20 Octubre 2016
“¿Cuántas más tenemos que morir?”, se preguntaron miles de mujeres en la plaza
A cuatro meses de la última marcha contra la violencia machista, las calles volvieron a inundarse de pedidos de protección y justicia. Vestidas de negro y con crudos mensajes en sus pancartas, exigieron que se declare la emergencia en violencia de género y se brinde asistencia a las víctimas.
LA MARCHA. Partieron de la Casa de Gobierno y avanzaron por 24 de Septiembre hasta Monteagudo, para luego retornar a la plaza por San Martín. la gaceta / fotos de inés quinteros orio
“Soy una víctima de abuso por parte del padre de mi hijo, quien me amenaza constantemente con que va a secuestrar y matar a nuestro hijo. Pasé tres años yendo y viniendo por Tribunales y recién ahora se está por hacer el juicio. A veces siento que los jueces no hacen justicia, por eso les pido a ustedes que me apoyen”, suplicó una mujer por micrófono. Fue un claro retrato de lo que sentían muchas de las miles de mujeres que se acercaron ayer a la plaza Independencia, arrastrando su pedido de justicia, para volver a gritar “ni una menos”.
Apenas cuatro meses habían transcurrido desde la última movilización contra la violencia machista, que se realizó el 3 de junio. Pero, para sorpresa de muchos, la convocatoria fue todavía mayor que la vez pasada. A nivel nacional, mujeres y hombres estaban horrorizados por el crimen de Lucía Pérez, la adolescente brutalmente abusada y asesinada en Mar del Plata. En Tucumán, mientras tanto, la indignación era todavía mayor: 24 horas antes de la marcha había sido asesinada otra mujer en manos de su ex marido. Se trata de Claudia Lizárraga, quien fue ultimada a puñaladas en una plaza del barrio Jardín.
Todo ese horror se tradujo en las prendas negras que vestían casi todas las asistentes a la movilización y en las crudas leyendas de las pancartas que levantaban. Además, cada vez que alguna tomaba el micrófono para contar una experiencia propia o de un familiar cercano, los relatos que salían por los parlantes estremecían hasta al que pasaba y lo escuchaba por casualidad. Después venían los aplausos, los abrazos y las muestras de apoyo de las demás.
Una de ellas fue Elva Ledesma, tía de Aída Correa, la mujer abusada y mutilada en El Cadillal en febrero de 2012. “Gracias a Dios en este caso los asesinos ya están presos, pero hay muchas compañeras que todavía no tienen justicia”, expresó. “Lo único que hacen desde la Casa de Gobierno es asomar las cabecitas por las ventanas y se nos cagan de risa. ¿Señor gobernador, acaso usted no tiene madre ni hermanas?”, vociferó Ledesma desde la plaza, respaldada por los aplausos de la multitud.
Como en cada reclamo, estuvo también Alberto Lebbos, padre de Paulina, cuyo crimen se produjo hace 10 años y sigue impune. “Por todas las víctimas, tenemos que decir ‘presente’ y luchar sin claudicaciones porque la verdad siempre triunfa. Que ‘ni una menos’ se concrete de una vez en la Argentina”, pidió Lebbos, en representación de la comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad.
Educación y refugios
“Somos muchos y eso me causa una gran felicidad”, dijo, por otra parte, la decana de la facultad de Derecho de la UNT, Adela Seguí. “Esta es una deuda histórica de la humanidad civilizada contra el género y una gran lucha que llevamos adelante, muchas veces desde las minorías y desde la soledad. Los gobiernos tienen que hacerse cargo de esta realidad”, planteó. Y reflexionó: “los jueces no pueden juzgar desde una perspectiva de género si las universidades no educan a los abogados desde una perspectiva de género y nos estamos haciendo cargo de eso con una cátedra dedicada a la temática, que es algo inédito”, celebró Seguí.
Con bronca se expresó Ana Ferreyra, de la Casa de las Mujeres, cuando se le preguntó por qué volvieron a salir a las calles cuatro meses después del último reclamo. “Nos están matando. ¿Qué esperan para declarar la emergencia en violencia de género? ¿Por qué no nos escuchan? ¿Cuántas más tenemos que morir?”, cuestionó. Luego reiteró el pedido de albergues, donde las víctimas puedan refugiarse. “Necesitamos albergues, policías y psicólogos que se encarguen de estos casos porque estamos siendo víctimas permanentes. La sociedad está pidiendo a gritos, clama por justicia”, remarcó.
#NOSOTRASPARAMOS.- Durante una hora, de 13 a 14, las mujeres decidieron interrumpir sus actividades ayer y realizar un paro en señal de protesta por la creciente cantidad de femicidios. Con fotos y mensajes, lo reflejaron en las redes sociales usando el hashtag #NostrasParamos. “Ha sido un hecho histórico que se va a repetir cada vez que sea necesario”, advirtió Vicky Disatnik, representante de la Casa de las Mujeres Norma Nassif.
UN FEMICIDIO POR DÍA.- De acuerdo con los registros que lleva la organización Mumalá, durante octubre se produjo un femicidio cada 24 horas en el país. En el caso particular de Tucumán, Claudia Lizárraga (asesinada a puñaladas el martes a la tarde) fue la sexta mujer que muere en manos de un hombre en lo que va del año.
