18 Noviembre 2016
Caos en La Costanera porque la Policía impidió que los vecinos hicieran justicia por mano propia
Los presentes querían prender fuego a un vehículo con un hombre adentro, al que acusaban de querer secuestrar niñas en el barrio. Luego de una hora de balazos y pedradas, los vecinos se escondieron en sus casas cuando llegó el Grupo CERO.
A LOS TIROS. Un policía sin el uniforme de la fuerza dispara su escopeta.
Era la hora del almuerzo pero nadie se había sentado a comer. Todos los vecinos de La Costanera estaban en la calle y la mayoría se enfrentaba de manera violenta con la Policía, ayer al mediodía. De un lado, los uniformados disparaban balas de gomas y, del otro, la gente respondía con piedras y cascotes. No había distinción de sexo ni edad. Hombres, mujeres y niños les hacían frente a las decenas de policías que avanzaban con armas por las calles del barrio.
Todo empezó alrededor de las 12 cuando alguien llamó a la Policía para avisar que intentaban secuestrar niños en un auto blanco, con vidrios polarizados y sin patente. Los uniformados llegaron al barrio en el momento justo: los vecinos estaban destrozando un Fiat Siena y pretendían linchar a su conductor, un hombre de 48 años. Cuando los policías intercedieron para evitar que la turba lograra su cometido, también fueron agredidos.
Vecinos enfurecidos
“Los policías lo saludaron al tipo como si lo conocieran. ‘Te hemos dicho que por acá no andés’, le dijeron y se lo llevaron”, aseguraron los vecinos. “Nosotros le íbamos a prender fuego al auto y al tipo también porque intentó llevarse a dos nenas”, agregaron, enfurecidos.
Según repetían todas las personas del barrio, en el Siena viajaban tres hombres, dos de los cuales se dieron a la fuga antes de que llegara la Policía. Silvia Salas contó que había salido temprano a comprar pan y que se lo encontró en el camino. “Me decía ‘vení, subí’ y un montón de cosas degeneradas”, aseguró la mujer, que corrió asustada hacia su casa. Más tarde, el hombre habría repetido su conducta con una jovencita. “A mí me decía que suba al auto, que me iba a llevar a tomar un helado”, relató una adolescente de 15 años, quien también aseguró haber visto a dos niñas ya sentadas en el vehículo.
Esta última dijo que empezó a gritar, entonces salieron los vecinos, rescataron a los chicos y se desató la batahola.
Sin embargo, el jefe de la Unidad Regional Capital, comisario Martín Galván, contó otra versión de los hechos. Dijo que los efectivos llegaron al lugar cuando un llamado al 911 los alertó de que se estaba por linchar a una persona.
El acusado, oriundo de San Cayetano, fue llevado a la seccional 11°, lugar al que un rato después llegó una mujer que lo denunció por decirle obscenidades. También explicó que en el auto “sólo estaba el hombre, no habían acompañantes ni niños secuestrados”. Dijeron que el sospechoso estaba alcoholizado y confirmaron que quedó detenido.
Fueron tantos los disparos que se escucharon minutos después que parecía la noche de año nuevo. Lejos de huir y refugiarse de los balazos de goma que lanzaban los policías, la gente respondía arrojándoles piedras, cascotes y ladrillos; los más chicos incluso se ayudaban con hondas para llegar más lejos.
La violencia duró casi una hora y la secuencia se repetía una y otra vez: disparos, piedras, corridas. Así avanzaban y retrocedían por las calles de La Costanera. Hasta que vieron acercarse una camioneta negra con la leyenda “Grupo CERO”. Recién entonces se calmaron los ánimos. “¡Eh changos, estos no son los de la 11, son los del CERO!”, advirtió un joven a gritos en medio de la calle y, en un abrir y cerrar de ojos, la zona quedó prácticamente despejada. Hombres y jóvenes se encerraron en sus casas y solo permanecieron en las calles unos cuantos grupos de niños y madres que llevaban a los chicos a la escuela.
Heridos
“Vengan a ver cómo nos balearon”, invitaban los vecinos al ver las cámaras de LA GACETA. Matías, que tiene 17 años, salió de su casa con las dos piernas ensangrentadas. “Hacían tiros para cualquier lado. Sentí que me han dado ahí y se me acalambró la pierna”, dijo el joven. Cuando se le sugirió que acudiera a un hospital, respondió que no porque si lo veían llegar así lo dejarían preso.
