29 Marzo 2004
Alimentadas por los basurales clandestinos y la desidia de los dueños de baldíos o casas abandonadas, algunas plagas urbanas han crecido a niveles alarmantes durante los últimos años, y amenazan constantemente la salud de la población.
De acuerdo con un sondeo realizado por este diario, los exterminadores han duplicado su actividad en la lucha contra alacranes, cucarachas y ratas, e incluso han aparecido otras plagas que eran infrecuentes, como las pulgas y las garrapatas, alimentadas por la gran población de perros que hoy tiene esta ciudad.
"Estoy a media cuadra de un basural clandestino donde tiran de todo. Hasta descartables de hospital y jeringas usadas. Constantemente hay olor a animales muertos y un enjambre de moscas verdes", denunció Ana Lía de Rubio, quien debe padecer la cercanía de un vaciadero ubicado en Lavalle y Amador Lucero. Contó que una vecina vio a desconocidos a medianoche, en una camioneta blanca, tirar medicamentos y jeringas. Además, de una propiedad lindera casi abandonada le llegan otras alimañas.
"Tenemos ratas por todos lados. En el fondo de mi casa no hay escombros ni materiales apilados, sino que está todo parquizado; pero igual vienen ratas y alacranes. Entran por encima de la tapia", comentó la mujer. Las denuncias ante la Municipalidad no tuvieron eco, dijo.
Una bioquímica reveló que hace poco hubo en su cuadra -Junín al 600- una invasión de ratas. "Fue en diciembre. Tuvimos que ponernos de acuerdo varios vecinos para combatirlas al mismo tiempo, en 4 o 5 casas, para que tuviera mayor efectividad -detalló María Hortensia Costilla.
Entre las plagas más "novedosas" se destaca una cucaracha pequeña que invade las cocinas y que resulta muy difícil de erradicar. La experta María de los Angeles Luccione explicó que se trata de una especie europea, que entró al país a través de Brasil, dentro de los muebles importados. "La única manera efectiva de combatirla es mediante la aplicación de un gel", dijo.
En general, para exterminar una plaga se cobra alrededor de $ 20. En el caso de la cucaracha grande, de albañal, se debe usar un buen producto. "Pero no fosforado, porque afecta a los animales y a las personas", advirtió Luccione.
La población de alacranes creció en forma alarmante en la ciudad
El ingeniero agrónomo Oscar Alfredo Palacios, especializado en combatir huéspedes indeseables, reveló que la población de alacranes creció notablemente durante los últimos seis años. "Antes, la gente me llamaba para exterminar alacranes solamente en enero y febrero. Hace dos años ya tenía trabajo en noviembre, y el año pasado comencé en setiembre -recordó-. En esta ciudad, el mayor problema con los alacranes está en la zona sudeste del casco céntrico, donde hay muchas casas viejas y gran cantidad de propiedades abandonadas desde hace mucho tiempo".
Palacios destacó que los basurales estimulan la proliferación de moscas. Pero el riesgo más grave, según remarcó Palacios, es el dengue. Lo transmite el mosquito "aedes aegipti", que se reproduce en el agua estancada.
En la escala de las alimañas peligrosas, la rata ocupa uno de los primeros lugares porque es capaz de transmitir gran cantidad de enfermedades. Y, en el caso de los alacranes, su picadura puede llegar a ser mortal.
"A los alacranes los estamos combatiendo permanentemente porque tenemos cinco hijos pequeños", contó Edgardo Monasterio, vecino de una casa antigua en Marco Avellaneda al 500.
No sólo en los barrios alejados del centro se pueden encontrar focos infecciosos, sino también en plena 25 de Mayo al 400. Una de las cuadras más emblemáticas del microcentro es capaz de asquear al transeúnte con los olores nauseabundos. Allí, frente a la Facultad de Derecho, una propiedad vacía es utilizada como excusado y depósito de basura, según comentó Luis María Argañaraz, empleado de un "ciber". "Aquí los chicos de la calle orinan en los zaguanes y los cartoneros desarman las bolsas de basura", se quejó.
