19 Octubre 2016
AZÚCAR. El producto tucumano por excelencia podría ser perjudicado por el proyecto que se encuentra en el Congreso. FOTO TOMADA DE REVISTASUMMA.COM
Una forma de saber qué comemos es leer el rótulo del envase del alimento. En esa etiqueta se brinda al consumidor información sobre las características de los productos, como lista de ingredientes, indicaciones de origen y el valor nutricional. El régimen que establece el rotulado utilizado en el país data de unos 10 años, en el marco del Código Alimentario nacional. A pesar del tiempo en vigencia del régimen local, hay quienes no conocen lo que ingieren porque no leen (o no comprenden) las inscripciones en los envases.
En medio de ese escenario, existen propuestas para incorporar otro modelo de etiqueta. En el Congreso nacional hay proyectos que proponen la aplicación de un esquema parecido al de otros países, como Ecuador: la etiqueta “semáforo”. El objetivo es que los productos lleven los valores de grasas, sal y azúcares que contienen, clasificándolos con los colores rojo, amarillo o verde. Es decir: aquellos alimentos que representen un riesgo para la salud será calificados con el rojo; los que no sean tan nocivos, con el amarillo, y los saludables, con el verde. En este proyecto, el azúcar se encontraría en el rojo.
Esa propuesta, si bien no es actual, tomó relevancia en estos días a partir de la posiciones del Centro Azucarero Argentino (CAA), entidad que nuclea a los ingenios de Tucumán, Salta y Jujuy. Es decir, representa a la principal actividad económica del NOA.
Según el CAA, la etiqueta “semáforo” impactará de manera negativa en el sector azucarero y afirmó que “no existen alimentos no saludables en las clasificaciones” o normas internacionales. “No apoyamos la propuesta de las denominadas etiquetas ‘semáforo’, ya que no existen alimentos no saludables en las clasificaciones del Codex (Código de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-), o en los permisos de comercialización de alimentos otorgados por las autoridades argentinas en la materia”.
“Concordamos con las iniciativas de etiquetado con el fin de hacer que el número de calorías en los productos sea aún más claro y fácilmente identificable para los consumidores. De igual manera, apoyamos las medidas de informar a los consumidores mediante la identificación de los edulcorantes no calóricos contenidos en los productos, información que debe tener el mismo tamaño de letra que el resto de los nutrientes informados”, agregó la entidad en un comunicado.
El Centro Azucarero hizo pública su postura en medio de lo que considera una campaña contra el consumo de azúcar, que ha colocado a este producto como causa de la obesidad y los problemas cardíacos. Inclusive, ha rechazado la propuesta de la Organización Mundial de la Salud -OMS- de aumentar de los impuestos a las bebidas que contengan azúcar para combatir la obesidad y la diabetes.
"Si los gobiernos gravan con impuestos más altos productos como bebidas que contienen azúcar, pueden reducir el sufrimiento y salvar vidas", había afirmado días atrás Douglas Bettcher, director del Departamento para la Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS. "Además, pueden reducir así los gastos del sistema de salud y al mismo tiempo destinar más dinero a él", había agregado.
Por su parte, Mercedes Nimo, subsecretaria de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria nacional, remarcó que, a diferencia de Chile, donde se usa el sistema semáforo, o Ecuador, donde se implementa algo similar, Argentina tiene un marco regulatorio, aprobado para el del Mercosur, que fija un rotulado nutricional que es uno de los más importantes en el mundo, en cuanto a la cantidad de información.
“Tenemos que trabajar y fortalecer lo que hoy tenemos. Si le seguimos sumando cosas a los rótulos, la gente no entenderá nada: qué es lo que tiene que comer y qué no. Me parece que debe haber un camino de educación hacia el consumidor y de trabajo muy fuerte de los sectores público y privado para que se entienda lo que es hoy el rotulado nutricional. Este modelo tiene más de 10 años y hay muchísima gente no sabe leer la inscripción”, explicó la funcionaria. “Si seguimos sumando cosas, generaremos mayor confusión en el consumidor”, añadió.
Nimo remarcó que, sin dudas, se debe buscar medidas que prevengan la obesidad y el sobrepeso. “Pero tenemos que hacerlo de forma lógica, razonable y sin afectar a la principal producción de argentina, que son los alimentos”, destacó.