TEMA DE AGENDA EN LA LEGISLATURA.- En la sesión de hoy, los legisladores debatirán el proyecto de ley para la reforma integral del Código Procesal Penal de Tucumán (CPPT), que rige desde los 90. Un grupo de legisladoras impulsó una serie de cambios tendientes a garantizar un mejor tratamiento en los casos de violencia de género.
LOS DIBUJOS.- Numerosos dibujantes se sumaron a la iniciativa #NiUnaMenos. Artistas reconocidos como Liniers, Montt, Tute y Berlich, entre otros, se plegaron con sus ilustraciones a la jornada de lucha. La artista cordobesa Romina Lerda fue la responsable del nuevo ícono de repudio a la violencia contra la mujer.
Apenas cuatro meses habían transcurrido desde la última movilización contra la violencia machista, que se realizó el 3 de junio. Pero, para sorpresa de muchos, la convocatoria fue todavía mayor que la vez pasada. A nivel nacional, mujeres y hombres estaban horrorizados por el crimen de Lucía Pérez, la adolescente brutalmente abusada y asesinada en Mar del Plata. En Tucumán, mientras tanto, la indignación era todavía mayor: 24 horas antes de la marcha había sido asesinada otra mujer en manos de su ex marido. Se trata de Claudia Lizárraga, quien fue ultimada a puñaladas en una plaza del barrio Jardín.
Todo ese horror se tradujo en las prendas negras que vestían casi todas las asistentes a la movilización y en las crudas leyendas de las pancartas que levantaban. Además, cada vez que alguna tomaba el micrófono para contar una experiencia propia o de un familiar cercano, los relatos que salían por los parlantes estremecían hasta al que pasaba y lo escuchaba por casualidad. Después venían los aplausos, los abrazos y las muestras de apoyo de las demás.
Una de ellas fue Elva Ledesma, tía de Aída Correa, la mujer abusada y mutilada en El Cadillal en febrero de 2012. “Gracias a Dios en este caso los asesinos ya están presos, pero hay muchas compañeras que todavía no tienen justicia”, expresó. “Lo único que hacen desde la Casa de Gobierno es asomar las cabecitas por las ventanas y se nos cagan de risa. ¿Señor gobernador, acaso usted no tiene madre ni hermanas?”, vociferó Ledesma desde la plaza, respaldada por los aplausos de la multitud.
Como en cada reclamo, estuvo también Alberto Lebbos, padre de Paulina, cuyo crimen se produjo hace 10 años y sigue impune. “Por todas las víctimas, tenemos que decir ‘presente’ y luchar sin claudicaciones porque la verdad siempre triunfa. Que ‘ni una menos’ se concrete de una vez en la Argentina”, pidió Lebbos, en representación de la comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad.
Educación y refugios
“Somos muchos y eso me causa una gran felicidad”, dijo, por otra parte, la decana de la facultad de Derecho de la UNT, Adela Seguí. “Esta es una deuda histórica de la humanidad civilizada contra el género y una gran lucha que llevamos adelante, muchas veces desde las minorías y desde la soledad. Los gobiernos tienen que hacerse cargo de esta realidad”, planteó. Y reflexionó: “los jueces no pueden juzgar desde una perspectiva de género si las universidades no educan a los abogados desde una perspectiva de género y nos estamos haciendo cargo de eso con una cátedra dedicada a la temática, que es algo inédito”, celebró Seguí.
Con bronca se expresó Ana Ferreyra, de la Casa de las Mujeres, cuando se le preguntó por qué volvieron a salir a las calles cuatro meses después del último reclamo. “Nos están matando. ¿Qué esperan para declarar la emergencia en violencia de género? ¿Por qué no nos escuchan? ¿Cuántas más tenemos que morir?”, cuestionó. Luego reiteró el pedido de albergues, donde las víctimas puedan refugiarse. “Necesitamos albergues, policías y psicólogos que se encarguen de estos casos porque estamos siendo víctimas permanentes. La sociedad está pidiendo a gritos, clama por justicia”, remarcó.
#NOSOTRASPARAMOS.- Durante una hora, de 13 a 14, las mujeres decidieron interrumpir sus actividades ayer y realizar un paro en señal de protesta por la creciente cantidad de femicidios. Con fotos y mensajes, lo reflejaron en las redes sociales usando el hashtag #NostrasParamos. “Ha sido un hecho histórico que se va a repetir cada vez que sea necesario”, advirtió Vicky Disatnik, representante de la Casa de las Mujeres Norma Nassif.
UN FEMICIDIO POR DÍA.- De acuerdo con los registros que lleva la organización Mumalá, durante octubre se produjo un femicidio cada 24 horas en el país. En el caso particular de Tucumán, Claudia Lizárraga (asesinada a puñaladas el martes a la tarde) fue la sexta mujer que muere en manos de un hombre en lo que va del año.
TEMA DE AGENDA EN LA LEGISLATURA.- En la sesión de hoy, los legisladores debatirán el proyecto de ley para la reforma integral del Código Procesal Penal de Tucumán (CPPT), que rige desde los 90. Un grupo de legisladoras impulsó una serie de cambios tendientes a garantizar un mejor tratamiento en los casos de violencia de género.
LOS DIBUJOS.- Numerosos dibujantes se sumaron a la iniciativa #NiUnaMenos. Artistas reconocidos como Liniers, Montt, Tute y Berlich, entre otros, se plegaron con sus ilustraciones a la jornada de lucha. La artista cordobesa Romina Lerda fue la responsable del nuevo ícono de repudio a la violencia contra la mujer.
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