10 Diciembre 2016
El proyecto de modificación del impuesto a las Ganancias aprobado el martes por la Cámara de Diputados a instancias de la oposición, no sólo se traduce en un mayor costo fiscal para el sector público, sino que además implica un retroceso en la equidad y progresividad del impuesto. Asi lo sostiene un estudio realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) que lleva la firma de Andres Mir.
En el trabajo, la entidad asegura que las modificaciones propuestas son inconvenientes porque, una vez más -y como ya sucedió en el gobierno anterior-, se privilegió a la exclusión de la mayor parte de los trabajadores dependientes del ámbito del impuesto mediante un fuerte ajuste de las deducciones. “Esto se hace a costa de los trabajadores dependientes que quedan alcanzados por el impuesto y de la totalidad de los trabajadores autónomos. Esto es así toda vez que el ajuste de los tramos de escala propuesto por el proyecto opositor aprobado, es mucho menor al propuesto en el proyecto presentado por el gobierno si se contemplan los tres años abarcados”, asegura. En consecuencia, se fomenta la “grieta de los contribuyentes del impuesto a las ganancias”. Esto es: o bien no se tributa, o bien si se tributa se lo hace rápidamente en porcentajes significativos del ingreso. “Esta situación va a contramano de lo que ocurre en todos los demás países, incluso los de la región (Uruguay, Chile, Colombia o Perú), en los cuales se empieza a tributar desde niveles de ingresos menores pero las alícuotas efectivas para los ingresos medios son sustancialmente menores a las que regirían en Argentina de convertirse este proyecto en ley”, argumenta.
En consecuencia, enfatiza Iaraf, la proclamada progresividad que se le asigna al proyecto en el sentido de que “paguen más los que más ganan” es dudosa.
Los incrementos
Al menos en lo referido al impuesto a las ganancias de personas físicas, el proyecto supone mantener incrementos de presión tributaria mucho más significativos para los niveles de ingresos medios, que para los niveles de ingresos altos. “Es más, en el proyecto aprobado aparece ‘la fórmula progresiva’, verdadero engendro fiscal que, además de su dificultad de cálculo implica un mínimo específico para cada trabajador, y además variable cada mes que el mismo reciba un modificación de sus remuneraciones. Esta diversidad de mínimos y la segmentación que supone no existen en la legislación de ningún país significativo, y hace quedar a la denostada ‘tablita de Machinea’ como una medida plausible en comparación a la situación actualmente propuesta. En materia tributaria la simplicidad es un valor recomendable, algo que evidentemente ha sido obviado en el proyecto aprobado”, indica.
Entre las conclusiones del trabajo, Iaraf consigna que el proyecto de la oposición excluye a una mayor cantidad de trabajadores del impuesto y supone una obligación tributaria solo “testimonial” para niveles salariales de hasta $ 50.000 en el caso de los casados con dos hijos, y de $ 35.000 para los solteros. “Desde esos valores los niveles de presión tributaria rápidamente crecen en forma exponencial. Por ejemplo mientras un trabajador casado con dos hijos de ingresos mensuales brutos de $ 50.000 abona en concepto de impuesto a las ganancias el 0,83% de su ingreso neto, otro de ingresos mensuales de $ 60.000 abona en concepto de impuesto a las ganancias el 7,1% de su ingreso neto, en consecuencia el impuesto a las ganancias le habrá cercenado el 50% de su mayor salario, si se considera el sueldo final de bolsillo”.
Más perjudicial
En este sentido, insistió con la idea de que el proyecto del gobierno implicaba la existencia de un mayor número de trabajadores alcanzados por el impuesto, aunque con tasas efectivas muy reducidas. Así, trabajadores que no tributarían conforme al proyecto de la oposición, resignarían solamente entre el 1% y el 3% de su ingreso neto según el proyecto del gobierno. “Si se analizan los niveles de ingresos medios para este universo (es decir entre $50.000 y $ 100.000 de ingreso bruto mensual promedio) el proyecto de la oposición termina siendo más perjudicial, sobre todo si se consideran los tres años de ajuste gradual de los tramos de escala que contemplaba el proyecto oficial. Esto es así porque en el proyecto aprobado la actualización de los tramos de escala termina siendo significativamente menor”, dice.
Finalmente Iaraf calcula que el costo fiscal del proyecto aprobado por la oposición es significativamente superior al del gobierno y estimó esa diferencia en por los menos $ 40.000 millones adicionales. “En la Cámara de Diputados en vez de centrarse en mejorar y complementar el proyecto presentado por el Gobieno, se procedió a la aprobación de otra alternativa de neto corte populista, que además mantiene el impuesto en la senda distorsiva generada por el anterior gobierno”, concluye.
