Cuando se anunció, en la noche del domingo, que “Maquinaria Panamericana” era la mejor película del Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo, reservado a óperas prima latinoamericanas, el director mexicano Joaquín del Paso apretó fuerte los puños. Pero ni los abrazos ni las felicitaciones lo hacían salir de la sorpresa, y hubo que llamarlo especialmente para que suba al escenario del Espacio Incaa a recibir la estatuilla de manos del presidente del Ente Cultural de Tucumán, Mauricio Guzman.
Al momento de agradecer, el cineasta reconoció: “prefiero hacer películas que hablar”. “Cuando filmé este proyecto, no tuve mucho tiempo de pensarlo, debía hacerla rápidamente. Este premio no es sólo un reconocimiento, sino que sirve de mucho para la siguiente película que estoy empezando a escribir, porque me ayuda a vivir del cine y poder desarrollar un producto libre, abierto y sin compromisos”, agregó.
El diálogo exclusivo con LA GACETA, Del Paso destacó cómo uno de los aspectos más interesantes del festival “ha sido ver un público real, que no es el que acostumbramos encontrar en los festivales; acá vino gente normal, de la calle”.
- Más allá del premio, ¿qué significó esta experiencia?
- Implicó el estreno de la película en la Argentina, un país que me encanta y del que vi mucho cine. Fue muy especial mostrarla acá y conocer otra parte del mundo, porque sólo conocía Buenos Aires. Y haber estado con tantas películas buenas, que pude verlas acá, fue estupendo. La muestra, aunque pequeña, es excelente.
- Aparte de México, estudiaste cine en Cuba y en Polonia.
- En la escuela de cine de San Antonio de los Baños hice algunos talleres, pero fue donde decidí dedicarme a esto de lleno. En Polonia estuve siete años y es donde hice la carrera completa y me profesionalicé.
- Desde Polonia llega parte de la producción...
- Sí, es coproducción mexicana y polaca con mi colectivo de arte que se llama Mundo Films, que funciona en estos dos países y en la India. También tuve apoyo de la Escuela de Cine de México, pero todos los aportes fueron mínimos en comparación con lo que cuesta hacer una película. “Maquinaria Panamericana” salió muy poco: unos $ 2 millones en moneda argentina, pero porque la gente entregó su salario, su talento y sus máquinas. Es un ejemplo de que una ópera prima no tiene que ser un filme grande y costoso, como muchos estudiantes de cine se lo imaginan. Lo esencial es que se quiera hacer en equipo, que no sea sólo la idea del director.
- La locación se centra en un único lugar.
- Todo ocurre en la planta de la empresa, sólo hay una toma de afuera hacia adentro. Ahí ubico el microcosmos mexicano y latinoamericano que estamos viviendo. Al unir a tantas personas que tienen un problema en común (la desocupación por la quiebra de la empresa), instantáneamente nos remitimos a los que hay entre todos. Los personajes de la película enfrentan un estado de incertidumbre absoluto, que es la situación actual de México, nos puede pasar lo que sea en cualquier momento y estamos educados para que nada nos sorprenda.
- ¿En qué género está tu filme?
- Tiene un toque de humor en medio del drama, porque nuestra situación está tan asimilada que podemos reírnos de lo que ocurre. Tiene influencias de Luis Buñuel en varios sentidos, e incluso le hago un guiño a “El ángel exterminador”. Nunca se sabe si sus filmes son una comedia o un drama, lo que es un sentimiento ambiguo maravilloso que te transporta. No sabés qué sentir y eso es bueno.
- ¿Tus personajes, que son tu país, tienen una salida?
- La salida está en la gente: si se uniese y dijese que está harta de la corrupción y de la violencia podría terminar todo. Pero está la paradoja de que mientras más nos acercamos, más nos desorganizamos. Todavía podemos hacer muchas cosas juntos.
Los argumentos del jurado para definir los premios
Aclararon que su tarea no fue fácil y, al mismo tiempo, que hubo plena coincidencia en la decisión. El jurado que tuvo la misión de definir los premios de la competencia oficial a mejor ópera prima latinoamericana en el Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo del Bicentenario justificaron en la ceremonia de cierre (realizada en la noche del domingo en el Espacio Incaa) por qué inclinaron la balanza a favor de la película mexicana “Maquinaria Panamericana”.
El tribunal integrado por Eva Piwowarski, Jerry Carlson y Pedro Arturo Gómez (fue el responsable de leer el acta) destacó “la creatividad y solidez de la elaboración dramática (de esa película), en la que se construye la expresión coral de un mundo que se acaba: el de la sociedad del trabajo desplazada por el avance neoliberal, donde el pueblo es condenado a la pérdida de sus identidades, su dignidad y sentido de pertenencia”. “‘Maquinaria Panamericana’ consigue ser elocuente con su descripción barroca de este microcosmos alegórico, desarticulado por la brutalidad y la desolación”, agregó, mientras su director, Joaquín del Paso, todavía estaba en su butaca, sorprendido por el resultado.
