Por LA GACETA
20 Octubre 2016
Es uno de los grandes flagelos de todos los tiempos. Su gen anida en el mismo ser humano. Está presente en todos los estratos sociales y no hace diferencia de edades. Sus principales víctimas son los niños, los ancianos y las mujeres. La acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo se ha denominado violencia. Es una herramienta de poder que se ejercita contra el más débil para someterlo. Pese a los adelantos considerables logrados en la sociedad por la mujer para alcanzar un plano de igualdad, una buena parte de los hombres la sigue considerando un objeto de su propiedad y por lo tanto, este se siente dueño de hacer lo que quiera con ella.
Se realizó ayer en todo el país la marcha “Ni una menos”, en repudio contra la violencia de género. La iniciativa, única en el país, surgió a partir del crimen de Lucía Pérez, la adolescente de 16 años violada y asesinada en Mar del Plata la semana pasada.
De acuerdo con las estadísticas, en lo que va de 2016, fueron asesinadas 227 mujeres en el país como consecuencia de violencia machista. Se estima que unos cinco femicidios sucedieron en Tucumán. El último se registró este martes, cuando una mujer de 42 años recibió palazos de su ex pareja, mientras caminaba a plena luz del día por la plaza del barrio Jardín. El asesino la apuñaló luego con un cuchillo. Hace menos de un mes, uno de los hijos de ambos había enfrentado en una pelea al criminal para que no agrediera a su madre.
Según la organización Mumalá, en lo que va del mes, 20 mujeres fueron asesinadas en el país. La directora del Centro Municipal de Violencia, Mujer y Derechos Humanos informó que se registran en Tucumán cuatro casos de violencia de género por día, 20 a la semana y 80 al mes.
La titular de la organización Casa de las Mujeres afirmó que la solución inmediata para combatir este problema es la creación de una casa refugio, pedido que viene haciéndose hace años en la provincia. “Creemos que, desde el Estado, no se hace nada porque no se considera una problemática que se pueda resolver”. En la última sesión de la Cámara, una legisladora propuso la incorporación de modificaciones, en el artículo 11, de la ley nacional de Protección Integral a las Mujeres (N° 26.485). Pidió que la víctima tuviera derecho a la protección integral de la persona, su familia y sus bienes frente a las consecuencias del delito; que recibiera un trato digno de las autoridades, que no podrán bajo ningún pretexto dejar de recibir sus denuncias o reclamos.
Si se crearan fiscalías especializadas en las cuestiones relativas a la violencia contra la mujer, con gabinetes interdisciplinarios, sería un avance significativo, así como la capacitación de la Policía que recibe las denuncias de mujeres golpeadas y que aún siguen siendo subestimadas. Es imprescindible que haya estadísticas que permitan diseñar políticas efectivas sobre tan delicada cuestión.
La violencia se transmite de generación en generación. Esta no se ejercita solamente contra la mujer mediante los golpes o el crimen, también a través del acoso sexual, la discriminación, la humillación. Vivimos en una sociedad cada vez más sorda y agresiva. Esta cuestión cultural solo puede modificarse con la educación. Si educamos a los niños en el camino de la paz, el diálogo y la tolerancia, es posible que las próximas generaciones respeten a quienes nos traen a la vida. Alguien solía decir que la violencia contra la mujer es el recurso preferido de los cobardes.
Se realizó ayer en todo el país la marcha “Ni una menos”, en repudio contra la violencia de género. La iniciativa, única en el país, surgió a partir del crimen de Lucía Pérez, la adolescente de 16 años violada y asesinada en Mar del Plata la semana pasada.
De acuerdo con las estadísticas, en lo que va de 2016, fueron asesinadas 227 mujeres en el país como consecuencia de violencia machista. Se estima que unos cinco femicidios sucedieron en Tucumán. El último se registró este martes, cuando una mujer de 42 años recibió palazos de su ex pareja, mientras caminaba a plena luz del día por la plaza del barrio Jardín. El asesino la apuñaló luego con un cuchillo. Hace menos de un mes, uno de los hijos de ambos había enfrentado en una pelea al criminal para que no agrediera a su madre.
Según la organización Mumalá, en lo que va del mes, 20 mujeres fueron asesinadas en el país. La directora del Centro Municipal de Violencia, Mujer y Derechos Humanos informó que se registran en Tucumán cuatro casos de violencia de género por día, 20 a la semana y 80 al mes.
La titular de la organización Casa de las Mujeres afirmó que la solución inmediata para combatir este problema es la creación de una casa refugio, pedido que viene haciéndose hace años en la provincia. “Creemos que, desde el Estado, no se hace nada porque no se considera una problemática que se pueda resolver”. En la última sesión de la Cámara, una legisladora propuso la incorporación de modificaciones, en el artículo 11, de la ley nacional de Protección Integral a las Mujeres (N° 26.485). Pidió que la víctima tuviera derecho a la protección integral de la persona, su familia y sus bienes frente a las consecuencias del delito; que recibiera un trato digno de las autoridades, que no podrán bajo ningún pretexto dejar de recibir sus denuncias o reclamos.
Si se crearan fiscalías especializadas en las cuestiones relativas a la violencia contra la mujer, con gabinetes interdisciplinarios, sería un avance significativo, así como la capacitación de la Policía que recibe las denuncias de mujeres golpeadas y que aún siguen siendo subestimadas. Es imprescindible que haya estadísticas que permitan diseñar políticas efectivas sobre tan delicada cuestión.
La violencia se transmite de generación en generación. Esta no se ejercita solamente contra la mujer mediante los golpes o el crimen, también a través del acoso sexual, la discriminación, la humillación. Vivimos en una sociedad cada vez más sorda y agresiva. Esta cuestión cultural solo puede modificarse con la educación. Si educamos a los niños en el camino de la paz, el diálogo y la tolerancia, es posible que las próximas generaciones respeten a quienes nos traen a la vida. Alguien solía decir que la violencia contra la mujer es el recurso preferido de los cobardes.
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