Atlético, la Libertadores y el federalismo en el fútbol

Atlético, la Libertadores y el federalismo en el fútbol

16 Octubre 2016
La clasificación de Atlético a la Copa Libertadores 2017 constituye un hecho histórico para Tucumán en lo deportivo, pero puede significar un paso fundamental para la federalización del fútbol argentino. La pulseada que decidió llevar adelante el “Decano” cuenta con el respaldo de todos aquellos que se cansaron de los negociados que se hacen puertas para adentro en la AFA, donde los poderosos siempre consiguen todo lo que quieren. Esta vez, en lugar de agachar la cabeza, la institución encabezada por Mario Leito decidió plantarse y reclamar lo que considera que le corresponde por derecho deportivo: la plaza extra que la Conmebol le otorgó a Argentina para la renovada edición del torneo continental del próximo año.

La opinión mayoritaria coincide con la posición de Atlético. Dirigentes, futbolistas, ex jugadores y periodistas hicieron público su apoyo en los últimos días. Muchos de ellos celebraron en las redes sociales la decisión de la Conmebol de anunciar los criterios de clasificación que se utilizarán para conformar a los participantes. Allí se indica que jugará el quinto mejor ubicado en el último torneo de Primera división. Todos coinciden que esa plaza es del “Decano”. En realidad, casi todos porque Independiente no parece dispuesto a resignarse y reclama la disputa de un encuentro de desempate.

¿En qué se basa el reclamo del “Rojo”? Según sus dirigentes, el reglamento de la competencia no establecía una tabla general porque no era necesaria por el sistema de disputa. Simplemente se formaban cruces según las posiciones de los equipos en sus respectivas zonas. Así, los primeros (San Lorenzo y Lanús) disputaron la final para consagrar al campeón.

Los segundos (Godoy Cruz y Estudiantes) se enfrentaron para definir un cupo directo a la fase de grupos de la Libertadores, que ganó el conjunto platense. Los mendocinos fueron derrotados y por eso iban a jugar la instancia preliminar para ingresar a la fase de grupos.

Al agregarse una sexta plaza (la restante se la adjudica el campeón de la Copa Argentina), Godoy Cruz va directamente a la fase de grupos y el quinto jugará la instancia preliminar. La interpretación de la mayoría coincide con la de los dirigentes tucumanos: Atlético es el quinto por haber sumado mayor cantidad de puntos (30 contra los 27 del “Rojo”) y debe participar en el torneo. Independendiente, en cambio, sostiene que así como se jugaron los cruces para definir las otras posiciones, ahora corresponde que el tercero de la zona A juegue con el tercero de la zona B.

¿Por qué la AFA se mantiene en silencio y dilata la oficialización del equipo que se quedará con el cupo extra? Porque posiblemente en las próximas horas los clubes mexicanos anuncien que no tomarán parte de la competencia y se liberarán otros tres cupos. Si esto finalmente ocurre, desde la AFA irán por una séptima plaza para igualar la cantidad de equipos que tendrá Brasil. Si esto sucede, Independiente se subirá al tren y se calmarán los dirigentes del club de Avellaneda que se movilizaron con el aval del presidente, Hugo Moyano.

Si no se consigue esa séptima plaza, es un secreto a voces que Atlético ganará la pulseada y su clasificación será oficialmente anunciada en las próximas horas. Será el triunfo a la decisión de sus dirigentes que decidieron defender sus derechos en lugar de negociar con los poderosos. Una forma de demostrar que los clubes denominados “directamente afiliados” ya no son los dueños de la AFA y que el fútbol argentino puede comenzar a vivir una etapa de cambios, donde el federalismo ocupe el lugar que hasta ahora siempre le correspondió al poder centralizado. Por eso, la participación de los tucumanos en la Libertadores va más allá de un logro deportivo. Puede ser el primer paso hacia un cambio de estilo, donde todos puedan reclamar sus derechos y ser escuchados sin temor a represalias por parte de los poderosos.

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