Piden a la UNT que releve la planta de personal

Fue una semana atípica para las autoridades y funcionarios de la UNT. El desembarco del equipo técnico de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) de la Nación obligó a reconocer que las cosas han llegado a un punto límite. Que de aquí en adelante hay que hacer cambios y tienen que verse. Sin eso, no habrá ayuda financiera que permita evitar el ahogo presupuestario el próximo año. ¿Cuál fue la impresión que dejó entre las autoridades?

“Me dejó una muy buena impresión. Cuando era vicerrectora no tenía vínculo con la SPU, el vínculo lo tenía el rector (Juan Cerisola). Nunca he visto que haya un trabajo tan serio como ahora. Tengo mucha esperanza en eso”, expresó la rectora, Alicia Bardón.

La comitiva de la SPU vino, al menos, con dos grandes objetivos: reunir más datos e información contable y decirles a las autoridades -en criollo- que deben ceñirse el cinturón si quieren ver ayuda financiera. La cara política de la comitiva fue Mario Gimelli, jefe de Gabinete de la SPU. Estuvo reunido con decanos, funcionarios de las secretarías y representantes de los gremios docente y no docente. El panorama que les pintó no fue del todo alentador: “no vengo con buenas noticias”, dijo en la ronda con los decanos.

Durante ese encuentro se propuso la firma de un acta acuerdo que define compromisos por parte de la UNT y de la SPU. En la primera parte señala que la UNT “ha manifestado encontrarse en una grave situación económica y financiera”. Que de las conclusiones del primer análisis del equipo técnico de la SPU surge que la “situación financiera y presupuestaria de la UNT es sumamente frágil y comprometida, resultando difícil que pueda realizar en lo inmediato reducciones significativas que permitan lograr un equilibrio presupuestario”.

Agregan que de mantenerse esta situación la UNT no podría cumplir con las obligaciones salariales y fiscales “a muy corto plazo”.

Ese documento también subraya que la UNT tiene una importante deuda previsional y deficiencias de registración de las ejecuciones presupuestarias, en el rectorado y en las unidades académicas. También destacan que existen “compromisos presupuestarios y erogaciones de la UNT que (...) no hacen a las funciones sustantivas de la universidad”.

Como primer paso para una solución dejan abierta la posibilidad de que se completen las transferencias de los contratos-programa (que la UNT reclama para el pago de 200 cargos no docentes) y alguna ayuda financiera siempre que la “UNT comprometa la implementación de las acciones necesarias para superar la coyuntura”.

Bardón reconoció que el proceso será largo, pero que la autoevaluación institucional es necesaria. “Vamos a firmar un convenio con la Coneau y a partir de ahí tendremos un año para hacerla”, sostuvo. Reconoció que existen en la UNT problemas de registración de los gastos. “Muchos son manuales y llevan tiempo. Hay que implementar otro que sea más rápido”, afirmó.

El compromiso

El acta enumera algunos compromisos por parte de la UNT, como implementar la realización de una evaluación interna y externa de la Universidad; relevar el personal docente y no docente; uniformar la utilización de los sistemas de registración (para la gestión del presupuesto); elaborar un “plan de contingencia” que permita implementar los mecanismos necesarios para obtener las mayores economías posibles en todos los conceptos; entre otros puntos. En conclusión: dejó tarea para hacer.

En tanto, la SPU se compromete a acordar una ayuda financiera una vez que las UNT cumpla con los compromisos asumidos y gestionar ante la AFIP el posicionamiento de la UNT en relación a las moratorias.

El documento de cuatro carillas fue rubricado por la rectora y por 11 de los 13 decanos. Se abstuvieron, Adela Seguí (Derecho) y José Luis Jiménez (Ciencias Económicas). Luego, fue remitido a Buenos Aires para la firma del secretario de la SPU, Albor Cantard.