La subsecretaria resaltó que hubo un crecimiento de los casos de sobrepeso y la obesidad en la Argentina, Sin embargo, aclaró que estos problemas no son exclusivos de la alimentación, sino también de otros factores, como el sedentarismo. “Hay que mirar un poco todo”, finalizó.
En medio de ese escenario, existen propuestas para incorporar otro modelo de etiqueta. En el Congreso nacional hay proyectos que proponen la aplicación de un esquema parecido al de otros países, como Ecuador: la etiqueta “semáforo”. El objetivo es que los productos lleven los valores de grasas, sal y azúcares que contienen, clasificándolos con los colores rojo, amarillo o verde. Es decir: aquellos alimentos que representen un riesgo para la salud será calificados con el rojo; los que no sean tan nocivos, con el amarillo, y los saludables, con el verde. En este proyecto, el azúcar se encontraría en el rojo.
Esa propuesta, si bien no es actual, tomó relevancia en estos días a partir de la posiciones del Centro Azucarero Argentino (CAA), entidad que nuclea a los ingenios de Tucumán, Salta y Jujuy. Es decir, representa a la principal actividad económica del NOA.
Según el CAA, la etiqueta “semáforo” impactará de manera negativa en el sector azucarero y afirmó que “no existen alimentos no saludables en las clasificaciones” o normas internacionales. “No apoyamos la propuesta de las denominadas etiquetas ‘semáforo’, ya que no existen alimentos no saludables en las clasificaciones del Codex (Código de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-), o en los permisos de comercialización de alimentos otorgados por las autoridades argentinas en la materia”.
“Concordamos con las iniciativas de etiquetado con el fin de hacer que el número de calorías en los productos sea aún más claro y fácilmente identificable para los consumidores. De igual manera, apoyamos las medidas de informar a los consumidores mediante la identificación de los edulcorantes no calóricos contenidos en los productos, información que debe tener el mismo tamaño de letra que el resto de los nutrientes informados”, agregó la entidad en un comunicado.
El Centro Azucarero hizo pública su postura en medio de lo que considera una campaña contra el consumo de azúcar, que ha colocado a este producto como causa de la obesidad y los problemas cardíacos. Inclusive, ha rechazado la propuesta de la Organización Mundial de la Salud -OMS- de aumentar de los impuestos a las bebidas que contengan azúcar para combatir la obesidad y la diabetes.
"Si los gobiernos gravan con impuestos más altos productos como bebidas que contienen azúcar, pueden reducir el sufrimiento y salvar vidas", había afirmado días atrás Douglas Bettcher, director del Departamento para la Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS. "Además, pueden reducir así los gastos del sistema de salud y al mismo tiempo destinar más dinero a él", había agregado.
Por su parte, Mercedes Nimo, subsecretaria de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria nacional, remarcó que, a diferencia de Chile, donde se usa el sistema semáforo, o Ecuador, donde se implementa algo similar, Argentina tiene un marco regulatorio, aprobado para el del Mercosur, que fija un rotulado nutricional que es uno de los más importantes en el mundo, en cuanto a la cantidad de información.
“Tenemos que trabajar y fortalecer lo que hoy tenemos. Si le seguimos sumando cosas a los rótulos, la gente no entenderá nada: qué es lo que tiene que comer y qué no. Me parece que debe haber un camino de educación hacia el consumidor y de trabajo muy fuerte de los sectores público y privado para que se entienda lo que es hoy el rotulado nutricional. Este modelo tiene más de 10 años y hay muchísima gente no sabe leer la inscripción”, explicó la funcionaria. “Si seguimos sumando cosas, generaremos mayor confusión en el consumidor”, añadió.
Nimo remarcó que, sin dudas, se debe buscar medidas que prevengan la obesidad y el sobrepeso. “Pero tenemos que hacerlo de forma lógica, razonable y sin afectar a la principal producción de argentina, que son los alimentos”, destacó.
La subsecretaria resaltó que hubo un crecimiento de los casos de sobrepeso y la obesidad en la Argentina, Sin embargo, aclaró que estos problemas no son exclusivos de la alimentación, sino también de otros factores, como el sedentarismo. “Hay que mirar un poco todo”, finalizó.
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