08 Noviembre 2016
CENTRO DE VOTACIÓN. Un cartel anuncia en tres idiomas distintos que allí se puede emitir voto. REUTERS
Apatía, poco interés, cero clima electoral. Esto es lo que perciben dos concejales de San Miguel de Tucumán que por estas horas se encuentran en Washington como observadores de las elecciones presidenciales que se realizan hoy. Acostumbrados a los intensos comicios locales, Roberto Ávila y Agustín Romano Norri (ambos de Cambiemos) están sorprendidos de que en la capital del país más poderoso del mundo, la competencia entre Hillary Clinton y Donald Trump parezca pasar inadvertida.
Ávila y Romano Norry viajaron inviatados por la Fundación Universitaria del Río de la Plata (FURP). Y no son los únicos políticos tucumanos que se encuentran allá: también viajó el legislador Christian Rodríguez, del Peronismo del Bicentenario.
“Nuestro rol es el de observador. Asistimos a las diferentes escuelas y sitios de votación, vemos la forma de trabajo. El sistema electoral es distinto al nuestro, porque aquí se elige por electores y no por voto directo. La otra particularidad es que se vota en un día de semana y no es obligatorio hacerlo. Por eso se estima que el porcentaje de participación podría llegar al 20%. Se lo hace por voto electrónico y en la mayoría de los estados se elige sólo presidente. No hay colectoras como en el sistema tucumano”, detalló Ávila.
“Se ve muchísima apatía. Hay poquísimo interés en las calles, poquísimo interés en la gente. Ayer no parecía que faltaran horas para una elección presidencial, y menos una que podría transformarse en bisagra para el mundo: lo que interesa es saber si Tump puede quedarse como responsable de la botonera nuclear. Hay mucha presencia en medios de comunicación, pero no se ve como en Argentina a militantes con las remeras de los candidatos repartiendo panfletos en la calle. Tampoco se ven gigantografías”, agregó Romano Norri.
- Participó en dos elecciones como candidato ¿qué nota de distinto entre el clima electoral en argentina y el de EEUU?
- Avila: es algo totalmente diferente. En estos días en la calle no se ven mesas entregando boletas, panfletos ni afiches en las calles. Es muy diferente, como si no les interesara la política. Los dos candidatos tienen una imagen negativa altísima, y los ánimos están como si se debiera votar al mal menor. La actividad política, al menos aquí, se concentra en los búnkeres. La falta de información que tienen los ciudadanos sobre los candidatos es tremenda, porque no saben qué propone cada uno. Se ve una clara grieta entre los simpatizantes de Trump y de Hillary, hay fanáticos, pero son pocos.
Ávila y Romano Norry viajaron inviatados por la Fundación Universitaria del Río de la Plata (FURP). Y no son los únicos políticos tucumanos que se encuentran allá: también viajó el legislador Christian Rodríguez, del Peronismo del Bicentenario.
“Nuestro rol es el de observador. Asistimos a las diferentes escuelas y sitios de votación, vemos la forma de trabajo. El sistema electoral es distinto al nuestro, porque aquí se elige por electores y no por voto directo. La otra particularidad es que se vota en un día de semana y no es obligatorio hacerlo. Por eso se estima que el porcentaje de participación podría llegar al 20%. Se lo hace por voto electrónico y en la mayoría de los estados se elige sólo presidente. No hay colectoras como en el sistema tucumano”, detalló Ávila.
“Se ve muchísima apatía. Hay poquísimo interés en las calles, poquísimo interés en la gente. Ayer no parecía que faltaran horas para una elección presidencial, y menos una que podría transformarse en bisagra para el mundo: lo que interesa es saber si Tump puede quedarse como responsable de la botonera nuclear. Hay mucha presencia en medios de comunicación, pero no se ve como en Argentina a militantes con las remeras de los candidatos repartiendo panfletos en la calle. Tampoco se ven gigantografías”, agregó Romano Norri.
- Participó en dos elecciones como candidato ¿qué nota de distinto entre el clima electoral en argentina y el de EEUU?
- Avila: es algo totalmente diferente. En estos días en la calle no se ven mesas entregando boletas, panfletos ni afiches en las calles. Es muy diferente, como si no les interesara la política. Los dos candidatos tienen una imagen negativa altísima, y los ánimos están como si se debiera votar al mal menor. La actividad política, al menos aquí, se concentra en los búnkeres. La falta de información que tienen los ciudadanos sobre los candidatos es tremenda, porque no saben qué propone cada uno. Se ve una clara grieta entre los simpatizantes de Trump y de Hillary, hay fanáticos, pero son pocos.
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