Cualquiera es sospechoso cuando reina la confusión

“¿Qué andan haciendo ustedes acá?”, espetó una mujer de unos 60 años al equipo de LA GACETA que trabajaba en avenida Francisco de Aguirre y Monteagudo, retratando los vestigios de una marcha que había terminado en forma violenta. Dos muchachos fueron golpeados el jueves allí, cuando los confundieron con supuestos secuestradores denunciados en mensajes que circulan por Facebook y WhatsApp. La actitud de la mujer que increpó al periodista y al fotógrafo de LA GACETA demostró que los vecinos no confían ni en su sombra. Pese a que se le explicó que se estaba realizando una labor periodística, ella sacó su celular. Luego de algunos instantes dio con la tecla correcta y comenzó a sacarles fotos a los cronistas y al auto de LA GACETA, que es de color blanco.

En los últimos días se viralizaron numerosos mensajes y audios con información falsa por teléfonos celulares y computadoras de los tucumanos. En la mayoría de ellos se habla de secuestradores que se movilizan en una Trafic blanca. Esto fue desmentido por las autoridades.

“¿Y si los mataban?”

En una Fiat Ducato viajaban el jueves los hermanos Carlos y Manuel Robles, Rodolfo Ruiz, y Carlos y Lucas Salazar. Todos volvían de trabajar en una obra y transitaban por Francisco de Aguirre rumbo a Los Pocitos. Allí se encontraron con la manifestación. “Sin motivo algunos los vecinos comenzaron a insultarnos y a golpear el vehículo”, informaron. A Manuel Robles le pegaron con un palo en la cabeza. En la única filmación que hubo del hecho se escucha sobre el final que alguien dice “se estaban robando una changuita”. Las imágenes que le tomaron al vehículo saliendo de la zona con la escolta de dos patrullas del 911 disparó una nueva falacia en las pantallas de teléfonos y computadoras: “atraparon a los secuestradores.”

“A mis hermanos los confundieron con supuestos secuestradores por todos esos malditos mensajes. Para que se entienda: Manuel tiene tres hijas y Carlos dos. Si les pasara algo a las chiquitas, ellos se mueren. Jamás le harían algo así a otra persona”, advirtió una hermana de ambos, que prefirió no dar su nombre por miedo. La familia vive cerca de donde se desencadenó el violento episodio.

“Manuel hacía changas de jardinería con mi papá pero no había mucho trabajo, por eso se fue a la obra de Carlos. Ellos trabajan todo el día como albañiles para darle de comer a su familia, son buena gente... ¿Y si los mataban?”, añadió angustiada.

Por esta situación, LA GACETA también visitó el lugar del conflicto para hablar con los vecinos sobre lo que había ocurrido. “Creo que los confundieron con esos secuestradores de los que hablan los mensajes, Aquí no hay eso, pero hay mucha inseguridad. Lo único que alcancé a ver es que volaban piedras al vehículo y por esto se acercó una patrulla que estaba cerca”, explicó Gustavo Vázquez, un vecino de Villa 9 de Julio. “Es un verso todo lo que se está diciendo, Jamás se vio que una Trafic secuestre a un niño. Se escribe cualquier cosa, como cuando salen esas cadenas que aseguran que se va a acabar el mundo”, añadió Jorge Machuca.

Rubén González, en cambio, ofreció otra versión. Si bien concedió que se dan informaciones que no son ciertas, dijo que la violencia tuvo otra causa: “los vecinos tenemos una alarma que suena en nuestras casas. El acuerdo es que si pasa algo, salimos todos. En estos días quisieron asaltar a una mujer y a otra le quisieron sacar a su hijo de los brazos. Todos lo demás que se dijo es mentira, no hay una Trafic con chicos muertos. En cuanto a lo que pasó en la marcha, la gente que estaba más cerca me explicó que los de la camioneta quisieron ‘pechar’ y empujaron a una mujer. Por eso todos se les fueron encima”.