El filme narra la crisis que afronta un grupo de obreros y empleados de una empresa dedicada a máquinas para la construcción ante la quiebra de la firma. Aparte del premio mayor (dotado de $ 200.000 por parte del Ministerio de Cultura de la Nación), el jurado también elogió su diseño de arte, y lo consideró el más logrado de las 11 películas que se vieron en el certamen.
El segundo lugar fue para la argentina “Hijos nuestros”, de Juan Fernández Gebauer y Nicolás Suárez, que implica recibir un aporte de $ 100.000 de parte del Ente Bicentenario Tucumán. La película es una comedia romántica de un ex futbolista frustrado que es chofer de taxi y vuelca sus tensiones siguiendo fanáticamente al club San Lorenzo de Almagro. En un viaje, conoce a una madre y a su hijo, con quienes articula una profunda amistad.
“Su visión humanista muestra con creatividad la riqueza escondida de la vida cotidiana de los sectores populares urbanos. Sobresale también la construcción de sus personajes, que si bien son tipos humanos simples, obedecen a motivaciones complejas, sin caer en estereotipos ni paternalismos”, señaló el tribunal. Por este mismo motivo, el protagonista Carlos Portaluppi fue considerado mejor actor del festival, y el joven Valentín Greco recibió una mención especial.
También se otorgó una mención especial a la colombiana “Siempreviva”, de Klych López, “por la excelente adaptación de una obra teatral al lenguaje cinematográfico, en la que se logra condensar la compleja y dolorosa encerrona de la sociedad colombiana sometida a la ausencia de paz”. El filme aborda el hecho real del copamiento de un grupo insurgente al Palacio de Justicia y la represión militar posterior en 1985.
En el acta, los evaluadores remarcaron la gran calidad de las películas seleccionadas. “Valoramos en alto grado la diversidad de obras elegidas, basada en principios inclusivos, y el modo en que estas producciones evidencian el permanente compromiso de los realizadores latinoamericanos con la expresión y el testimonio de las realidades de sus pueblos”, dijeron.
Reconocimientos especiales
- Mejor guión: “Desde allá”, película venezolana del director Lorenzo Viga.
- Mejor fotografía: “La tierra y la sombra”, de Colombia, con dirección de César Augusto Acevedo.
- Mejor actriz: Hilda Ruiz, protagonista femenina de “La tierra y la sombra”
- Mejor diseño de sonido: “Clever”, de los uruguayos Federico Borgia y Guillermo Madeiro.
- Mejor montaje: “600 millas”, filme mexicano de Gabriel Ripstein.
- Mención especial en actuación para las interpretaciones infanto juveniles de Julia Lübert y Emilia Ossandon, por la película chilena “Rara”, de Pepa San Martín; y al intérprete del niño mula en “La granja” (filme puertorriqueño dirigido por Ángel Manuel Soto), cuyo nombre no figura en los créditos. El jurado justificó este reconocimiento colectivo “por la fuerza expresiva y la naturalidad de sus desempeños actorales”.
Un Espacio Incaa repleto
A SALA LLENA.- Prácticamente todas las funciones realizadas en el Espacio Incaa, con las películas latinoamericanas en competición, fueron a sala llena, hecho que se repitió en la noche del viernes para el cierre del Festival Tucumán Cine (foto). Cuatro filas fueron reservadas para los invitados especiales (artistas, técnicos y parientes) que participaron de “La hija”, el filme de Luis Sampieri que se estrenó luego de la entrega de los premios. Tanto el director como el productor de esta película, Carlos Piwowarski, pidieron que se sancione en la provincia una ley de promoción a la producción cinematográfica, que alivie los altos costos de filmar en el interior, que es entre el 30% y el 40% más caro que hacerlo en un gran centro urbano.
LA HISTORIA DE REMO SAFARSI.- La ceremonia fue abierta con un reconocimiento especial a la memoria de Remo Safarsi, pionero del cine móvil en la provincia con las proyecciones de películas en distintos pueblos del interior, tras ser cesanteado por la dictadura militar. La estatuilla fue recibida por su hijo, Matías Safarsi, y su viuda, Carolina Albornoz de Safarsi. Un emotivo video de 10 minutos con testimonios sobre su labor de promoción cultural y su trabajo social completó el homenaje.
UUN PREMIO PARA “MISS”.- La agrupación Proyecto Cine Independiente, que integran Martín De Salvo y Benjamín Ávila (entre otros), se sumó a los premios con un diploma especial para Roberto Bonomo, director de la película argentina “Miss” por “la innovación artística” alcanzada en su filme.