15 Octubre 2016
LA FLORIDA. Los vecinos, como Viroche, criticaron al poder político local.
Los vecinos de La Florida tenían razón: el padre Juan Viroche sí había realizado denuncias en las comisarías. Trascendió que la última fue por un robo en la Iglesia, hace algún tiempo.
“Hace un tiempo, será cosa de unos meses, se dijo que entraron ladrones, como cuando entran a hacer destrozos en las escuelas, y sé que se robaron la corona de la Virgen”, contó convencida Lucía Vildoza, mirando fijo el movimiento de policías y gendarmes detrás de las cintas de seguridad. El fiscal Diego López Ávila encabezó ayer la reconstrucción de la escena donde fue hallado el sacerdote junto a peritos de gendarmería. El operativo aumentó la atención entorno a la Parroquia Nuestra Señora del Valle durante gran parte del día.
Para Vildoza, así como para la mayoría de los habitantes de la localidad al este de la provincia, Viroche murió a causa de un suicidio instigado. Las versiones y suposiciones de la veintena de vecinos consultados por LA GACETA apuntan contra el poder político y contra narcotraficantes. El cimbronazo por la muerte del cura disparó el miedo y la tensión: la mayoría dio su opinión sobre los hechos con la condición de que se preserve su identidad, para evitar “aprietes”.
Todos desconfían de la Justicia y de la pesquisa que analiza razones amorosas al posible suicidio.
“La gente vive de dos cosas acá: del ingenio (La Florida) o de la Comuna. Si te levantás contra una de esas dos cosas te quedás sin trabajo. El padre Viroche denunció el narcotráfico y se puso del lado de los trabajadores que reclamaban porque en la Comuna los obligaban a dejar parte de su sueldo y los apretaban. Siento que estamos todos amenazados, y eso que no tengo parientes trabajando en la comuna”, opinó Florencia, otra vecina.
Una ronda de vecinos se sumó a la charla que mantuvo la mujer con este diario. “Escuchá pero no anotés nada, que atrás hay empleados de la Comuna sacando fotos”, indicó un joven. Dos mujeres estaban con el celular en alto, sentadas en la parada del colectivo. “¿Trabaja en la comuna? Muchos vecinos dicen que se los espía...”, se le consultó a una de ellas. “Sí, trabajo en la Comuna. Estoy esperando el colectivo, nada más. La gente está muy paranoica. Se dice cada cosa, (Arturo) ‘Chicho’ Soria (ex comisionado) es un santo”, respondió la mujer, que se identificó como María, luego de titubear. Luego de tres horas en la garita, sin subir a los internos de la línea La Florida, la supuesta empleada se retiró a pie.
“Hace un tiempo, será cosa de unos meses, se dijo que entraron ladrones, como cuando entran a hacer destrozos en las escuelas, y sé que se robaron la corona de la Virgen”, contó convencida Lucía Vildoza, mirando fijo el movimiento de policías y gendarmes detrás de las cintas de seguridad. El fiscal Diego López Ávila encabezó ayer la reconstrucción de la escena donde fue hallado el sacerdote junto a peritos de gendarmería. El operativo aumentó la atención entorno a la Parroquia Nuestra Señora del Valle durante gran parte del día.
Para Vildoza, así como para la mayoría de los habitantes de la localidad al este de la provincia, Viroche murió a causa de un suicidio instigado. Las versiones y suposiciones de la veintena de vecinos consultados por LA GACETA apuntan contra el poder político y contra narcotraficantes. El cimbronazo por la muerte del cura disparó el miedo y la tensión: la mayoría dio su opinión sobre los hechos con la condición de que se preserve su identidad, para evitar “aprietes”.
Todos desconfían de la Justicia y de la pesquisa que analiza razones amorosas al posible suicidio.
“La gente vive de dos cosas acá: del ingenio (La Florida) o de la Comuna. Si te levantás contra una de esas dos cosas te quedás sin trabajo. El padre Viroche denunció el narcotráfico y se puso del lado de los trabajadores que reclamaban porque en la Comuna los obligaban a dejar parte de su sueldo y los apretaban. Siento que estamos todos amenazados, y eso que no tengo parientes trabajando en la comuna”, opinó Florencia, otra vecina.
Una ronda de vecinos se sumó a la charla que mantuvo la mujer con este diario. “Escuchá pero no anotés nada, que atrás hay empleados de la Comuna sacando fotos”, indicó un joven. Dos mujeres estaban con el celular en alto, sentadas en la parada del colectivo. “¿Trabaja en la comuna? Muchos vecinos dicen que se los espía...”, se le consultó a una de ellas. “Sí, trabajo en la Comuna. Estoy esperando el colectivo, nada más. La gente está muy paranoica. Se dice cada cosa, (Arturo) ‘Chicho’ Soria (ex comisionado) es un santo”, respondió la mujer, que se identificó como María, luego de titubear. Luego de tres horas en la garita, sin subir a los internos de la línea La Florida, la supuesta empleada se retiró a pie.
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Cura Juan Viroche