06 Diciembre 2016
Maximiliano Rodríguez esperaba que el primer semestre de San Martín en la B Nacional termine cuanto antes. Estaba agobiado por esos obstáculos que se transformaron en algo natural en su carrera. Pero antes del receso por las fiestas de fin de año, encontró un motivo para sonreír.
La recuperación de su hijo Tiziano, que padeció un problema de salud, había sido su prioridad durante la segunda mitad de 2016. “Maxi” había tenido que dejar la pretemporada para enfocarse en ayudar a su hijo. Estuvo a su lado hasta que el pequeño logró dejar atrás el mal trance, retomando las prácticas con el torneo iniciado.
Pero eso no fue todo. Cuando estaba alcanzando su mejor versión y la vuelta a las canchas parecía cercana, un desgarro lo relegó una vez más. “No fueron los seis meses que esperaba. Luego del ascenso soñaba con al diferente. Pasé momentos feos, pero no queda otra que seguir metiéndole para adelante”, explicó el volante central en un mano a mano con LG Deportiva luego de la primera sesión semanal del plantel “santo”.
Sin Agustín Briones (suspendido por llegar a la quinta amarilla), ni César Abregú (se recupera de un esguince de rodilla y dentro de una semana podría volver a trabajar con normalidad), el nacido en Famaillá aparece como opción firme para jugar de movida el viernes a las 17 contra Flandria, duelo que será dirigido por Ramiro López.
“Sé que debo esperar qué decide el cuerpo técnico. Pero si me toca estar voy a tratar de hacer las cosas bien como lo venían haciendo Agustín y César”, señaló el futbolista que ansía volver a sentirse pleno. “Quiero recuperar la confianza en mí mismo, principalmente. No hice una buena pretemporada y casi que no me tocó jugar en lo que va del torneo. Pero estoy bien y quiero aportar para que el equipo termine el año de la mejor forma, que es el objetivo a corto plazo que tenemos”.
Rodríguez vio desde afuera la mayoría de los partidos que jugó San Martín en su regreso a la Primera B Nacional. Si bien es algo que no le hizo demasiado gracia, le sirvió para analizar de manera diferente el rendimiento de sus compañeros. “El equipo viene muy bien. Tuvimos un arranque que no fue bueno, pero nos acomodamos y venimos cada vez mejor. Lamentablemente, el sábado dejamos crecer a un rival que estaba para liquidarlo. Hoy (por ayer) lo hablábamos con los ‘profes’ y nos faltó tranquilidad para sellar el resultado”, aseguró Rodríguez, que se muere por volver a estar en una cancha. “Quiero jugar. Pasé momentos muy malos durante mi carrera y hasta llegué a pensar por qué todo me tocaba a mí. Por suerte, Dios me dio fuerzas para superar los obstáculos y dejó siempre lo mejor para el final. Dios quiera que así sea esta vez también”, concluyó.
La recuperación de su hijo Tiziano, que padeció un problema de salud, había sido su prioridad durante la segunda mitad de 2016. “Maxi” había tenido que dejar la pretemporada para enfocarse en ayudar a su hijo. Estuvo a su lado hasta que el pequeño logró dejar atrás el mal trance, retomando las prácticas con el torneo iniciado.
Pero eso no fue todo. Cuando estaba alcanzando su mejor versión y la vuelta a las canchas parecía cercana, un desgarro lo relegó una vez más. “No fueron los seis meses que esperaba. Luego del ascenso soñaba con al diferente. Pasé momentos feos, pero no queda otra que seguir metiéndole para adelante”, explicó el volante central en un mano a mano con LG Deportiva luego de la primera sesión semanal del plantel “santo”.
Sin Agustín Briones (suspendido por llegar a la quinta amarilla), ni César Abregú (se recupera de un esguince de rodilla y dentro de una semana podría volver a trabajar con normalidad), el nacido en Famaillá aparece como opción firme para jugar de movida el viernes a las 17 contra Flandria, duelo que será dirigido por Ramiro López.
“Sé que debo esperar qué decide el cuerpo técnico. Pero si me toca estar voy a tratar de hacer las cosas bien como lo venían haciendo Agustín y César”, señaló el futbolista que ansía volver a sentirse pleno. “Quiero recuperar la confianza en mí mismo, principalmente. No hice una buena pretemporada y casi que no me tocó jugar en lo que va del torneo. Pero estoy bien y quiero aportar para que el equipo termine el año de la mejor forma, que es el objetivo a corto plazo que tenemos”.
Rodríguez vio desde afuera la mayoría de los partidos que jugó San Martín en su regreso a la Primera B Nacional. Si bien es algo que no le hizo demasiado gracia, le sirvió para analizar de manera diferente el rendimiento de sus compañeros. “El equipo viene muy bien. Tuvimos un arranque que no fue bueno, pero nos acomodamos y venimos cada vez mejor. Lamentablemente, el sábado dejamos crecer a un rival que estaba para liquidarlo. Hoy (por ayer) lo hablábamos con los ‘profes’ y nos faltó tranquilidad para sellar el resultado”, aseguró Rodríguez, que se muere por volver a estar en una cancha. “Quiero jugar. Pasé momentos muy malos durante mi carrera y hasta llegué a pensar por qué todo me tocaba a mí. Por suerte, Dios me dio fuerzas para superar los obstáculos y dejó siempre lo mejor para el final. Dios quiera que así sea esta vez también”, concluyó.
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