de 20 años “tratando de averiguar” quién era y “todavía buscando un propósito en la vida”. Y que fue en las calles de Chicago donde trabajó como organizador vecinal con un grupo de iglesias para reconstruir las comunidades devastadas por el cierre de las plantas siderúrgicas.
“Es aquí donde aprendí que el cambio solo puede ocurrir cuando la gente se implica, se compromete y se une para pedirlo. Después de ocho años como vuestro presidente, todavía creo en ello”, dijo ante unas 20.000 personas.
Obama defendió su legado, el mismo que Trump ha prometido dilapidar, y aseguró que Estados Unidos “es un lugar mejor y más fuerte” que hace ocho años, cuando él llegó a la Casa Blanca.
En este sentido, explicó que si hace ocho años les hubiera dicho a los estadounidenses que iban a lograr revertir la gran recesión, salvar la industria automotriz, crear empleo, reanudar relaciones con Cuba, cerrar el programa nuclear de Irán “sin hacer un disparo”, acabar con Osama Bin Laden, aprobar el matrimonio homosexual y lograr seguro sanitario para 20 millones de estadounidenses, le hubieran dicho que se había puesto objetivos demasiado ambiciosos.
“Pero eso es lo que hicimos. Eso es lo que hemos hecho. Ustedes fueron el cambio. Ustedes respondieron a las esperanzas de la gente, y, gracias a ustedes, Estados Unidos es un lugar mejor y más fuerte que cuando empezamos”, afirmó en Chicago.
Obama reiteró su compromiso con un traspaso “pacífico” del poder “de un presidente libremente elegido al próximo”. “Le prometí al presidente electo Trump que mi administración garantizaría que la transición se efectuaría de la forma más suave posible, tal y como hizo el presidente (George W.) Bush para mí”, explicó.
Obama recordó que corresponde a todos los ciudadanos ser guardianes de la democracia y les instó a salir de sus “burbujas”, donde viven rodeados de personas que piensan como ellos. “La política es una batalla de ideas, por supuesto, un debate saludable”, recordó. “Nuestra democracia se ve amenazada si la damos por sentada”, dijo Obama en otro momento del discurso, que siguieron con atención el vicepresidente Joe Biden, la primera dama Michelle Obama y su hija Malia, quien lloró.
“Todos nosotros, independientemente del partido, debemos lanzarnos a la tarea de reconstruir nuestra instituciones democráticas”, añadió el presidente saliente. Obama recordó que, a pesar de las diferencias políticas, “todos compartimos el mismo orgulloso título: ciudadano”.
En su discurso de despedida a la nación, un emocionado Obama dio las gracias a los estadounidenses. “Cada día aprendo de ustedes. Me han hecho un mejor presidente y un mejor hombre”, aseguró el mandatario.
Obama no ha sido el primer presidente estadounidense en hacer un discurso de despedida al abandonar el puesto. El primero en hacerlo fue George Washington en 1796 antes de transferir el poder a su sucesor, John Adams; y el último, George W. Bush, quien en 2009 dijo adiós con un discurso en la Casa Blanca antes de dar el relevo a Obama. (DPA)
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