09 Noviembre 2016
UN BUEN AMIGO. Neymar llevó en su avión privado a Messi y a Mascherano. twitter / Argentina
BELO HORIZONTE.- La esperanza y la fe de la Selección para salir adelante se potencian cuando entra en acción Lionel Messi. Eso quedó demostrado en el primer entrenamiento con equipo completo en Cidade do Galo, el predio de Atlético Mineiro, la misma base del Mundial Brasil 2014.
Con Messi en la cancha, desde el punto de vista futbolístico todo es diferente. El semblante de sus compañeros también cambia. Todos se animan a dar un poco más, a sacar un plus. El entrenador Edgardo Bauza lo sabe y celebra su vuelta. El capitán acaparó todas las miradas en los 15 minutos que dispuso la prensa en la cancha auxiliar del predio. De hecho, la cantidad de reporteros y cronistas se duplicó desde su llegada.
Sin embargo, tanto Messi como el resto de sus compañeros son conscientes de que enfrentarán una parada brava ante el líder de las Eliminatorias, que viene en franca levantada. “Para Brasil hubo un antes y un después con Tite. Se ve reflejado en el juego del equipo y en la posición que tiene en la tabla”, destacó Julio Buffarini, uno de los integrantes de la Selección que juega en ese país.
Messi, está claro, será vital, pero también la lectura que aplique Enzo Pérez, probable titular, desde el sector derecho, una posición que no desempeña desde hace cinco años, pero de la que no se olvidó, y una nueva oportunidad para el juego de Ángel Di María, por izquierda. “No nos gusta vernos ahí”, manifestó ayer el ex Estudiantes sobre la ubicación en la tabla de posiciones. Esa declaración se escuchó en la boca de Sergio Agüero apenas pisó Belo Horizonte. Ahí entra en juego Messi. Como siempre, pero esta vez cada más porque la Argentina no puede permitirse otro bajón futbolístico; puede quitarlo de la carrera por la clasificación. El as de espadas volvió para felicidad de todos, pero una sola carta puede que no resulte la ganadora si enfrente el nivel lo sobrepasa. Argentina tiene la mejor carta, pero deberá saber cuándo ejecutarla.
Bauza probó ayer un 4-4-2 con Messi y Gonzalo Higuaín como dupla de ataque. El técnico ensayó un esquema más conservador para frenar a Neymar con Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Nicolás Otamendi, Ramiro Funes Mori y Emmanuel Más; Pérez, Mascherano y Lucas Biglia y Di María; Messi e Higuaín. (Télam-DPA)
Con Messi en la cancha, desde el punto de vista futbolístico todo es diferente. El semblante de sus compañeros también cambia. Todos se animan a dar un poco más, a sacar un plus. El entrenador Edgardo Bauza lo sabe y celebra su vuelta. El capitán acaparó todas las miradas en los 15 minutos que dispuso la prensa en la cancha auxiliar del predio. De hecho, la cantidad de reporteros y cronistas se duplicó desde su llegada.
Sin embargo, tanto Messi como el resto de sus compañeros son conscientes de que enfrentarán una parada brava ante el líder de las Eliminatorias, que viene en franca levantada. “Para Brasil hubo un antes y un después con Tite. Se ve reflejado en el juego del equipo y en la posición que tiene en la tabla”, destacó Julio Buffarini, uno de los integrantes de la Selección que juega en ese país.
Messi, está claro, será vital, pero también la lectura que aplique Enzo Pérez, probable titular, desde el sector derecho, una posición que no desempeña desde hace cinco años, pero de la que no se olvidó, y una nueva oportunidad para el juego de Ángel Di María, por izquierda. “No nos gusta vernos ahí”, manifestó ayer el ex Estudiantes sobre la ubicación en la tabla de posiciones. Esa declaración se escuchó en la boca de Sergio Agüero apenas pisó Belo Horizonte. Ahí entra en juego Messi. Como siempre, pero esta vez cada más porque la Argentina no puede permitirse otro bajón futbolístico; puede quitarlo de la carrera por la clasificación. El as de espadas volvió para felicidad de todos, pero una sola carta puede que no resulte la ganadora si enfrente el nivel lo sobrepasa. Argentina tiene la mejor carta, pero deberá saber cuándo ejecutarla.
Bauza probó ayer un 4-4-2 con Messi y Gonzalo Higuaín como dupla de ataque. El técnico ensayó un esquema más conservador para frenar a Neymar con Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Nicolás Otamendi, Ramiro Funes Mori y Emmanuel Más; Pérez, Mascherano y Lucas Biglia y Di María; Messi e Higuaín. (Télam-DPA)
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