La escasez de hombres, ¿mito o realidad?

No sabe exactamente lo que quiere, pero lo ansía con locura. En el último mes, Graciela P. (37 años, anestesióloga) ha visitado bares, boliches y pubs. Ha cruzado miradas, ha intercambiado mensajes por whatsapp. Y nada. Linda, con un buen empleo y un departamento que envidian todas sus amigas, dice: “quiero apostar a un proyecto de familia, pero no voy a hipotecar mi vida con cualquiera. Todavía no encontré al hombre de mi vida. Te juro que lo busco, pero de veras no hay alguien disponible que valga la pena”. Se ríe con timidez. Y confiesa que con el tiempo se volvió muy selectiva. ¿Las razones? “Me sobran. Tuve malas experiencias, desde toparme con casados, comprometidos y otros, tantos mentirosos”, describe.

Romina M. empezó a desesperarse cuando los 40 le golpearon la puerta. “Me pesa la soledad”, reconoce la licenciada en Fonoaudiología. Probó todo en busca de su eslabón perdido. Hasta experimentó por internet (“algo que nunca hubiera imaginado”, dice). “Así conocí a alguien que parecía el indicado. Inteligente, romántico, caballero. Me enamoré perdidamente”, detalla. ¿Final feliz? “No... me dejó de un día para otro. Me dijo que se le había acabado el amor. Fue como caerme de un precipicio, te juro. Ahora sigo esperando que llegue el amor, pero ya no me hago tantas ilusiones. ¿Qué pasa? ¡Acaso no hay hombres!”, resume.

Eso de que faltan varones es una queja que se ha vuelto cada vez más común, especialmente entre las que pasaron en soledad esa edad bisagra que son los 30. “Algo pasa, sobre todo en la franja que va desde los 30 y pico a los 50 años: en el mercado amoroso existe la percepción de que hay más oferta femenina que masculina”, comenta la sexóloga clínica y terapeuta de pareja, Amelia del Sueldo Padilla. ¿Será un mito o será realidad? En esta nota trataremos de averiguarlo.

Veamos qué dicen las estadísticas. Las mujeres son el 51% de la población argentina. En Tucumán, el 50,7%. Si no es tanta la diferencia, ¿por qué se cree que sobran mujeres o que escasean los hombres?

Un dato importante lo aporta Rogelio Cali, director de Epidemiología del Siprosa: los hombres se mueren de cualquier enfermedad más temprano que las mujeres.

Esto sucede, en parte, porque el modelo de género los impulsa a ellos a más situaciones de riesgo (Ver “Entre los 15 y los 44...”).

Al ver las estadísticas de la provincia queda en claro esta situación. Nacen más varones que mujeres. Hasta los 24 años ellos llevan la delantera. A partir de los 25 ellas son siempre más.

Números y algo más

Tras oír las recurrentes quejas de mujeres exitosas, inteligentes, guapas y sin pareja, el periodista económico y escritor estadounidense Jon Birger se preguntó: “¿por qué hay tantas mujeres fantásticas y solteras? ¿Dónde están todos los hombres fantásticos y solteros?”

El profesional utilizó su formación en economía, así como “una combinación de demografía, estadística, la teoría de juegos y el procesamiento de datos numéricos” para resumirlo en su libro ‘Date-onomics’: “El ‘déficit de hombres’ es real”.

Como conclusión, Birger sostuvo que no se trata de una desproporción general -ya que naturalmente nacen la misma cantidad de niños y niñas-, sino de una brecha entre mujeres y hombres con estudio.

En 2012, en Estados Unidos había 5,5 millones de profesionales universitarias versus 4,1 millones de hombres con ese nivel educativo. Esto significa que en ese grupo de solteros de entre 20 y 25 años hay cuatro féminas por cada tres hombres. “El último año en que se graduaron más varones fue 1981. Desde entonces la brecha educativa ha sido cada vez mayor. En 2023 se cree que será 47%”, explica el escritor en varios sitios web.

Asumiendo que las mujeres con estudios universitarios están buscando casarse con hombres que tengan esta misma característica, Birger dice que simplemente no hay suficientes hombres para esto.

“El hecho de no estar dispuestas a tener en cuenta a los hombres de clase trabajadora afecta a las mujeres de una manera que no afecta a los hombres”, explica. En su análisis, solo incluye datos de EE.UU.

Sin embargo, si echamos un vistazo a otros estudios, veremos que se podría llegar a una conclusión parecida en el caso de numerosas partes del mundo. Y Tucumán no tiene por qué ser la excepción. Veamos los últimos datos de la UNT: el año pasado se graduaron en la universidad un 42% más mujeres que hombres. Casi el doble.

Expertos

Siete mujeres por cada hombre. ¿Quién no ha escuchado ese mito alguna vez? Nada más errado, sostiene la demógrafa Nora Jarma. Aunque las féminas superan a los varones en sobrevida, no existe tal diferencia.

“Lo que existe en el fondo de esta cuestión es cultural”, advierte la terapeuta de pareja Del Sueldo. “Ellas dicen que los hombres no se bancan a la mujer independiente. La cosa es mucho más compleja”, sostiene.

Los nuevos tiempos, el creciente ingreso de la mujer a la universidad y al mercado laboral trajeron nuevos roles y también varios problemas.

Del Sueldo atiende en su consultorio a diario jóvenes de mediana edad, profesionales, que tienen muchos problemas para entablar relaciones amorosas. No cree que la cuestión sea la escasez de hombres, sino más bien la “cabeza” de estas mujeres.

“Les dijeron que el hombre que eligieran debía ser de mejor status en todo sentido. Como sociedad no estamos tan abiertos a la idea de casarnos con alguien diferente. ¿Qué hacemos entonces con los que nos gustan y no tienen dinero? ¿O el mismo nivel cultural? Al varón eso le preocupa mucho menos, si es poco ilustrada, pues que avance en ese tema si le interesa. De paso él no la eligió para hacer el trabajo final del doctorado. La sociedad le permite al hombre esa movilidad que a la mujer, no”, resalta.

“Cuando me piden ayuda, inmediatamente trato de que encuentren sentido a sus planteos. O sea, si sos abogada y te enamoraste de un plomero, yesero o carpintero, con quien tenés mucha piel ¿cuál es el problema? ¿Que no tiene la misma competencia intelectual? Pero puede ser una persona con proyectos o pueden tener proyectos en común”, señala.

La terapeuta sostiene que la historia de las mujeres está demasiado signada por los modelos machistas.

“En ese sentido, hay que reconocer que al hombre tampoco le gusta tanto que la mujer sea superior intelectualmente. En fin, son los modelos de machismo y patriarcado, tan metidos en la sociedad, los que llevan a la mujer a decir que no hay hombres. Sí los hay... y a montones”, resume.