ROSA CASTALDO
Decana de Psicología
“Me quedé con un sabor amargo”, redondeó la decana de Psicología, Rosa Castaldo. Ella firmó el acta acuerdo pero quiso dejar en claro: “Ha sido por darle mi voto de confianza a la contadora Lidia Ascárate, con la esperanza de que pueda poner un poco de orden a todos estos años de desmanejo y desgobierno, durante los cuales se olvidó el fin último de esta universidad: el educativo, donde el principal objetivo son las facultades”. Castaldo destacó que hay que hacer esfuerzos, pero que también deben hacerlo el Rectorado y sus secretarías. “Es impensable que en la UNT tengan mayor presupuesto las secretarías que las facultades”, argumentó. Sobre cómo piensan trabajar el próximo año, la decana dijo que durante 2016 no recibió ninguna ayuda del rectorado. “Yo no he recibido de este rectorado nada, o sea que no va a cambiar en absoluto... la señora (Alicia) Bardón ha seguido nombrando gente hasta hace dos semanas y yo tengo contratos y  monotributistas hace años que nunca entraron en planta”, criticó.

Santiago Rex Bliss 
Vicedecano de Filosofía y Letras
“La UNT está atravesando problemas presupuestarios basados en desequilibrios que llevan años. Para corregirlos, lo prioritario es atender las funciones esenciales de la universidad”, analizó Santiago Rex Bliss, vicedecano de Filosofía y Letras. Dijo que se tiene que generar “un camino de consenso” en el seno del consejo de Decanos para que se llegue a soluciones acordadas y que las fortalezas de la UNT no tienen que ser afectadas por este desequilibrio. Rex Bliss dijo que una de las observaciones que se hicieron durante la reunión con Mario Gimelli fue que el problema que atraviesan las cuentas universitarias no se originó en las unidades académicas. “Esto viene de larga data, más de 10 años”, precisó. El vicedecano destacó un aspecto positivo: que la SPU está dispuesta a asistir a la universidad para restablecer el equilibrio presupuestario. Esa facultad cuenta con que el Rectorado el año que viene envíe la asistencia para gastos de funcionamiento -que este año no mandaron- y que los obligó a trabajar en “una austeridad extrema”.  

José Luis Jiménez 
Decano de Ciencias Económicas
El decano de Ciencias Económicas, José Luis Jiménez, decidió no firmar el acta acuerdo. “Nos solicitaron que los decanos asumamos compromisos sobre acciones que no podemos cumplir, ya que son responsabilidad y atribución de la administración central de esta Universidad”, argumentó. “El acta también expresa ‘regularizar las rendiciones de fondos de las unidades académicas’ y ‘efectuar un análisis de la composición de la estructura de gastos de cada unidad académica’, a lo cual solicité que se agreguen las secretarías y distintas áreas funcionales dependientes de Rectorado, lo que fue rechazado por las autoridades”, expuso. Además, dijo que el acta habla de un “diagnóstico realizado” que no se ha dado a conocer y que incluye compromisos que hacen a tareas habituales y normales que la gestión administrativa: rendiciones de fondos, uso regular del sistema administrativo, financiero, contable, seguimientos de gastos y cumplimiento de las obligaciones fiscales y previsionales. “Para colaborar, apoyar todo lo que se haga bien y comprometerse con la universidad no se requiere la firma en un documento, se lo hace efectivamente todos los días con hechos concretos”, finalizó el decano.

Adela Seguí 
Decana de Derecho 
Según la decana de Derecho, Adela Seguí, la jornada de reuniones con la SPU coronó un “día de duelo”. Ella prefirió no firmar el acta acuerdo. “La reunión se inició con una exposición de Gimelli, quien dijo que le hubiese gustado que la visita fuera para traernos mejores noticias, contó que les había costado mucho tener información sólida para hacer un diagnóstico de la situación”, detalló. Dijo que el grupo de los decanos opositores manifestó su descontento con la realidad de las facultades y las inquietudes respecto del impacto de las medidas que el futuro plan de contingencia podría representar para ellas. “Algunos expresaron absoluto desacuerdo con algún hipotético congelamiento de la planta docente y remarcaron la necesidad de las facultades de personal no docente, que fue cesando y no fue reemplazado”, agregó la decana. Se planteó -afirmó- la necesidad de que haya una mirada equitativa en las soluciones, que no signifique un corte arbitrario. “La nueva secretaria (Económico Administrativa) prometió analizar cada situación, dando tranquilidad a los decanos y pidiendo tiempo”. Pero también -concluyó- fue la confirmación de que la universidad no podrá tener en lo inmediato (ni en el mediano plazo) un proyecto de crecimiento. “Habrá que pagar deudas”, enfatizó.