26 Noviembre 2016
Consumir azúcar es bueno para la salud
El sector azucarero en su conjunto, productores, industriales y comercializadores, junto al Estado, deberían desarrollar una campaña de difusión donde den a conocer los beneficios que tiene para el ser humano el consumo adecuado de azúcar de caña. Y también comunicar los inconvenientes que puede acarrear el excesivo consumo. POR GUSTAVO FRÍAS SILVA.
La zafra azucarera 2016 está casi finalizada, quedando sólo 4 ingenios moliendo y con una producción que ya supera 1,6 millón de toneladas de azúcar equivalente producidas. Es de suponer que es poca el azúcar que se puede llegar a producir de ahora en más, ya que quedan moliendo Florida, Cruz Alta, San Juan y Leales. Se estima que este último ingenio podría moler hasta este fin de semana.
Desde que en Tucumán se produce azúcar, hace casi 200 años desde que el obispo Colombres realizó su primera plantación de caña, nuestra provincia es productora de azúcar a partir de la caña, producción que se fue fortaleciendo a través de los años, tanto en su cultivo como en su industria, al llegar al día de hoy con adelantes tecnológicos más que importantes que hacen cada vez más eficiente esta agroindustria, mientras que son pocas las veces que se vio o que se recuerde una campaña masiva de fomento al consumo de azúcar.
Hace un par de décadas atrás, muchos recuerdan el dicho “Tucumán es Azúcar” que permitía reconocer a la provincia como la primera productora de azúcar de caña del país, pero personalmente no recuerdo una campaña que muestre a la población los beneficios que un consumo adecuado trae aparejado. Es gravoso para nuestra “industria madre”, que solo se escuche, se lea y se vean los informes y comentarios sobre el perjuicio del consumo excesivo de azúcar, siendo esta la responsable de los trastornos de obesidad que se da en el mundo. Pero la mayoría de las veces, sin aclarar que siempre viene acompañado del consumo excesivo de alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono y acompañado de una vida sedentaria.
Lo cierto es que, dependiendo muchas veces del manejo informativo, los consumidores se aferran a consumir uno u otro producto sin tener en cuenta cuál es el efecto real en su organismo del producto consumido. En diversos estudios se afirma que el azúcar tiene como una de sus principales funciones, proporcionar la energía que nuestro organismo necesita para el funcionamiento de los diferentes órganos. Recuerdan que el azúcar es necesaria y si se consume con moderación es sana. El azúcar contiene vitaminas: B1, B2, A, así como sacarosa, glucosa (dextrosa), fructosa (levulosa) y antioxidante.
El azúcar es la principal fuente de energía para el organismo y es un buen antioxidante. Su aporte calórico es bajo: 4 calorías por cada gramo (las grasas aportan 9 calorías). Favorece la circulación sanguínea, es decir evita la formación de coágulos. El consumo adecuado de azúcar ayuda a controlar y mantener el peso. Su agradable sabor favorece el consumo de otros alimentos necesarios para la salud. Reduce el colesterol y/o triglicéridos en sangre.
Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Israel es el principal consumidor per cápita de azúcar del mundo. Los israelíes consumen en promedio 170 gr de azúcar por persona por día; Malasia ocupa el segundo lugar con 160 gr, luego Brasil, 155 gr, y Estados Unidos con 142 gr. Las cifras muestran que Israel ocupa el segundo lugar en porcentaje de las calorías que provienen de azúcares: el 16%.
Por otro lado, algunos informes manifiestan que el uso de edulcorantes alternativos para evitar el exceso o el no uso del azúcar traen algunos inconvenientes a los consumidores. Presentes en las bebidas gaseosas, en los cereales y postres, estos endulzantes representan un enorme mercado alimenticio y son muy apreciados por las personas que siguen una dieta o que tienen problemas con el azúcar. Algunos expertos los recomiendan a los pacientes con diabetes de tipo 2 y a quienes sufren de intolerancia a la glucosa, un estado prediabético, con niveles de azúcar elevados en sangre.
Los edulcorantes dejan un gusto dulce en la boca, y sus moléculas pasan directamente al aparato intestinal sin ser absorbidos; por ello, a diferencia del azúcar, añaden muy poco aporte calórico al cuerpo.
Pero según los autores de este trabajo, que realizaron experimentos con ratones y grupos de seres humanos, los edulzantes en realidad perturban la elaboración y las funciones de las bacterias intestinales y aceleran la intolerancia a la glucosa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de azúcares no debe superar el 10% de la ingesta calórica total diaria, lo que equivale a 50 gr de azúcar o 12 cucharadas de café al día. Por lo que uno se pregunta porqué existe esta diferencia entre lo recomendado y lo que consumen estos países. Lo real es que cada uno debe sacar sus propias conclusiones y consumir de acuerdo a sus necesidades todo tipo de alimentos, pero sin excederse, porque cualquier alimento en exceso, tenga o no azúcar, es perjudicial.
