24 Octubre 2016
MENSAJE. Rossi llamó a seguir el ejemplo de lucha de Viroche.
El obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, monseñor José María Rossi, insistió en que la muerte del cura Juan Viroche está ligada con su lucha contra el narcotráfico. “Más allá de las cuestiones que tienen que definir los investigadores, creo que la droga también mata a los curas. Y lo que sucedió con el padre Juan tiene que ver con esto”, dijo enfáticamente el prelado.
Al mismo tiempo advirtió que “escarbar” en la vida privada del sacerdote fallecido “no tiene sentido y sólo sirve para tapar un problema que hay que mostrarlo” en alusión al narcotráfico
Rossi, quien en las últimas horas regresó del Vaticano luego de asistir a la canonización del cura Brochero, habló con la prensa al término de la misa que ofició el viernes a la noche en memoria de Viroche. En ese oficio religioso brindó una homilía en la que pidió derrotar a la droga en “comunidad”, con un examen de consciencia que lleve a pensar a cada uno qué puede aportar en esta lucha. El obispo, además, contó que con el Papa Francisco sólo tuvo un breve cruce de palabras y no habló de la muerte del sacerdote.
“Me pidió que le transmitiera su bendición a todos los fieles de nuestra diócesis”, comentó. “No se si habrá conversado del tema con otros, pero yo particularmente desconozco lo que sabe el Papa del episodio que nos ocupa” aclaró. Este es un tema espinoso para la Iglesia, luego de que el arzobispo Alfredo Zecca negara que el legislador porteño Gustavo Vera y el abogado Mario Baudry fueran enviados del pontífice, pese a la amistad que el primero tiene con Francisco. Esta postura fue ratificada luego por la nunciatura. En cuanto a los aludidos, en todo momento dijeron que no iban a entrar “en internas” eclesiales y que sólo estaban en Tucumán para “saber quien mató al padre Juan”, ya que en su opinión, fue un homicidio.
Las hipótesis
En otro tramo de su declaración al periodismo, Rossi expresó que tanto la hipótesis del suicidio como la del homicidio, conducen a un mismo móvil: su lucha contra el narcotráfico. “No hay que perderse en la discusión de si lo mataron o no. Hay que descubrir que el fallecimiento del padre tiene que ver con su misión de enfrentar a los que trafican muerte” agregó.
Por otro lado, el obispo, reivindicó la tarea de todos los que están dando ayuda a los que sufren adicciones. “Hay gente que da su vida en la tarea diaria de estar al lado de quien lo necesita. Y hacen este esfuerzo desde su casa o barrio y también algunos desde la función pública”, dijo. Enseguida recalcó que en las zonas rurales el problema de las adicciones es “muy grave” y ahí también hay quienes están dando una mano.
Rossi consideró que la obra más importante frente a esta situación es la prevención. “Tenemos que definir qué es lo que vamos a hacer para que esto no siga sucediendo. Porque es más rápido el proceso de hacerse adicto que el de recuperación” advirtió. “Entonces, el nudo de la cuestión pasa por determinar lo que vamos a hacer para que no se repitan las historias de muerte y no sean más los que sufren”.
Al mismo tiempo advirtió que “escarbar” en la vida privada del sacerdote fallecido “no tiene sentido y sólo sirve para tapar un problema que hay que mostrarlo” en alusión al narcotráfico
Rossi, quien en las últimas horas regresó del Vaticano luego de asistir a la canonización del cura Brochero, habló con la prensa al término de la misa que ofició el viernes a la noche en memoria de Viroche. En ese oficio religioso brindó una homilía en la que pidió derrotar a la droga en “comunidad”, con un examen de consciencia que lleve a pensar a cada uno qué puede aportar en esta lucha. El obispo, además, contó que con el Papa Francisco sólo tuvo un breve cruce de palabras y no habló de la muerte del sacerdote.
“Me pidió que le transmitiera su bendición a todos los fieles de nuestra diócesis”, comentó. “No se si habrá conversado del tema con otros, pero yo particularmente desconozco lo que sabe el Papa del episodio que nos ocupa” aclaró. Este es un tema espinoso para la Iglesia, luego de que el arzobispo Alfredo Zecca negara que el legislador porteño Gustavo Vera y el abogado Mario Baudry fueran enviados del pontífice, pese a la amistad que el primero tiene con Francisco. Esta postura fue ratificada luego por la nunciatura. En cuanto a los aludidos, en todo momento dijeron que no iban a entrar “en internas” eclesiales y que sólo estaban en Tucumán para “saber quien mató al padre Juan”, ya que en su opinión, fue un homicidio.
Las hipótesis
En otro tramo de su declaración al periodismo, Rossi expresó que tanto la hipótesis del suicidio como la del homicidio, conducen a un mismo móvil: su lucha contra el narcotráfico. “No hay que perderse en la discusión de si lo mataron o no. Hay que descubrir que el fallecimiento del padre tiene que ver con su misión de enfrentar a los que trafican muerte” agregó.
Por otro lado, el obispo, reivindicó la tarea de todos los que están dando ayuda a los que sufren adicciones. “Hay gente que da su vida en la tarea diaria de estar al lado de quien lo necesita. Y hacen este esfuerzo desde su casa o barrio y también algunos desde la función pública”, dijo. Enseguida recalcó que en las zonas rurales el problema de las adicciones es “muy grave” y ahí también hay quienes están dando una mano.
Rossi consideró que la obra más importante frente a esta situación es la prevención. “Tenemos que definir qué es lo que vamos a hacer para que esto no siga sucediendo. Porque es más rápido el proceso de hacerse adicto que el de recuperación” advirtió. “Entonces, el nudo de la cuestión pasa por determinar lo que vamos a hacer para que no se repitan las historias de muerte y no sean más los que sufren”.
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