En el Día de los Fieles Difuntos, el comisario coordinador del 911 descubrió una placa con el nombre del agente Juan José Vides -quien murió en febrero por el balazo que le disparó uno de los delincuentes a los que perseguía- y recordó a Jorge Álvarez, un efectivo que falleció en abril del año pasado de un ataque al corazón, luego ayudar a sus compañeros a atrapar a un ladrón cuando se encontraba de descanso.
"Es el acto más heroico y sublime que un ser humano puede hacer. Una madre da vida y trae al mundo a ese hijo que verá crecer a su lado. Un médico da vida cuando ayuda a esa madre a traer a su hijo o cuando en uso de sus conocimientos cura a una persona enferma. Un bombero da vida cuando salva a alguien de un incendio. Y nuestros compañeros y amigos Jorge Álvarez y Juan José Vides dieron vida. Dieron su vida para ayudar a sus compañeros de trabajo", señaló Pablo Velárdez.
Sobre Álvarez, dijo que "estaba en su casa en su día de descanso, compartiendo con su familia cuando vio pasar a sus camaradas en persecución de un delincuente. Ni dudó un instante y salió a ayudarlos. No tenía porque hacerlo. Su trabajo ya había terminado. Pero su sangre de policía lo llevó a querér hacer siempre más. Así era él. Atento, servicial, buen compañero mejor amigo. El primero en llegar a su trabajo y el último en irse. Con su uniforme impecable. Siempre dispuesto a ayudar. Y eso le costó su propia vida".
En cuanto a Vides, informó que "tenía la energía y la juventud y los sueños de todo hombre joven que todos los días se levanta temprano a trabajar para mantener a su familia.Aquel día de febrero le tocó vestirse de Gloria.
Al perseguir a aquellos delincuentes por las calles de esta ciudad una bala lo alcanzó de lleno truncando su juventud y sus sueños pero así y todo salvó la vida de su compañero Osores. Y no quedó allí sino que además ofrendó sus órganos para que otras personas siguieran viviendo".