Las campañas en contra el consumo de azúcar seguirán apareciendo con sus verdades y sus tendencias. Por ello, la industria azucarera local y regional, junto con el Estado, deben tomar el toro por las astas e informar sobre las ventajas del consumo adecuado de azúcar y de los inconvenientes que puede acarrear el excesivo consumo, como el de cualquier otro alimento.
Desde que en Tucumán se produce azúcar, hace casi 200 años desde que el obispo Colombres realizó su primera plantación de caña, nuestra provincia es productora de azúcar a partir de la caña, producción que se fue fortaleciendo a través de los años, tanto en su cultivo como en su industria, al llegar al día de hoy con adelantes tecnológicos más que importantes que hacen cada vez más eficiente esta agroindustria, mientras que son pocas las veces que se vio o que se recuerde una campaña masiva de fomento al consumo de azúcar.
Hace un par de décadas atrás, muchos recuerdan el dicho “Tucumán es Azúcar” que permitía reconocer a la provincia como la primera productora de azúcar de caña del país, pero personalmente no recuerdo una campaña que muestre a la población los beneficios que un consumo adecuado trae aparejado. Es gravoso para nuestra “industria madre”, que solo se escuche, se lea y se vean los informes y comentarios sobre el perjuicio del consumo excesivo de azúcar, siendo esta la responsable de los trastornos de obesidad que se da en el mundo. Pero la mayoría de las veces, sin aclarar que siempre viene acompañado del consumo excesivo de alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono y acompañado de una vida sedentaria.
Lo cierto es que, dependiendo muchas veces del manejo informativo, los consumidores se aferran a consumir uno u otro producto sin tener en cuenta cuál es el efecto real en su organismo del producto consumido. En diversos estudios se afirma que el azúcar tiene como una de sus principales funciones, proporcionar la energía que nuestro organismo necesita para el funcionamiento de los diferentes órganos. Recuerdan que el azúcar es necesaria y si se consume con moderación es sana. El azúcar contiene vitaminas: B1, B2, A, así como sacarosa, glucosa (dextrosa), fructosa (levulosa) y antioxidante.
El azúcar es la principal fuente de energía para el organismo y es un buen antioxidante. Su aporte calórico es bajo: 4 calorías por cada gramo (las grasas aportan 9 calorías). Favorece la circulación sanguínea, es decir evita la formación de coágulos. El consumo adecuado de azúcar ayuda a controlar y mantener el peso. Su agradable sabor favorece el consumo de otros alimentos necesarios para la salud. Reduce el colesterol y/o triglicéridos en sangre.
Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Israel es el principal consumidor per cápita de azúcar del mundo. Los israelíes consumen en promedio 170 gr de azúcar por persona por día; Malasia ocupa el segundo lugar con 160 gr, luego Brasil, 155 gr, y Estados Unidos con 142 gr. Las cifras muestran que Israel ocupa el segundo lugar en porcentaje de las calorías que provienen de azúcares: el 16%.
Por otro lado, algunos informes manifiestan que el uso de edulcorantes alternativos para evitar el exceso o el no uso del azúcar traen algunos inconvenientes a los consumidores. Presentes en las bebidas gaseosas, en los cereales y postres, estos endulzantes representan un enorme mercado alimenticio y son muy apreciados por las personas que siguen una dieta o que tienen problemas con el azúcar. Algunos expertos los recomiendan a los pacientes con diabetes de tipo 2 y a quienes sufren de intolerancia a la glucosa, un estado prediabético, con niveles de azúcar elevados en sangre.
Los edulcorantes dejan un gusto dulce en la boca, y sus moléculas pasan directamente al aparato intestinal sin ser absorbidos; por ello, a diferencia del azúcar, añaden muy poco aporte calórico al cuerpo.
Pero según los autores de este trabajo, que realizaron experimentos con ratones y grupos de seres humanos, los edulzantes en realidad perturban la elaboración y las funciones de las bacterias intestinales y aceleran la intolerancia a la glucosa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de azúcares no debe superar el 10% de la ingesta calórica total diaria, lo que equivale a 50 gr de azúcar o 12 cucharadas de café al día. Por lo que uno se pregunta porqué existe esta diferencia entre lo recomendado y lo que consumen estos países. Lo real es que cada uno debe sacar sus propias conclusiones y consumir de acuerdo a sus necesidades todo tipo de alimentos, pero sin excederse, porque cualquier alimento en exceso, tenga o no azúcar, es perjudicial.
Las campañas en contra el consumo de azúcar seguirán apareciendo con sus verdades y sus tendencias. Por ello, la industria azucarera local y regional, junto con el Estado, deben tomar el toro por las astas e informar sobre las ventajas del consumo adecuado de azúcar y de los inconvenientes que puede acarrear el excesivo consumo, como el de cualquier otro alimento.
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