De acuerdo con un sondeo realizado por este diario, los exterminadores han duplicado su actividad en la lucha contra alacranes, cucarachas y ratas, e incluso han aparecido otras plagas que eran infrecuentes, como las pulgas y las garrapatas, alimentadas por la gran población de perros que hoy tiene esta ciudad.
"Estoy a media cuadra de un basural clandestino donde tiran de todo. Hasta descartables de hospital y jeringas usadas. Constantemente hay olor a animales muertos y un enjambre de moscas verdes", denunció Ana Lía de Rubio, quien debe padecer la cercanía de un vaciadero ubicado en Lavalle y Amador Lucero. Contó que una vecina vio a desconocidos a medianoche, en una camioneta blanca, tirar medicamentos y jeringas. Además, de una propiedad lindera casi abandonada le llegan otras alimañas.
"Tenemos ratas por todos lados. En el fondo de mi casa no hay escombros ni materiales apilados, sino que está todo parquizado; pero igual vienen ratas y alacranes. Entran por encima de la tapia", comentó la mujer. Las denuncias ante la Municipalidad no tuvieron eco, dijo.
Una bioquímica reveló que hace poco hubo en su cuadra -Junín al 600- una invasión de ratas. "Fue en diciembre. Tuvimos que ponernos de acuerdo varios vecinos para combatirlas al mismo tiempo, en 4 o 5 casas, para que tuviera mayor efectividad -detalló María Hortensia Costilla.
Entre las plagas más "novedosas" se destaca una cucaracha pequeña que invade las cocinas y que resulta muy difícil de erradicar. La experta María de los Angeles Luccione explicó que se trata de una especie europea, que entró al país a través de Brasil, dentro de los muebles importados. "La única manera efectiva de combatirla es mediante la aplicación de un gel", dijo.
En general, para exterminar una plaga se cobra alrededor de $ 20. En el caso de la cucaracha grande, de albañal, se debe usar un buen producto. "Pero no fosforado, porque afecta a los animales y a las personas", advirtió Luccione.
El ingeniero agrónomo Oscar Alfredo Palacios, especializado en combatir huéspedes indeseables, reveló que la población de alacranes creció notablemente durante los últimos seis años. "Antes, la gente me llamaba para exterminar alacranes solamente en enero y febrero. Hace dos años ya tenía trabajo en noviembre, y el año pasado comencé en setiembre -recordó-. En esta ciudad, el mayor problema con los alacranes está en la zona sudeste del casco céntrico, donde hay muchas casas viejas y gran cantidad de propiedades abandonadas desde hace mucho tiempo".
Palacios destacó que los basurales estimulan la proliferación de moscas. Pero el riesgo más grave, según remarcó Palacios, es el dengue. Lo transmite el mosquito "aedes aegipti", que se reproduce en el agua estancada.
En la escala de las alimañas peligrosas, la rata ocupa uno de los primeros lugares porque es capaz de transmitir gran cantidad de enfermedades. Y, en el caso de los alacranes, su picadura puede llegar a ser mortal.
"A los alacranes los estamos combatiendo permanentemente porque tenemos cinco hijos pequeños", contó Edgardo Monasterio, vecino de una casa antigua en Marco Avellaneda al 500.
No sólo en los barrios alejados del centro se pueden encontrar focos infecciosos, sino también en plena 25 de Mayo al 400. Una de las cuadras más emblemáticas del microcentro es capaz de asquear al transeúnte con los olores nauseabundos. Allí, frente a la Facultad de Derecho, una propiedad vacía es utilizada como excusado y depósito de basura, según comentó Luis María Argañaraz, empleado de un "ciber". "Aquí los chicos de la calle orinan en los zaguanes y los cartoneros desarman las bolsas de basura", se quejó.
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