05 Enero 2017
HOFER. El funcionario pidió educación y contención como una alternativa. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
A criterio del secretario de Seguridad Ciudadana de Tucumán, Paul Hofer, la intención que expresó el Gobierno de bajar la edad de imputabilidad es una medida demagógica y contraproducente. Según su opinión, lo que necesitan los jóvenes no es la cárcel sino educación y contención. Además, aclaró que si el proyecto llegara a aprobarse en el Congreso de la Nación, podría agravar la problemática de los adolescentes que delinquen, ya que hubo experiencias similares que fueron “desastrosas”.
“Hay que marcar una diferencia. Una cosa es la imputabilidad, que en Argentina es a partir de los 18 años, y otra es la culpabilidad, que es la responsabilidad penal por un hecho delictivo, que puede ser declarada desde los 16. Esto quiere decir que los chicos están a disposición de un juez, como corresponde”, distinguió Hofer en una conversación con LA GACETA. “Hay estudios científicos realizados en Estados Unidos que dicen que el encierro antes de los 18 no contribuye a la seguridad pública. Por el contrario, aseguran que sólo se logra agravar el sentido de no pertenencia de los jóvenes. Por otro lado están los tratados internacionales a los que adhirió Argentina, que tienen rango constitucional. Estamos hablando de argumentos científicos y jurídicos que irían en contra de la iniciativa”, manifestó.
Más allá de lo que dicen las leyes y los estudios, Hofer invitó a ver los resultados que se lograron en países que plantearon ese tipo de criterios legislativos. Según su versión, estas políticas se tomaron con el objetivo de bajar los índices de delitos cometidos por adolescentes, pero no hicieron más que aumentarlos.
“Los Maras (miembros de la pandilla Mara Salvatrucha que azota El Salvador, México y Estados Unidos) tomaron a todos estos jóvenes que no tenían contención en la familia y sufrían de adicciones, y les dieron un sentido de pertenencia. En la cárcel, estos chicos no sólo consolidaron su capacidad operativa para cometer delitos, sino también su lealtad al grupo. Son capaces de morir por los Maras. La experiencia fue desastrosa”, advirtió el funcionario del Gobierno de Juan Manzur.
Contra el encierro
Para el secretario, la solución para la problemática de los chicos que delinquen radica en dar más educación y contención. “La clave no es encerrarlos, es que el Estado les dé una respuesta. La otra es una medida demagógica y vacía. Alguien que sabe de seguridad no puede pretender la baja en la edad de imputabilidad. ¿Piensan que los menores en la cárcel se van a recuperar? Si se mete a los chicos en una celda con 16 años van a perfeccionar su capacidad delictiva; van a salir muy resentidos y pueden hacer cualquier cosa en el futuro”, opinó.
Aunque no facilitó las cifras, Hofer explicó que los números no avalan la necesidad de reformar la edad de imputabilidad. “Estuve revisando las estadísticas de los últimos tiempos y la verdad es que no se incrementaron los delitos cometidos por adolescentes. Y del total de hechos ilícitos que se registran en la provincia, los cometidos por adolescentes son una porción menor, no llegan al 10%. Lo que ocurre es que, cuando hay un chico involucrado en un delito como un homicidio o un robo agravado, inmediatamente se vuelve a caer en este debate. Es entendible el dolor de las víctimas, pero encerrar a los victimarios no es una solución”, manifestó.
Hofer aseguró que se inclina a pensar que no existen soluciones mágicas, sino que el delito merece un abordaje integral: “Alemania tiene mejores índices económicos que España, pero en cifras delictivas, ambos países están parejos. Los lugares donde cortan una mano por robar o existe la pena de muerte no necesariamente son los más seguros: Jamaica y Estados Unidos son ejemplo de esto. Y ni siquiera son más seguros los lugares donde más policías hay. Es un conjunto de factores”.
“Hay que marcar una diferencia. Una cosa es la imputabilidad, que en Argentina es a partir de los 18 años, y otra es la culpabilidad, que es la responsabilidad penal por un hecho delictivo, que puede ser declarada desde los 16. Esto quiere decir que los chicos están a disposición de un juez, como corresponde”, distinguió Hofer en una conversación con LA GACETA. “Hay estudios científicos realizados en Estados Unidos que dicen que el encierro antes de los 18 no contribuye a la seguridad pública. Por el contrario, aseguran que sólo se logra agravar el sentido de no pertenencia de los jóvenes. Por otro lado están los tratados internacionales a los que adhirió Argentina, que tienen rango constitucional. Estamos hablando de argumentos científicos y jurídicos que irían en contra de la iniciativa”, manifestó.
Más allá de lo que dicen las leyes y los estudios, Hofer invitó a ver los resultados que se lograron en países que plantearon ese tipo de criterios legislativos. Según su versión, estas políticas se tomaron con el objetivo de bajar los índices de delitos cometidos por adolescentes, pero no hicieron más que aumentarlos.
“Los Maras (miembros de la pandilla Mara Salvatrucha que azota El Salvador, México y Estados Unidos) tomaron a todos estos jóvenes que no tenían contención en la familia y sufrían de adicciones, y les dieron un sentido de pertenencia. En la cárcel, estos chicos no sólo consolidaron su capacidad operativa para cometer delitos, sino también su lealtad al grupo. Son capaces de morir por los Maras. La experiencia fue desastrosa”, advirtió el funcionario del Gobierno de Juan Manzur.
Contra el encierro
Para el secretario, la solución para la problemática de los chicos que delinquen radica en dar más educación y contención. “La clave no es encerrarlos, es que el Estado les dé una respuesta. La otra es una medida demagógica y vacía. Alguien que sabe de seguridad no puede pretender la baja en la edad de imputabilidad. ¿Piensan que los menores en la cárcel se van a recuperar? Si se mete a los chicos en una celda con 16 años van a perfeccionar su capacidad delictiva; van a salir muy resentidos y pueden hacer cualquier cosa en el futuro”, opinó.
Aunque no facilitó las cifras, Hofer explicó que los números no avalan la necesidad de reformar la edad de imputabilidad. “Estuve revisando las estadísticas de los últimos tiempos y la verdad es que no se incrementaron los delitos cometidos por adolescentes. Y del total de hechos ilícitos que se registran en la provincia, los cometidos por adolescentes son una porción menor, no llegan al 10%. Lo que ocurre es que, cuando hay un chico involucrado en un delito como un homicidio o un robo agravado, inmediatamente se vuelve a caer en este debate. Es entendible el dolor de las víctimas, pero encerrar a los victimarios no es una solución”, manifestó.
Hofer aseguró que se inclina a pensar que no existen soluciones mágicas, sino que el delito merece un abordaje integral: “Alemania tiene mejores índices económicos que España, pero en cifras delictivas, ambos países están parejos. Los lugares donde cortan una mano por robar o existe la pena de muerte no necesariamente son los más seguros: Jamaica y Estados Unidos son ejemplo de esto. Y ni siquiera son más seguros los lugares donde más policías hay. Es un conjunto de factores”.
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