Alejandro Klappenbach - Especial para LG Deportiva
La cuenta regresiva está en marcha. La semana deportiva más importante en la vida de Daniel Orsanic va cumpliendo el cronograma previsto. Llegada a Zagreb, instalación del equipo en el hotel, adaptación al cambio de horario y al clima. Dormir esa primera noche lejos de casa, prácticas iniciales en el escenario de la final. Todos acontecimientos que a su tiempo se fueron sucediendo y que, ya superados, permiten asegurar que Argentina está lista para disputar la final de la Copa Davis.
Ahora la cuenta regresiva es exclusivamente deportiva. De tanteo técnico, físico, y de sensaciones anímicas, tanto grupales como individuales. Aunque resulte difícil, es necesario encontrar el equilibrio entre aislarse un poco, para que al protagonista no lo supere la demanda externa de público y prensa, o aislarse demasiado, y entonces perder registro de la importancia de lo que este grupo tiene por delante.
En este punto comienza la charla del capitán Orsanic con LG Deportiva.
- Al mirar el año completo, incluso tu proceso de dos temporadas al frente del equipo, ¿podrías destacar algún aspecto que te parezca especialmente relevante para explicar esta presencia de Argentina en la final del fin de semana?
-Estoy convencido de que los deportistas somos gente afortunada. Tener la chance de jugar, competir, viajar, aprender. Todo eso se logra cuando sos profesional del deporte. Es un privilegio. Y aunque es cierto que al mismo tiempo surgen numerosas obligaciones, debemos aprovechar esa oportunidad. Si pienso en cada uno de los jugadores, sumo en la mirada al grupo de colaborares y al staff, y por último agrego a quienes hoy no integran el equipo pero sí lo hicieron en algún momento de estos dos años. Rescato la buena predisposición de todos para hacer su parte. En el caso de los jugadores, de jugar y aceptar cuando no les tocaba. Este viaje a Croacia no es la excepción. Vivimos la experiencia con entusiasmo, con deseo, con ilusión. Es un gran capital que tiene Argentina como equipo.
- Se percibe que están bien, que tienen control anímico sobre lo que les ocurre…
- Sentirse a gusto es un primer paso para potenciarse un buen rendimiento. La postura de todos expresa en sus comportamientos una sentencia: el propósito es más grande y trasciende a cualquiera de los nombres.
Siempre con la verdad
Se lo escucha tranquilo, como casi siempre. Cuesta encontrar algún momento en que Orsanic pierda la calma. Su andar es pausado, sus expresiones sobrias. Fue un eterno cultor del bajo perfil algo que, inevitablemente, la Copa Davis ha modificado. La final frente a Croacia puede regalarle el lugar en la historia que resultó esquivo para otros. Tiene plena conciencia de la oportunidad y está decidido a hacer todo para aprovecharla.
-Alguna vez nos dijiste que tu objetivo era manejarte con la verdad siempre, que el tiempo sería un factor imprescindible para que todos aquellos que tal vez al principio no crían o dudaban, terminen confiando. ¿Te animarías a hablar de tu mayor mérito en este proceso?
-No tengo dudas que tiene que ver con eso. Poder transmitir una manera de pensar, de trabajar. Mostrarnos tal cual somos. Humanos. Con aciertos y errores. Sin esconder nada. Decir la verdad te libera. Cuando te toca ocupar un lugar que, te guste o no, tiene exposición pública, automáticamente quedás expuesto frente a mucha gente que, con o sin razón, va a juzgar lo que hacés y cómo lo hacés. En ese contexto, decir la verdad es lo que corresponde. Pero además, te defiende de muchísimos cuestionamientos. Para mí, para nuestro grupo, resaltar valores del deporte es una parte esencial del trabajo que hacemos dí a a día y de los objetivos que nos trazamos.
Decisiones del capitán
A esta altura de la charla es casi inevitable que la serie contra Croacia se instale en la conversación. Hay decisiones que tomar en virtud de una estrategia que tiene sus incógnitas y sus variantes. Orsanic no quiere hablar de eso, no por el momento. En su cabeza, aunque no sea definitivo, hay ya un mapa para eñ día viernes que contempla los eventuales ecos proyectados sobre sábado y domingo. Insiste en no hablar de nombres, aunque Del Potro sea una fija. Sí, acepta, mirar el fin de semana en su conjunto.
“Hay un consenso instalado de que tenemos por delante una serie pareja, con muchos puntos que pueden inclinarse hacia un lado o el otro. Nosotros confiamos en nuestras posibilidades. Con estos o con otros nombres, Argentina ha sido un equipo con variantes y debemos usar eso a nuestro favor, independientemente de las decisiones que tomemos. Tenemos mucha fe en Juan Martin, en Leo, en Guido, en Federico. Todos tienen su experiencia, han rendido en situaciones importantes de Copa Davis. Y ahora deberán hacerlo en un contexto muy significativo, otra vez de visitantes, ante un equipo muy fuerte con un líder, (Marin) Cilic, que está jugando el mejor tenis de su vida. Serie entretenida, dura, pareja, cerrada. Es una final de Copa Davis, ni más ni menos”, resalta Orsanic.
Del Potro y su presente
-Cuesta no hablar de Del Potro. No quisiera comprometerte a destacarlo por sobre el resto de los jugadores, aunque ya han sido muchas las veces en que mencionaste la importancia que tiene dentro del equipo. Si lo sacamos del contexto de esta final y lo miramos en el marco de sus últimos 5 meses, ¿como explicarías semejante progreso?
-Su evolución ha sido constante, firme, integral. Ha mejorado en cada aspecto que hace a un jugador de elite, a su rendimiento y a los resultados. El cambio lo ha posicionado en un nivel que, a principio de año, quizá fuera impensado. El camino fue muy duro para él y al transitarlo ha dado muestras de su jerarquía, su potencial, su deseo y su convicción para superar inconvenientes. Mejoró sus golpes, sus movimientos, su postura en la cancha, el manejo de los momentos anímicos. Lo más esperanzador no es lo que hizo, sino que estando ya en un lugar de privilegio, siente en su interior la necesidad de seguir mejorando. No tengo dudas de que lo hará.
Se firman las palabras finales del capitán argentino. Sólo quedan unos pocos rituales. Un gesto, un trago, y las manos que acomodan agenda y papeles antes del último apretón. Daniel Orsanic gira y camina rumbo a la profunda experiencia de Copa Davis. Lleva consigo sus ideas, sus convicciones. También su sonrisa. También su verdad. Todo forma parte de un éxito ya alcanzado, que ningún resultado le podrá quitar.