06 Diciembre 2016
EL CORTE. La obra promete solucionar las interrupciones en el suministro de agua potable de muchos vecinos. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
Sus palabras fueron -tal vez- más elocuentes que las de los políticos. Con su pelo largo recogido con una gomilla, su camisa arremangada y sus anteojos oscuros, Patricio Smitsaart contrastaba con el resto de las personas. “Hemos llegado a estar 45 días sin agua. ¡45 días!”, le dijo a Daniel Chain, el secretario de Obras Públicas de la Nación. El funcionario le puso una mano sobre el hombro y desanudaron la cinta que inauguraba un sistema de mejoramiento de distribución del agua potable en El Corte.
Desde hace más de 10 años, Smitsaart vive en este paraje yerbabuenense. Él y otros vecinos se acercaron ayer, al mediodía, al acto que se hizo en los terrenos del Hogar Agrícola San Agustín. Antes del corte de moño, hablaron Chain, José Cano -el titular del Plan Belgrano con el que el presidente Mauricio Macri pretende llevar obras al Norte del país-; el intendente anfitrión, Mariano Campero; el ministro de la Producción de la provincia, Juan Luis Fernández, y el gerente de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), Alfredo Calvo.
Debajo de un improvisado gazebo, los funcionarios sentían que la transpiración se les deslizaba, en gotas, por el cuerpo. La temperatura marcaba 35° en el ardiente mediodía tucumano. Quienes habían quedado afuera del techo de lona -demás políticos, pobladores y periodistas- trataban de guarecerse bajo los limoneros de una finca lindera. “Este problema tenía muchísimos años; algunos vecinos se fueron a vivir a otro lugar porque les faltaba agua”, declaró Campero, en la apertura. Los otros oradores también fueron breves. “Los vecinos dejaron todo para que se concretara. El logro es suyo”, agregó el ministro Fernández, y enseguida elogió el trabajo coordinado de los gobiernos municipal, provincial y nacional. “El desafío es entender que la gente debe acceder al agua potable y a las cloacas. Macri fijó, como objetivo prioritario de su gestión, que haya financiamiento para obras de este tipo en todas las provincias”, aseguró Cano.
Del río a las canillas
La obra consiste en la hechura de un sistema de captación en el río Muerto, mediante la instalación de filtros ranurados. El agua que se recoge de las profundidades de ese lecho es trasladada hacia una cámara. Desde ahí, el líquido se impulsa mediante bombeo hasta una cisterna que se cimentó -justamente- en el hogar agrícola San Agustín.
La carpeta con los mapas, planos y borradores comenzó a transitar por los despachos gubernamentales en marzo de 2015. El costo fue de $ 5,3 millones, y la unidad ejecutora ha sido la SAT.
De acuerdo a sus ideólogos, beneficiará a unos 1.200 habitantes de El Corte, situados en los alrededores del San Agustín. Se trata, con exactitud, de unas 200 conexiones domiciliarias. La distribución desde la cisterna hacia las casas se efectúa mediante dos bombas (se supone que una trabajará a pleno y la otra estará de reserva). Hasta ahora, los habitantes de esa zona obtenían el agua a través de napas superficiales.
“Esto es fruto de la insistencia de los vecinos”, reiteró el jefe de Gabinete, Manuel Courel. Parado al lado suyo, el coordinador del plan Belgrano, José Ricardo Ascárate, explicó que, tras el pedido de los pobladores, la Municipalidad inició, el año pasado, las gestiones ante la SAT. De ahí en más, la proveedora llevó sus maquetas al Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA). “A través del Plan Belgrano, conseguimos los fondos. Hay que solucionar los problemas de la gente, no los de los dirigentes políticos”, razonó.
En los dichos de Ascárate se coló, así, una referencia a la situación gubernamental de Yerba Buena, debido al trance que atravesó ese Concejo Deliberante, con un mes de parálisis. Del mitin participaron, además, el administrador del ENOHSA, Luis Germán Jahn, el intendente de Concepción, Roberto Sánchez y el coordinador en la provincia del Ministerio del Interior, Pablo Walter, entre otros funcionarios y concejales de esa ciudad.
Desde hace más de 10 años, Smitsaart vive en este paraje yerbabuenense. Él y otros vecinos se acercaron ayer, al mediodía, al acto que se hizo en los terrenos del Hogar Agrícola San Agustín. Antes del corte de moño, hablaron Chain, José Cano -el titular del Plan Belgrano con el que el presidente Mauricio Macri pretende llevar obras al Norte del país-; el intendente anfitrión, Mariano Campero; el ministro de la Producción de la provincia, Juan Luis Fernández, y el gerente de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), Alfredo Calvo.
Debajo de un improvisado gazebo, los funcionarios sentían que la transpiración se les deslizaba, en gotas, por el cuerpo. La temperatura marcaba 35° en el ardiente mediodía tucumano. Quienes habían quedado afuera del techo de lona -demás políticos, pobladores y periodistas- trataban de guarecerse bajo los limoneros de una finca lindera. “Este problema tenía muchísimos años; algunos vecinos se fueron a vivir a otro lugar porque les faltaba agua”, declaró Campero, en la apertura. Los otros oradores también fueron breves. “Los vecinos dejaron todo para que se concretara. El logro es suyo”, agregó el ministro Fernández, y enseguida elogió el trabajo coordinado de los gobiernos municipal, provincial y nacional. “El desafío es entender que la gente debe acceder al agua potable y a las cloacas. Macri fijó, como objetivo prioritario de su gestión, que haya financiamiento para obras de este tipo en todas las provincias”, aseguró Cano.
Del río a las canillas
La obra consiste en la hechura de un sistema de captación en el río Muerto, mediante la instalación de filtros ranurados. El agua que se recoge de las profundidades de ese lecho es trasladada hacia una cámara. Desde ahí, el líquido se impulsa mediante bombeo hasta una cisterna que se cimentó -justamente- en el hogar agrícola San Agustín.
La carpeta con los mapas, planos y borradores comenzó a transitar por los despachos gubernamentales en marzo de 2015. El costo fue de $ 5,3 millones, y la unidad ejecutora ha sido la SAT.
De acuerdo a sus ideólogos, beneficiará a unos 1.200 habitantes de El Corte, situados en los alrededores del San Agustín. Se trata, con exactitud, de unas 200 conexiones domiciliarias. La distribución desde la cisterna hacia las casas se efectúa mediante dos bombas (se supone que una trabajará a pleno y la otra estará de reserva). Hasta ahora, los habitantes de esa zona obtenían el agua a través de napas superficiales.
“Esto es fruto de la insistencia de los vecinos”, reiteró el jefe de Gabinete, Manuel Courel. Parado al lado suyo, el coordinador del plan Belgrano, José Ricardo Ascárate, explicó que, tras el pedido de los pobladores, la Municipalidad inició, el año pasado, las gestiones ante la SAT. De ahí en más, la proveedora llevó sus maquetas al Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA). “A través del Plan Belgrano, conseguimos los fondos. Hay que solucionar los problemas de la gente, no los de los dirigentes políticos”, razonó.
En los dichos de Ascárate se coló, así, una referencia a la situación gubernamental de Yerba Buena, debido al trance que atravesó ese Concejo Deliberante, con un mes de parálisis. Del mitin participaron, además, el administrador del ENOHSA, Luis Germán Jahn, el intendente de Concepción, Roberto Sánchez y el coordinador en la provincia del Ministerio del Interior, Pablo Walter, entre otros funcionarios y concejales de esa ciudad.
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