15 Noviembre 2016
BIEN PICANTE. La “merca” estaba oculta con ajíes secos en bolsas. gendarmería de tucumán
Los hombres de Gendarmería Nacional detuvieron el domingo en el puesto de peaje de Molle Yaco (Trancas) al micro de La Veloz del Norte que había partido de La Quiaca (Jujuy) con destino a Buenos Aires. En lo que fue un control de rutina y al azar, revisaron las bodegas y ubicaron algo que les llamó la atención: al menos seis bolsas de arpillera con ajíes secos que pesaban más de lo normal. Comenzaron a preguntar de quién era el cargamento y, como nadie les contestó, decidieron abrirlas. Al vaciarlas, descubrieron 55 kilos de cocaína.
El personal del Batallón 55, después del hallazgo, estimó que la droga había sido ocultada entre ese poderoso picante para que no fuera descubierta por los perros antinarcóticos. “Los narcotraficantes suelen recurrir a estos sistemas para eludir los controles. Así como en este caso utilizaron ajíes, también impregnan la droga con combustible o perfumes para intentar neutralizar el olfato de los canes”, aseguró a LA GACETA el comandante Luis María Cané.
Los investigadores sospechan que los responsables de la carga se bajaron antes del control. Algunos pasajeros dijeron que el micro se detuvo antes del puesto de Gendarmería y que, por la tonada que tenían, serían colombianos.
Esta no es la primera que en una investigación se menciona la posible participación de caribeños en el negocio de la droga en nuestra provincia. Hace meses, vecinos de Aguilares denunciaron que había colombianos cuando se investigaba la guerra que mantenían en esa ciudad Los Coriofos y Los Pibes de la Villa Nueva. Justamente, uno de los líderes del primer grupo, identificado como “Castells” fue detenido por la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal, acusado de vender cocaína y marihuana en esa ciudad del sur de la provincia.
Los pesquisas creen además que los narcos tendrían cómplices. Estos, a bordo de un vehículo particular, podrían haber marchado delante del colectivo para analizar si el micro debía cruzar por puestos de control y, como se toparon con uno, les avisaron telefónicamente para que bajaran del micro.
El valor de la cocaína secuestrada en frontera es de 3.000 dólares el kilo, pero en Buenos Aires, que habría sido su destino final, se encarece por su traslado un 50% como mínimo, es decir, no menos de 4.500 de la misma moneda. Las fuentes de diferentes fuerzas de seguridad consultadas por LA GACETA, estimaron que sería de casi U$S 2,5 millones (más de $ 39 millones).
Estadísticas
Cané destacó que, con este procedimiento, Gendarmería secuestró más de 200 kilos de “merca” en lo que va del año, con un promedio de 18 kilos mensuales.
“Estos son los resultados de los controles que hacemos en los diferentes caminos de la provincia. Son números importantes”, dijo Cané al confirmar que sólo el Batallón 55, en los controles que realiza en las diferentes rutas, secuestró unos 140 kilos de esa sustancia.
Comentó además que la mayoría de los secuestros se concretaron en el transporte de pasajeros. “Ese es el sistema utilizado por mulas que llevan la droga en el interior de su cuerpo, entre sus pertenencias y, como en este caso, disimulada en la bodega. Sólo tuvimos un caso en el que se detectó que llevaban cocaína en un vehículo particular”, relató.
El único secuestro que no se hizo en el servicio de transporte de pasajeros fue el más importante en lo que va del 2016.
Conductor nervioso
En febrero pasado, en la localidad de 7 de abril, personal del Batallón 55 detuvo una camioneta en un control de rutina. Al observar que el conductor, de origen boliviano, se puso nervioso y agresivo, los gendarmes decidieron requisar el vehículo.
Allí descubrieron que el sospechoso había modificado la caja de VW Saveiro para colocar más de 66 kilos de cocaína. Ya detenido, el conductor dijo que había partido desde Salta y que su destino final era la ciudad de Buenos Aires, donde reside.
