29 Octubre 2016
25 AÑOS. “Estamos grandes, pero no hay nostalgia. Le ponemos más tonic al gin”, dijo Diego Tuñón.
ACTÚA HOY
• A las 22, en el Teatro Mercedes Sosa, en San Martín 479.
“Canción, llévame lejos,/ donde nadie se acuerde de mí,/ quiero ser el murmullo de alguna ciudad/ que no sepa quién soy”, dice el tema “El colmo”.
Pese a ello, Babasónicos ha sido como el murmullo de la gran ciudad desde hace años: con su música y sus letras, se han identificado decenas de miles de jóvenes y no tan jóvenes. El grupo, formado en 1991 y con una veintena de discos, ha sabido mantener su propio estilo, que algunos llamaron glam-rock y otros precisaron que se trataba de una mezcla de rock y pop. Sea como fuera, cuando se escucha algunos de sus temas, todos saben quién canta y qué banda está detrás.
Y el grupo llegó a los 25 años; no tuvo mejor idea que publicar un nuevo álbum, “Impuesto de fe”, que se trata de un disco con versiones de sus propios temas y un par de canciones nuevas: “Vampi” y “El maestro”. En el repertorio de esta noche figuran “El Colmo”, “Yegua”, “Puesto”, “Putita”, “Muñeco/ Deléctrico”, “Sin mi diablo” y “Rubí “y “Natural”, entre otros. Babasónicos está integrado por Adrián Dárgelos, Mariano Roger, Diego Rodríguez, Diego Castellano, Diego Tuñón y Carca. Y es que así, como suena, y con más de 25 años, “Babasónicos tiene futuro”, asegura Tuñón durante una entrevista con LA GACETA, entre risas, pero también en serio.
“Antes siempre íbamos al Norte y a Tucumán, que nos gustaba mucho, pero de golpe se cortó. No sé bien por qué, vos sabés que el negocio de la música no es muy claro, tiene que haber alguien dispuesto a perder y a ganar. Ya en 96 y 97 hacíamos shows allí, íbamos a un hotel en el centro donde dormíamos de a seis”, recuerda el músico en la conversación.
- ¿Qué sensación tienen cuando versionan sus propias canciones?
- La verdad es que sucedió de un modo distinto: teníamos la chance de hace un disco nuevo o esto, que nace de una propuesta de hacer un show de televisión que efectivamente se hizo y salió por HBO, pero no se vio mucho aquí, no sabemos por qué. Entiendo que lo que quedó ahí filmado será muy valioso; es como una película, que se dio en coincidencia de los 25 años. No tiene nada que ver con los unplugged que se han visto en los últimos 30 años. En realidad, nunca habíamos mirado para atrás, e hicimos ese ejercicio, de componer y ordenar, reordenar en realidad con otros instrumentos, porque tenía que ser acústico.
- Sí, escuché: a veces se ralentiza y otras, se aceleran los temas. ‘Putita’, por ejemplo, se quedó sin glamour…
- ¿Te pasó eso? Es un tema que tiene mucha tecnología y no podíamos usarla, no lo teníamos permitido. Generamos como un soul blanco. Pienso que con este show, también logramos uno que se genera para el mismo teatro; por eso, tiene gran dramatismo. El show es como una obra de principio a fin, y es eso lo que queríamos… Volviendo con ‘Putita’, es multitrack con 70 canales. Y ese es un camino que nos llevaría a la destrucción. Con ese tema, es llegar a todo lo que uno puede llegar. Y creo que todo es camino y las metas no son nada. Por ahí, le dimos ahora la oportunidad que no tuvo alguna canción, como es el caso de ‘Zumba’.
- La vuelta atrás puede entenderse como nostalgia o como un parate o estado de meseta creativa. A veces suena como, “un hasta aquí llegamos…”
- No, no es una vuelta atrás… no es en definitiva. ¿Me podés nombrar cuántas bandas nunca se tomaron dos meses de vacaciones? Ahora se vienen varios trabajos, que son como el lado B de otros. Babasónicos es una banda de futuro, y como no puedo lamentar mi pasado, por eso, entonces, lo convierto en una ópera. Estamos grandes, cierto, pero no hay nostalgia; con los años, hay que ponerle más tonic al gin tonic. Seguimos estando muy estamos abiertos. Babasónicos es una banda de gente que ama la música y que ese amor por la música la hizo generar música. Había que decir cosas nuevas, y las decimos y tenemos más cosas para decir; siempre hay música nueva y uno está abierto a todo eso. En verdad, son los genios los que terminan repitiéndose; uno compone una situación que después llega a un determinado lugar.
- El título me llamó la atención “Impuesto de fe”.
- “Impuesto de fe”, es preguntarse sobre el porqué de los nombres, con la búsqueda de la novedad; creo que la lírica de Adrián sucede delante de nuestras narices. Es como una combinación de palabras. Porque, ¿cuál es el valor de las palabras reales? No te olvides que la poesía se enfrenta sola y la canción está vestida de música. Buscamos el no cliché. Y el impuesto es una nueva forma de presentar las palabras. ‘Impuesto de Fe’ es como inventar un formato que tenga que ver con escuchar a una banda desnuda, con pocas cosas.
