Un Jesús al que se recibe con las costumbres y la cultura tucumanas

Un Jesús al que se recibe con las costumbres y la cultura tucumanas

Daniel Kili Lobo versiona el nacimiento del hijo de Dios con marionetas y música en vivo. “No está en el cielo, sino que hay que mirar al lado”.

ENTRE LOS CAÑAVERALES. La propuesta de “Pesebre zafrero” ambienta el nacimiento de Jesús en Tucumán. ENTRE LOS CAÑAVERALES. La propuesta de “Pesebre zafrero” ambienta el nacimiento de Jesús en Tucumán.
30 Diciembre 2016
Jesús nace en un “Pesebre zafrero”, en el campo tucumano. Su realidad estará marcada por ese contexto, en una puesta distinta, que permite al público aproximarse a la Navidad desde una visión localista y no a partir de las referencias de otros sitios del mundo.

Esta es la propuesta de la compañía teatro de títeres y marionetas La Feliz Comitiva que se verá por última vez hoy en La Gloriosa, con las actuaciones de Olga Isabel Sánchez, Enrique Eduardo Guevara, Héctor Rodolfo Lobo y Darío Diblasi, con el aporte musical de Nancy Pedro, Alejandro López Araujo y Topo Bejarano, encargados de interpretar fragmentos de “Jesucristo año 2000”, la composición de José Augusto Moreno y Pato Gentilini.

“Mi idea al escribir el ‘Pesebre zafrero’ fue hacer algo que se siembre y crezca en la cabeza y en el corazón de los tucumanos, que el pueblo se apropie y que se institucionalice. Espero que cada vez que llegue esta época tan significativa, el público vaya preparándose sabiendo que el ‘Pesebre zafrero’ se prepara para recibir, desde el teatro de títeres, al Cristo Dios que se encarna en la tierra, y no en cualquier lugar sino en uno que nos represente en nuestras costumbres, modismos y cultura como tucumanos”, le explica Daniel Kili Lobo a LA GACETA.

El autor y director de la obra reivindica su vigencia desde el punto de vista histórico: “por un lado, llama a la reflexión espiritual por la referencia general mundial; y por el otro, tiene que ver con la significación del hombre a través del trabajo y con nuestros ingenios cañeros, en cuyo entorno se han gestado historias, leyendas y situaciones que nos marcaron desde el sufrimiento”. “No hablo sólo del padecimiento del zafrero como trabajador, sino también el cierre y la demolición de ingenios de hace 50 años y las desapariciones durante la dictadura militar aprovechando el mito del perro familiar”, precisa.

En ese contexto, destaca que “la historia de Dios es una historia de esperanza, donde no se nos miente de que todo va a ser lindo, sino que también se entremezclan bonanzas con grandes tragedias; pero aún así al final nos quiere mostrar una realidad distinta y feliz”.

- ¿Tu versión permite apropiarse de la historia bíblica?

- Situar geográficamente la historia, más que apropiarse de ella, quiere significar que si Dios se hizo hombre en un lugar en particular es porque podría haber sucedido en cualquier otro. Se representa de esta manera la igualdad de toda la humanidad. Es lo que intento hacer, para que nos preguntemos ¿cómo sería si hubiera sido aquí? ¿O cómo sería si fuera ahora, en la actualidad? Reflexionar que Dios no tiene épocas y según las creencias es eterno y tan antiguo como actual.

- ¿Jesús está cerca de cada uno de nosotros?

- Quiero hacer comprender que existe Jesús Dios, el Jesús místico, pero por sobre todo el Jesús hombre que no está en el cielo; sólo hay que mirar a nuestro lado, al próximo que es el prójimo, para darnos cuenta de sus necesidades y de que estamos acá para dar y recibir amor.

- ¿El elenco es el mismo del año pasado?

- Sí. Conformé un elenco de titiriteros comprometidos con este arte, que reúne a distintos grupos de Tucumán. Hay miembros de Los Tucus, La Batea, el Elenco Estable de la Provincia y La Feliz Comitiva. También trabajo con extraordinarios y reconocidos músicos del ámbito local, que realizan un aporte en vivo de gran importancia. El público recibe la propuesta de una manera particular, contada y cantada.

- ¿Cuál es el balance del año para los titiriteros?

- Si se dependiera de las políticas de Estado, estaríamos para atrás desde lo que deseamos y necesitamos. Pero fue satisfactorio por el esfuerzo independiente. En lo personal, pude llevar adelante el segundo encuentro internacional de titiriteros en Amaicha del Valle, con la colaboración voluntaria de mucha gente, aunque me consta la cantidad de festivales independientes de teatro de títeres que no pudieron sostenerse por falta de apoyo y recursos. Tratamos de no bajar los brazos y no dejarnos vencer por la demagogia anti-arte.

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