Soy médico y si cae comida al piso de la cocina, la como igual

Soy médico y si cae comida al piso de la cocina, la como igual

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ESTUDIO. El suelo de la cocina sueles estar más limpio que la mesada. ESTUDIO. El suelo de la cocina sueles estar más limpio que la mesada.
05 Noviembre 2016

Aaron E. Carroll / The New York Times

Recientemente salió un estudio que desmitifica la regla de los cinco segundos. Dice que no importa que tan rápido levantes la comida que se cae al piso, cuando la levantas, ya tiene bacterias.

Nuestro foco en esta amenaza desconcierta. ¿Por qué estamos tan preocupados por el piso? Hay tantas cosas más peligrosas...

Este estudio, similar a otros ya publicados, probó con una variedad de comidas, distintas sustancias y diferentes períodos de tiempo. Y descubrió que cuando la comida tocaba el piso, aunque sea por un período corto de tiempo, podía pegársele una bacteria.

No hay un período mágico que prevenga la trasmisión. Pero aunque yo sepa que una bacteria se puede pegar a mi comida en menos de cinco segundos, igual comería lo que se cayó en el piso de la cocina. ¿Por qué? Porque ese piso no está realmente tan sucio.

Nuestro parámetro no debería ser que haya más de cero bacterias en el piso, debería ser cuántas bacterias hay en el piso en comparación con otras superficies de la casa. Y, en ese aspecto, hay otros lugares de tu casa que deberían preocuparte más que el piso.

Quizás nadie en EEUU pasó más tiempo investigando la existencia de bacterias en superficies públicas que Charles Gerba, profesor de Microbiología y Ciencia Ambiental en la Universidad de Arizona.

En 1998, él y sus colegas investigaron qué tan bien los productos de limpieza podían reducir bacterias coliformes en las superficies de las casas. Descubrieron que el piso de la cocina podía albergar, en promedio, una colonia de bacterias coliformes cada centímetro cuadrado. Así que hay algunas, pero menos que las de la manija de la heladera y el mostrador de la cocina: tienen 2,11 y 2,26 colonias por centímetro, respectivamente. Pero no nos preocupamos cuando la comida entra en contacto con ellas.

Lo mismo pasa con el baño. La mayoría de las personas se preocupan por el asiento del inodoro, pero es más limpio que todas las cosas de la cocina que acabo de mencionar (0,26 colonias por centímetro cuadrado). ¿Qué es lo más sucio del baño? Casi todo: la cadena (13,64 colonias), la canilla (6,23 colonias) y el mostrador (0,51 colonias por centímetro cuadrado).

Las cosas se ensucian cuando muchas manos las tocan y cuando no pensamos en ellas.

Si llevamos esta lógica más lejos, hay cosas que tocamos un montón y nunca limpiamos. Un estudio, por ejemplo, mostró que el 95 % de los celulares que usan los profesionales de la salud están contaminados con bacterias de los hospitales. La mitad estaban contaminados con aureus estafilococo, una bacteria resistente a la meticilina.

¿Cuantas personas tocaron el dinero que uno tiene en la billetera? Un estudio sobre billetes de un dólar descubrió que el 94% tenían bacterias, 7% de las cuales eran patógenas para la salud de las personas y 87% lo eran para personas que estaban hospitalizadas o con sistemas inmunes comprometidos.

Ni pensar, entonces, en las perillas de las hornallas, los botones de los teléfonos, los controles remotos, los botones de las luces, los teclados de las computadoras...

Lo más sucio de nuestra cocina, por lejos, es la esponja. La mayoría nunca las lava o las desinfecta. Gerba descubrió que suelen tener más de 20 millones de colonias por centímetro cuadrado. Todo esto debería hacerte acordar que es una buena idea lavarte las manos antes de comer. Lavarse las manos es todavía una de las mejores maneras de prever enfermedades.

Las personas reaccionan ante estos datos de dos maneras. Unos se vuelven paranoicos, empiezan a lavar todo y usan alcohol en gel obsesivamente. La alternativa es darse cuenta de que para la mayoría de nosotros, nuestro sistema inmune es fuerte. Todos venimos tocando cosas sucias hace rato, sin saberlo, y nos sigue yendo bien.

Yo entro en el segundo grupo. Si se me cae comida al piso, todavía la como. Lo hago porque el peligro que puedo llegar a correr no se compara con muchas otras cosas. Quizás vos lo sientas distinto. De cualquier manera, toma la decisión informado, basado en los riesgos relativos, no en cuánto tiempo una cosa tocó a la otra.

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