También tenía una herida en una pierna Milagros, una chica de 18 años que había quedado en medio del enfrentamiento. Lo mismo le había pasado a Sergio, un niño de 10 que recibió una posta de goma en el mentón. Del lado de la Policía, en tanto, también hubo daños. Los uniformados informaron que hubo varios móviles rotos y que algunos efectivos habían recibido pedradas en la cabeza.
Todo empezó alrededor de las 12 cuando alguien llamó a la Policía para avisar que intentaban secuestrar niños en un auto blanco, con vidrios polarizados y sin patente. Los uniformados llegaron al barrio en el momento justo: los vecinos estaban destrozando un Fiat Siena y pretendían linchar a su conductor, un hombre de 48 años. Cuando los policías intercedieron para evitar que la turba lograra su cometido, también fueron agredidos.
Vecinos enfurecidos
“Los policías lo saludaron al tipo como si lo conocieran. ‘Te hemos dicho que por acá no andés’, le dijeron y se lo llevaron”, aseguraron los vecinos. “Nosotros le íbamos a prender fuego al auto y al tipo también porque intentó llevarse a dos nenas”, agregaron, enfurecidos.
Según repetían todas las personas del barrio, en el Siena viajaban tres hombres, dos de los cuales se dieron a la fuga antes de que llegara la Policía. Silvia Salas contó que había salido temprano a comprar pan y que se lo encontró en el camino. “Me decía ‘vení, subí’ y un montón de cosas degeneradas”, aseguró la mujer, que corrió asustada hacia su casa. Más tarde, el hombre habría repetido su conducta con una jovencita. “A mí me decía que suba al auto, que me iba a llevar a tomar un helado”, relató una adolescente de 15 años, quien también aseguró haber visto a dos niñas ya sentadas en el vehículo.
Esta última dijo que empezó a gritar, entonces salieron los vecinos, rescataron a los chicos y se desató la batahola.
Sin embargo, el jefe de la Unidad Regional Capital, comisario Martín Galván, contó otra versión de los hechos. Dijo que los efectivos llegaron al lugar cuando un llamado al 911 los alertó de que se estaba por linchar a una persona.
El acusado, oriundo de San Cayetano, fue llevado a la seccional 11°, lugar al que un rato después llegó una mujer que lo denunció por decirle obscenidades. También explicó que en el auto “sólo estaba el hombre, no habían acompañantes ni niños secuestrados”. Dijeron que el sospechoso estaba alcoholizado y confirmaron que quedó detenido.
Fueron tantos los disparos que se escucharon minutos después que parecía la noche de año nuevo. Lejos de huir y refugiarse de los balazos de goma que lanzaban los policías, la gente respondía arrojándoles piedras, cascotes y ladrillos; los más chicos incluso se ayudaban con hondas para llegar más lejos.
La violencia duró casi una hora y la secuencia se repetía una y otra vez: disparos, piedras, corridas. Así avanzaban y retrocedían por las calles de La Costanera. Hasta que vieron acercarse una camioneta negra con la leyenda “Grupo CERO”. Recién entonces se calmaron los ánimos. “¡Eh changos, estos no son los de la 11, son los del CERO!”, advirtió un joven a gritos en medio de la calle y, en un abrir y cerrar de ojos, la zona quedó prácticamente despejada. Hombres y jóvenes se encerraron en sus casas y solo permanecieron en las calles unos cuantos grupos de niños y madres que llevaban a los chicos a la escuela.
Heridos
“Vengan a ver cómo nos balearon”, invitaban los vecinos al ver las cámaras de LA GACETA. Matías, que tiene 17 años, salió de su casa con las dos piernas ensangrentadas. “Hacían tiros para cualquier lado. Sentí que me han dado ahí y se me acalambró la pierna”, dijo el joven. Cuando se le sugirió que acudiera a un hospital, respondió que no porque si lo veían llegar así lo dejarían preso.
También tenía una herida en una pierna Milagros, una chica de 18 años que había quedado en medio del enfrentamiento. Lo mismo le había pasado a Sergio, un niño de 10 que recibió una posta de goma en el mentón. Del lado de la Policía, en tanto, también hubo daños. Los uniformados informaron que hubo varios móviles rotos y que algunos efectivos habían recibido pedradas en la cabeza.
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