• A las 22, en el Teatro Mercedes Sosa, en San Martín 479.
“Canción, llévame lejos,/ donde nadie se acuerde de mí,/ quiero ser el murmullo de alguna ciudad/ que no sepa quién soy”, dice el tema “El colmo”.
Pese a ello, Babasónicos ha sido como el murmullo de la gran ciudad desde hace años: con su música y sus letras, se han identificado decenas de miles de jóvenes y no tan jóvenes. El grupo, formado en 1991 y con una veintena de discos, ha sabido mantener su propio estilo, que algunos llamaron glam-rock y otros precisaron que se trataba de una mezcla de rock y pop. Sea como fuera, cuando se escucha algunos de sus temas, todos saben quién canta y qué banda está detrás.
Y el grupo llegó a los 25 años; no tuvo mejor idea que publicar un nuevo álbum, “Impuesto de fe”, que se trata de un disco con versiones de sus propios temas y un par de canciones nuevas: “Vampi” y “El maestro”. En el repertorio de esta noche figuran “El Colmo”, “Yegua”, “Puesto”, “Putita”, “Muñeco/ Deléctrico”, “Sin mi diablo” y “Rubí “y “Natural”, entre otros. Babasónicos está integrado por Adrián Dárgelos, Mariano Roger, Diego Rodríguez, Diego Castellano, Diego Tuñón y Carca. Y es que así, como suena, y con más de 25 años, “Babasónicos tiene futuro”, asegura Tuñón durante una entrevista con LA GACETA, entre risas, pero también en serio.
“Antes siempre íbamos al Norte y a Tucumán, que nos gustaba mucho, pero de golpe se cortó. No sé bien por qué, vos sabés que el negocio de la música no es muy claro, tiene que haber alguien dispuesto a perder y a ganar. Ya en 96 y 97 hacíamos shows allí, íbamos a un hotel en el centro donde dormíamos de a seis”, recuerda el músico en la conversación.
- ¿Qué sensación tienen cuando versionan sus propias canciones?
- La verdad es que sucedió de un modo distinto: teníamos la chance de hace un disco nuevo o esto, que nace de una propuesta de hacer un show de televisión que efectivamente se hizo y salió por HBO, pero no se vio mucho aquí, no sabemos por qué. Entiendo que lo que quedó ahí filmado será muy valioso; es como una película, que se dio en coincidencia de los 25 años. No tiene nada que ver con los unplugged que se han visto en los últimos 30 años. En realidad, nunca habíamos mirado para atrás, e hicimos ese ejercicio, de componer y ordenar, reordenar en realidad con otros instrumentos, porque tenía que ser acústico.
- Sí, escuché: a veces se ralentiza y otras, se aceleran los temas. ‘Putita’, por ejemplo, se quedó sin glamour…
- ¿Te pasó eso? Es un tema que tiene mucha tecnología y no podíamos usarla, no lo teníamos permitido. Generamos como un soul blanco. Pienso que con este show, también logramos uno que se genera para el mismo teatro; por eso, tiene gran dramatismo. El show es como una obra de principio a fin, y es eso lo que queríamos… Volviendo con ‘Putita’, es multitrack con 70 canales. Y ese es un camino que nos llevaría a la destrucción. Con ese tema, es llegar a todo lo que uno puede llegar. Y creo que todo es camino y las metas no son nada. Por ahí, le dimos ahora la oportunidad que no tuvo alguna canción, como es el caso de ‘Zumba’.
- La vuelta atrás puede entenderse como nostalgia o como un parate o estado de meseta creativa. A veces suena como, “un hasta aquí llegamos…”
- No, no es una vuelta atrás… no es en definitiva. ¿Me podés nombrar cuántas bandas nunca se tomaron dos meses de vacaciones? Ahora se vienen varios trabajos, que son como el lado B de otros. Babasónicos es una banda de futuro, y como no puedo lamentar mi pasado, por eso, entonces, lo convierto en una ópera. Estamos grandes, cierto, pero no hay nostalgia; con los años, hay que ponerle más tonic al gin tonic. Seguimos estando muy estamos abiertos. Babasónicos es una banda de gente que ama la música y que ese amor por la música la hizo generar música. Había que decir cosas nuevas, y las decimos y tenemos más cosas para decir; siempre hay música nueva y uno está abierto a todo eso. En verdad, son los genios los que terminan repitiéndose; uno compone una situación que después llega a un determinado lugar.
- El título me llamó la atención “Impuesto de fe”.
- “Impuesto de fe”, es preguntarse sobre el porqué de los nombres, con la búsqueda de la novedad; creo que la lírica de Adrián sucede delante de nuestras narices. Es como una combinación de palabras. Porque, ¿cuál es el valor de las palabras reales? No te olvides que la poesía se enfrenta sola y la canción está vestida de música. Buscamos el no cliché. Y el impuesto es una nueva forma de presentar las palabras. ‘Impuesto de Fe’ es como inventar un formato que tenga que ver con escuchar a una banda desnuda, con pocas cosas.
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