María Jesús Rivero, será juzgada -esta vez en el fuero federal- por segunda vez y por los mismos motivos por los que fue perseguida, juzgada y absuelta por la Cámara Penal de la Sala II de la Justicia ordinaria.
Este fallo fue ratificado posteriormente por la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, y las resoluciones de los jueces en ese momento fueron consentidas por la señora querellante Susana Trimarco. Desde mi lugar, respeto el dolor y la lucha de esa mujer, pero con sus influencias políticas no hizo más que impulsar esta doble persecución que viola el principio constitucional y convencional ne bis in ídem.
Este principio postula que está prohibido perseguir a una persona dos veces por lo mismo, y es lo que está ocurriendo ahora. El motivo actual de la acusación es el lavado de activos, y para que este delito prospere en una condena, debe existir un delito precedente; en este juicio, el Ministerio Público la acusa de trata de personas.
En el caso particular de mi defendida, ella ya fue absuelta por dos tribunales colegiados provinciales, no tan sólo por la desaparición de María de Angeles Verón, sino también por el delito en sí mismo. Entonces esta instancia es una reedición de la causa provincial traída al fuero federal que fue creada con artilugios legales, jurídicos y conexiones políticas, gracias a que los jueces de Instrucción fueron permeables a las presiones del poder político. Confío en el que el Tribunal Oral Federal sabrá hacer justicia y absolver a mi defendida, una vez más.