04 Diciembre 2016
MALA ELECCIÓN. Esteban Goicoechea y Martín Aguirre luchan en lo alto. San Martín se repitió en centros intrascendentes. la gaceta / foto de hector peralta
1- Más allá de los merecimientos que pudo haber realizado a través de los 90 minutos, San Martín mostró otra vez anoche su falta de inteligencia para cerrar los partidos cuando el marcador le es favorable. Como había ocurrido la semana pasada en Mendoza, los “Santos” se volvieron a “dormir” en los minutos finales y dejaron escapar dos puntos. El empate tiene sabor a derrota. Esta es una materia pendiente.
2- Un equipo que pretenda ser protagonista en un torneo tan parejo no puede darse el lujo de perder tantos puntos jugando de local, como lo hizo San Martín. Los dirigidos por Cagna disputaron 27 puntos en La Ciudadela y dejaron escapar 12. Un dato estadístico para tener en cuenta.
3- Habrá que revisar los videos de los encuentros anteriores que San Martín jugó en La Ciudadela para darse cuenta si la tarea del equipo ante Santamarina no fue una de las más deslucidas. La versión futbolística que en esta ocasión mostraron los “Santos” fue muy pobre, ante un adversario que sólo intento jugar lo más lejos posible de su arco.
4- En Mendoza, frente a Independiente Rivadavia, la tarea de Matías García tuvo una enorme relevancia. Esto lo terminó haciendo la figura del encuentro. Esta vez, el ex Gimnasia La Plata no repitió ese desempeño y su equipo lo sintió sobremanera. Fue uno de los desencadenantes para que el juego del “Santo” tuviera pocas luces. Si llegó al gol por intermedio de Lentini fue más por insistencia que por capacidad futbolística.
5- Cuando parecía que el empate sin goles iba ser el marcador final en La Ciudadela, el arquero Papaleo, que hasta ese momento había cumplido una tarea sin fallas, despejó corto y permitió que Lentini anotara. Todos empezaran a saborear una nueva victoria. Pero en el minuto final, el terreno le jugó una mala pasada a Taborda y los rostros de frustración aparecieron en el estadio.
5- Fue tanta la desorientación colectiva que imperó en todas las líneas de los “Santos”, que hubo momentos en que se intercambiaron los roles de los jugadores. Por ejemplo, los contragolpes del local fueron iniciados por Lentini, un jugador con enormes aptitudes para la definición pero que no se destaca por su velocidad. Así es difícil generar peligro.
Pocas luces futbolísticas | Análisis
En la tórrida noche de La Ciudadela, hubo muchos factores que se aunaron para que San Martín y Ramón Santamarina brindaran un espectáculo tedioso y sin muchos fundamentos futbolísticos. Como se dio el partido en los últimos minutos, al hincha “Santo” le quedó un sabor amargo porque el rival consiguió igualar en el minuto final del encuentro.
El juego de San Martín en gran parte del desarrollo del partido fue de regular para abajo, ante un rival que vino desde Tandil con el simple argumento de mantener la pelota lo más lejos posible de Joaquín Papaleo.
Y si lo consiguió fue porque contó con la complicidad de un adversario que nunca cambió de ritmo y que siempre terminó cada uno de los avances enviado centros cruzados. De este modo, los ataques del local terminaron facilitando la tarea del arquero visitante, que casi siempre estuvo acertado -solo dudó en la jugada previa al gol de Lentini- y de los centrales Martín Aguirre y Fernando Piñeiro, a quienes solo se le puede recriminar que una sola vez descuidaron al goleador “Santo” y el “Tanque” no perdonó.
Ahora lo único que queda es dar vuelta la página y pensar en Flandria, el próximo rival, con la prioridad de seguir sumando antes de que llegue el receso.
2- Un equipo que pretenda ser protagonista en un torneo tan parejo no puede darse el lujo de perder tantos puntos jugando de local, como lo hizo San Martín. Los dirigidos por Cagna disputaron 27 puntos en La Ciudadela y dejaron escapar 12. Un dato estadístico para tener en cuenta.
3- Habrá que revisar los videos de los encuentros anteriores que San Martín jugó en La Ciudadela para darse cuenta si la tarea del equipo ante Santamarina no fue una de las más deslucidas. La versión futbolística que en esta ocasión mostraron los “Santos” fue muy pobre, ante un adversario que sólo intento jugar lo más lejos posible de su arco.
4- En Mendoza, frente a Independiente Rivadavia, la tarea de Matías García tuvo una enorme relevancia. Esto lo terminó haciendo la figura del encuentro. Esta vez, el ex Gimnasia La Plata no repitió ese desempeño y su equipo lo sintió sobremanera. Fue uno de los desencadenantes para que el juego del “Santo” tuviera pocas luces. Si llegó al gol por intermedio de Lentini fue más por insistencia que por capacidad futbolística.
5- Cuando parecía que el empate sin goles iba ser el marcador final en La Ciudadela, el arquero Papaleo, que hasta ese momento había cumplido una tarea sin fallas, despejó corto y permitió que Lentini anotara. Todos empezaran a saborear una nueva victoria. Pero en el minuto final, el terreno le jugó una mala pasada a Taborda y los rostros de frustración aparecieron en el estadio.
5- Fue tanta la desorientación colectiva que imperó en todas las líneas de los “Santos”, que hubo momentos en que se intercambiaron los roles de los jugadores. Por ejemplo, los contragolpes del local fueron iniciados por Lentini, un jugador con enormes aptitudes para la definición pero que no se destaca por su velocidad. Así es difícil generar peligro.
Pocas luces futbolísticas | Análisis
En la tórrida noche de La Ciudadela, hubo muchos factores que se aunaron para que San Martín y Ramón Santamarina brindaran un espectáculo tedioso y sin muchos fundamentos futbolísticos. Como se dio el partido en los últimos minutos, al hincha “Santo” le quedó un sabor amargo porque el rival consiguió igualar en el minuto final del encuentro.
El juego de San Martín en gran parte del desarrollo del partido fue de regular para abajo, ante un rival que vino desde Tandil con el simple argumento de mantener la pelota lo más lejos posible de Joaquín Papaleo.
Y si lo consiguió fue porque contó con la complicidad de un adversario que nunca cambió de ritmo y que siempre terminó cada uno de los avances enviado centros cruzados. De este modo, los ataques del local terminaron facilitando la tarea del arquero visitante, que casi siempre estuvo acertado -solo dudó en la jugada previa al gol de Lentini- y de los centrales Martín Aguirre y Fernando Piñeiro, a quienes solo se le puede recriminar que una sola vez descuidaron al goleador “Santo” y el “Tanque” no perdonó.
Ahora lo único que queda es dar vuelta la página y pensar en Flandria, el próximo rival, con la prioridad de seguir sumando antes de que llegue el receso.