Por su parte, los agentes provinciales y federales de áreas dedicadas a la lucha contra el narcotráfico incautaron más de 60 kilos. El operativo más importante que realizaron fue el hallazgo de unos 47 kilos de “merca” ocultos en un camión que trasladaba tomates al Mercofrut.
Los 13 kilos restantes pertenecen a los allanamientos realizados en diferentes barrios de la ciudad en causas vinculadas al narcomenudeo.
El personal del Batallón 55, después del hallazgo, estimó que la droga había sido ocultada entre ese poderoso picante para que no fuera descubierta por los perros antinarcóticos. “Los narcotraficantes suelen recurrir a estos sistemas para eludir los controles. Así como en este caso utilizaron ajíes, también impregnan la droga con combustible o perfumes para intentar neutralizar el olfato de los canes”, aseguró a LA GACETA el comandante Luis María Cané.
Los investigadores sospechan que los responsables de la carga se bajaron antes del control. Algunos pasajeros dijeron que el micro se detuvo antes del puesto de Gendarmería y que, por la tonada que tenían, serían colombianos.
Esta no es la primera que en una investigación se menciona la posible participación de caribeños en el negocio de la droga en nuestra provincia. Hace meses, vecinos de Aguilares denunciaron que había colombianos cuando se investigaba la guerra que mantenían en esa ciudad Los Coriofos y Los Pibes de la Villa Nueva. Justamente, uno de los líderes del primer grupo, identificado como “Castells” fue detenido por la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal, acusado de vender cocaína y marihuana en esa ciudad del sur de la provincia.
Los pesquisas creen además que los narcos tendrían cómplices. Estos, a bordo de un vehículo particular, podrían haber marchado delante del colectivo para analizar si el micro debía cruzar por puestos de control y, como se toparon con uno, les avisaron telefónicamente para que bajaran del micro.
El valor de la cocaína secuestrada en frontera es de 3.000 dólares el kilo, pero en Buenos Aires, que habría sido su destino final, se encarece por su traslado un 50% como mínimo, es decir, no menos de 4.500 de la misma moneda. Las fuentes de diferentes fuerzas de seguridad consultadas por LA GACETA, estimaron que sería de casi U$S 2,5 millones (más de $ 39 millones).
Estadísticas
Cané destacó que, con este procedimiento, Gendarmería secuestró más de 200 kilos de “merca” en lo que va del año, con un promedio de 18 kilos mensuales.
“Estos son los resultados de los controles que hacemos en los diferentes caminos de la provincia. Son números importantes”, dijo Cané al confirmar que sólo el Batallón 55, en los controles que realiza en las diferentes rutas, secuestró unos 140 kilos de esa sustancia.
Comentó además que la mayoría de los secuestros se concretaron en el transporte de pasajeros. “Ese es el sistema utilizado por mulas que llevan la droga en el interior de su cuerpo, entre sus pertenencias y, como en este caso, disimulada en la bodega. Sólo tuvimos un caso en el que se detectó que llevaban cocaína en un vehículo particular”, relató.
El único secuestro que no se hizo en el servicio de transporte de pasajeros fue el más importante en lo que va del 2016.
Conductor nervioso
En febrero pasado, en la localidad de 7 de abril, personal del Batallón 55 detuvo una camioneta en un control de rutina. Al observar que el conductor, de origen boliviano, se puso nervioso y agresivo, los gendarmes decidieron requisar el vehículo.
Allí descubrieron que el sospechoso había modificado la caja de VW Saveiro para colocar más de 66 kilos de cocaína. Ya detenido, el conductor dijo que había partido desde Salta y que su destino final era la ciudad de Buenos Aires, donde reside.
Por su parte, los agentes provinciales y federales de áreas dedicadas a la lucha contra el narcotráfico incautaron más de 60 kilos. El operativo más importante que realizaron fue el hallazgo de unos 47 kilos de “merca” ocultos en un camión que trasladaba tomates al Mercofrut.
Los 13 kilos restantes pertenecen a los allanamientos realizados en diferentes barrios de la ciudad en causas vinculadas al narcomenudeo.
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