En el trabajo, la entidad asegura que las modificaciones propuestas son inconvenientes porque, una vez más -y como ya sucedió en el gobierno anterior-, se privilegió a la exclusión de la mayor parte de los trabajadores dependientes del ámbito del impuesto mediante un fuerte ajuste de las deducciones. “Esto se hace a costa de los trabajadores dependientes que quedan alcanzados por el impuesto y de la totalidad de los trabajadores autónomos. Esto es así toda vez que el ajuste de los tramos de escala propuesto por el proyecto opositor aprobado, es mucho menor al propuesto en el proyecto presentado por el gobierno si se contemplan los tres años abarcados”, asegura. En consecuencia, se fomenta la “grieta de los contribuyentes del impuesto a las ganancias”. Esto es: o bien no se tributa, o bien si se tributa se lo hace rápidamente en porcentajes significativos del ingreso. “Esta situación va a contramano de lo que ocurre en todos los demás países, incluso los de la región (Uruguay, Chile, Colombia o Perú), en los cuales se empieza a tributar desde niveles de ingresos menores pero las alícuotas efectivas para los ingresos medios son sustancialmente menores a las que regirían en Argentina de convertirse este proyecto en ley”, argumenta.
En consecuencia, enfatiza Iaraf, la proclamada progresividad que se le asigna al proyecto en el sentido de que “paguen más los que más ganan” es dudosa.
Los incrementos
Al menos en lo referido al impuesto a las ganancias de personas físicas, el proyecto supone mantener incrementos de presión tributaria mucho más significativos para los niveles de ingresos medios, que para los niveles de ingresos altos. “Es más, en el proyecto aprobado aparece ‘la fórmula progresiva’, verdadero engendro fiscal que, además de su dificultad de cálculo implica un mínimo específico para cada trabajador, y además variable cada mes que el mismo reciba un modificación de sus remuneraciones. Esta diversidad de mínimos y la segmentación que supone no existen en la legislación de ningún país significativo, y hace quedar a la denostada ‘tablita de Machinea’ como una medida plausible en comparación a la situación actualmente propuesta. En materia tributaria la simplicidad es un valor recomendable, algo que evidentemente ha sido obviado en el proyecto aprobado”, indica.
Entre las conclusiones del trabajo, Iaraf consigna que el proyecto de la oposición excluye a una mayor cantidad de trabajadores del impuesto y supone una obligación tributaria solo “testimonial” para niveles salariales de hasta $ 50.000 en el caso de los casados con dos hijos, y de $ 35.000 para los solteros. “Desde esos valores los niveles de presión tributaria rápidamente crecen en forma exponencial. Por ejemplo mientras un trabajador casado con dos hijos de ingresos mensuales brutos de $ 50.000 abona en concepto de impuesto a las ganancias el 0,83% de su ingreso neto, otro de ingresos mensuales de $ 60.000 abona en concepto de impuesto a las ganancias el 7,1% de su ingreso neto, en consecuencia el impuesto a las ganancias le habrá cercenado el 50% de su mayor salario, si se considera el sueldo final de bolsillo”.
Más perjudicial
En este sentido, insistió con la idea de que el proyecto del gobierno implicaba la existencia de un mayor número de trabajadores alcanzados por el impuesto, aunque con tasas efectivas muy reducidas. Así, trabajadores que no tributarían conforme al proyecto de la oposición, resignarían solamente entre el 1% y el 3% de su ingreso neto según el proyecto del gobierno. “Si se analizan los niveles de ingresos medios para este universo (es decir entre $50.000 y $ 100.000 de ingreso bruto mensual promedio) el proyecto de la oposición termina siendo más perjudicial, sobre todo si se consideran los tres años de ajuste gradual de los tramos de escala que contemplaba el proyecto oficial. Esto es así porque en el proyecto aprobado la actualización de los tramos de escala termina siendo significativamente menor”, dice.
Finalmente Iaraf calcula que el costo fiscal del proyecto aprobado por la oposición es significativamente superior al del gobierno y estimó esa diferencia en por los menos $ 40.000 millones adicionales. “En la Cámara de Diputados en vez de centrarse en mejorar y complementar el proyecto presentado por el Gobieno, se procedió a la aprobación de otra alternativa de neto corte populista, que además mantiene el impuesto en la senda distorsiva generada por el anterior gobierno”, concluye.
NOTICIAS RELACIONADAS