23 Diciembre 2016
EL RIVAL EN ACCIÓN. Pese a que marcha sexto en el torneo, El Nacional suele hacerse fuerte de local en su estadio. studiofutbol.com.ec
Toda información sobre el rival o el lugar donde Atlético disputará apenas su segundo partido en la historia de la Copa Libertadores, sirve. Mucho más si proviene de un ex “Decano” que jugó más de tres años en Ecuador y conoce el estadio donde se disputará el partido de vuelta de la fase 2. Sergio Décima, que hasta hace poco estuvo dirigiendo a Atlético Concepción de Banda del Río Salí, brindó una radiografía de El Nacional, sus fortalezas, sus debilidades y su estadio.
El “Lobo” actuó en Atlético hasta 1991, y en Deportivo Cuenca entre 1993 y 1996. Visitó al menos dos veces por año el estadio Atahualpa, donde Pablo Lavallén y compañía definirán si Atlético sigue haciendo historia.
“El estadio es hermoso. Las dimensiones son parecidas, para que la gente se imagine, a las del mundialista de Mendoza. El césped es una mesa de billar y la pelota viaja muy rápido. Es muy linda para jugar, pero te quita piernas”, detalló Décima.
Una de las principales razones del desgaste físico es, como ya la mayoría sabe, la altitud. El estadio se encuentra en Quito, la capital de Ecuador, situada a casi 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar. “Lo que debería hacer Atlético es instalarse en Guayaquil, que es el llano, y viajar a Quito el mismo día de partido para no sentir los efectos de la altura. Si llegás el día antes te dan náuseas, dolores de cabeza, vómito... Es duro”, advirtió el “Lobo”, que pasó por todos esos estadios durante su etapa en Ecuador, hasta adaptarse. Los ecuatorianos, por su parte, no sólo están acostumbrados, sino que evolucionaron futbolísticamente.
“A mí me encantaba jugar en esa cancha. Además, otro dato a tener en cuenta para Atlético es que no tiene mucha hinchada. Si bien es un equipo con muchas participaciones en la Copa, fue fundado por los militares y a la mayoría de los partidos va poca gente”, agregó.
Las diferencias entre uno y otro equipo parecen ser varias y aquí saltan a la vista porque podrían tener injerencia. “Ellos tampoco saben a dónde van a jugar. Justamente, por lo que están acostumbrados a vivir, van a sentir la presión de la gente acá y el llano también. Para ellos es duro bajar de la altura. Sumado a que habrá más de 30.000 personas”, explicó el ahora entrenador.
Entonces, si Atlético le tiene mucho respeto a esos 2.800 metros de altitud, en Quito con seguridad tendrán cuidado del llano que representa la ciudad de San Miguel de Tucumán. “El calor tucumano también le puede ayudar a Atlético, así como ellos intentarán hacer valer el suyo. A la vuelta, seguro El Nacional programará la revancha por la tarde, para que Atlético lo sienta”, pronosticó.
El “Lobo” actuó en Atlético hasta 1991, y en Deportivo Cuenca entre 1993 y 1996. Visitó al menos dos veces por año el estadio Atahualpa, donde Pablo Lavallén y compañía definirán si Atlético sigue haciendo historia.
“El estadio es hermoso. Las dimensiones son parecidas, para que la gente se imagine, a las del mundialista de Mendoza. El césped es una mesa de billar y la pelota viaja muy rápido. Es muy linda para jugar, pero te quita piernas”, detalló Décima.
Una de las principales razones del desgaste físico es, como ya la mayoría sabe, la altitud. El estadio se encuentra en Quito, la capital de Ecuador, situada a casi 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar. “Lo que debería hacer Atlético es instalarse en Guayaquil, que es el llano, y viajar a Quito el mismo día de partido para no sentir los efectos de la altura. Si llegás el día antes te dan náuseas, dolores de cabeza, vómito... Es duro”, advirtió el “Lobo”, que pasó por todos esos estadios durante su etapa en Ecuador, hasta adaptarse. Los ecuatorianos, por su parte, no sólo están acostumbrados, sino que evolucionaron futbolísticamente.
“A mí me encantaba jugar en esa cancha. Además, otro dato a tener en cuenta para Atlético es que no tiene mucha hinchada. Si bien es un equipo con muchas participaciones en la Copa, fue fundado por los militares y a la mayoría de los partidos va poca gente”, agregó.
Las diferencias entre uno y otro equipo parecen ser varias y aquí saltan a la vista porque podrían tener injerencia. “Ellos tampoco saben a dónde van a jugar. Justamente, por lo que están acostumbrados a vivir, van a sentir la presión de la gente acá y el llano también. Para ellos es duro bajar de la altura. Sumado a que habrá más de 30.000 personas”, explicó el ahora entrenador.
Entonces, si Atlético le tiene mucho respeto a esos 2.800 metros de altitud, en Quito con seguridad tendrán cuidado del llano que representa la ciudad de San Miguel de Tucumán. “El calor tucumano también le puede ayudar a Atlético, así como ellos intentarán hacer valer el suyo. A la vuelta, seguro El Nacional programará la revancha por la tarde, para que Atlético lo sienta”, pronosticó.
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