Dolor e impotencia sintieron los habitantes de La Florida y de Delfín Gallo cuando vieron el estado en el que se encuentra la tumba del padre Juan Viroche, quien fue hallado ahorcado en su parroquia hace casi dos semanas: los restos del sacerdote están enterrados junto a un pasillo del cementerio de Cevil Pozo.
Ayer comenzaron a circular fotografías de la tumba, al aire libre, con la tierra removida, aún con flores y algunas velas alrededor. Las imágenes estaban acompañadas por el siguiente mensaje: "es lamentable y vergonzoso que la Iglesia no haya intervenido para que el cura Viroche tenga un digno lugar de descanso eterno. Esta imagen muestra donde está sepultado, triste realidad. No se merece tanto desprecio por parte de su Iglesia. Un hombre que lo dio todo y luchó por la vida de esos niños y niñas, víctimas de la droga y la trata, se hizo merecedor, por lo menos, a descansar en un digno lugar del cementerio. Difundan por favor , para que a las autoridades competentes, se les sensibilice el corazón y por lo menos le hagan un nicho como tiene que ser".
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Una catequista que trabajaba junto al sacerdote indicó a LA GACETA que los restos fueron llevados a ese cementerio porque allí se encuentran sepultados los restos de su familia paterna. Por el momento, debido a que aún está abierta la investigación de la muerte de Viroche, la tumba no cuenta con algún tipo de placa o identificación.
"Está como alguien sin importancia. Total, ya no está entre nosotros. La verdad es que son cosas que duelen, y mucho", dijo a LA GACETA la joven que prefirió mantener su nombre bajo reserva. Adelantó, además, que están por organizar una colecta para trasladar el ataúd del padre Juan a otro cementerio.
Viroche fue encontrado ahorcado dentro de la parroquia Nuestra Señora del Valle el miércoles 5 de octubre. Sus restos fueron velados desde esa noche y al día siguiente fueron sepultados en Cevil Pozo. Una multitud estuvo presente en su despedida.
El pasado viernes, sin embargo, los restos del padre fueron exhumados para ser sometidos a una nueva autopsia por parte de Gendarmería. Al igual que en el informe de la Policía de Tucumán, los peritos no hallaron signos de violencia en el cuerpo del religioso.