05 Enero 2017
A COMPRAR. El Gobierno prepara iniciativas para apuntalar el gasto y lograr que la gente salga de la crisis. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ (archivo)
A pesar de todas las complicaciones vividas durante el 2016, la economía argentina ha comenzado el 2017 con un halo de esperanza. Según el último informe de la consultora Ecolatina, hay señales concretas de estabilización del nivel de actividad y de la inflación que permiten ser optimistas de cara al año que comienza. A esto se suma un exitoso blanqueo de capitales que aporta recursos fiscales adicionales claves para el año electoral.
Sin embargo, el contexto internacional luce desafiante para la Argentina. En primer lugar, el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos sacudió a los mercados financieros internacionales, acelerando la suba de las tasas de interés y apreciando la moneda de dicho país. “Esto es una mala noticia para nuestro país puesto que eleva el costo del financiamiento externo (necesario para cubrir el bache fiscal) y genera presiones a la depreciación de las monedas y las commodities”, señala el informe.
Además, pese a que el presidente electo norteamericano aún no asumió funciones, se descuenta que aplique un mayor proteccionismo afectando el comercio mundial. Por último, la recuperación prevista para 2017 en la economía brasileña va perdiendo fuerza producto del recrudecimiento de las tensiones políticas en Brasil.
“La ausencia de un contexto internacional favorable para nuestro país, implica que el impulso para que la economía mejore tendrá que venir necesariamente del frente interno. La variable clave que puede hacer la diferencia tanto en el plano económico como en el político es el consumo. Si esta variable no mejora es difícil que se concreten la mayoría de las inversiones ya que existe capacidad ociosa en muchos sectores productivos”, destaca Ecolatina. “Además, si el gasto de las familias no se recupera, es probable que el apoyo al gobierno en las urnas sea acotado, complicando los últimos dos años de gestión del actual mandato presidencial”, agrega.
La experiencia del 2016 muestra que si bien es importante incentivar la inversión, no se puede descuidar el consumo. “El Ejecutivo tomó nota de esta realidad y desde mediados de año comenzó a implementar medidas para amortiguar la caída de esta variable. Más aún, a fin de año implementó un paquete de estímulo para las fiestas que consistió en transferir recursos a las familias de menor poder adquisitivo.
Mejorar el ingreso
Está claro que el gobierno va a seguir apostando a la concreción de inversiones en 2017 (el año que viene estará vigente el régimen participación pública privada), pero -asegura la consultora- a diferencia de lo sucedido en 2016 va a promover iniciativas tendientes a apuntalar el consumo. Y en una economía transaccional con escasa profundidad del crédito, la clave para estimular el gasto de las familias pasa por mejorar el ingreso real de los hogares. “En este contexto esperamos que el Ejecutivo haga todo lo posible para que las paritarias superen a la inflación en 2017. En la práctica esto implica acotar la suba de los precios regulados y del tipo de cambio para profundizar la desinflación observada en los últimos meses del 2016”, enfatiza el informe. Asimismo, el desafío de la próxima negociación salarial pasa por morigerar las subas nominales de los salarios (que se negocie en base a la inflación futura y no el 40% de este año) pero garantizando que los aumentos conseguidos superen el alza de precios.
Más allá del cambio de Ministros, Ecolatina vaticina que el gasto público reforzará los ingresos de las familias el año que viene. “Los planes sociales y las jubilaciones están indexadas a la evolución pasada de ingresos nominales, por lo que un escenario de desinflación garantiza una mejora real de dichos beneficios. Además, en la medida que haya fondos, esperamos que el año que viene finalmente se concrete el impulso de la obra pública anunciado, lo que va a permitir recuperar buena parte de los puestos de trabajos perdidos en la construcción”, finaliza.
Sin embargo, el contexto internacional luce desafiante para la Argentina. En primer lugar, el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos sacudió a los mercados financieros internacionales, acelerando la suba de las tasas de interés y apreciando la moneda de dicho país. “Esto es una mala noticia para nuestro país puesto que eleva el costo del financiamiento externo (necesario para cubrir el bache fiscal) y genera presiones a la depreciación de las monedas y las commodities”, señala el informe.
Además, pese a que el presidente electo norteamericano aún no asumió funciones, se descuenta que aplique un mayor proteccionismo afectando el comercio mundial. Por último, la recuperación prevista para 2017 en la economía brasileña va perdiendo fuerza producto del recrudecimiento de las tensiones políticas en Brasil.
“La ausencia de un contexto internacional favorable para nuestro país, implica que el impulso para que la economía mejore tendrá que venir necesariamente del frente interno. La variable clave que puede hacer la diferencia tanto en el plano económico como en el político es el consumo. Si esta variable no mejora es difícil que se concreten la mayoría de las inversiones ya que existe capacidad ociosa en muchos sectores productivos”, destaca Ecolatina. “Además, si el gasto de las familias no se recupera, es probable que el apoyo al gobierno en las urnas sea acotado, complicando los últimos dos años de gestión del actual mandato presidencial”, agrega.
La experiencia del 2016 muestra que si bien es importante incentivar la inversión, no se puede descuidar el consumo. “El Ejecutivo tomó nota de esta realidad y desde mediados de año comenzó a implementar medidas para amortiguar la caída de esta variable. Más aún, a fin de año implementó un paquete de estímulo para las fiestas que consistió en transferir recursos a las familias de menor poder adquisitivo.
Mejorar el ingreso
Está claro que el gobierno va a seguir apostando a la concreción de inversiones en 2017 (el año que viene estará vigente el régimen participación pública privada), pero -asegura la consultora- a diferencia de lo sucedido en 2016 va a promover iniciativas tendientes a apuntalar el consumo. Y en una economía transaccional con escasa profundidad del crédito, la clave para estimular el gasto de las familias pasa por mejorar el ingreso real de los hogares. “En este contexto esperamos que el Ejecutivo haga todo lo posible para que las paritarias superen a la inflación en 2017. En la práctica esto implica acotar la suba de los precios regulados y del tipo de cambio para profundizar la desinflación observada en los últimos meses del 2016”, enfatiza el informe. Asimismo, el desafío de la próxima negociación salarial pasa por morigerar las subas nominales de los salarios (que se negocie en base a la inflación futura y no el 40% de este año) pero garantizando que los aumentos conseguidos superen el alza de precios.
Más allá del cambio de Ministros, Ecolatina vaticina que el gasto público reforzará los ingresos de las familias el año que viene. “Los planes sociales y las jubilaciones están indexadas a la evolución pasada de ingresos nominales, por lo que un escenario de desinflación garantiza una mejora real de dichos beneficios. Además, en la medida que haya fondos, esperamos que el año que viene finalmente se concrete el impulso de la obra pública anunciado, lo que va a permitir recuperar buena parte de los puestos de trabajos perdidos en la construcción”, finaliza.
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