15 Octubre 2016
Continuando con un adecuado manejo de las malezas, “el herbicida en el cultivo significa poder llegar a fin del cultivo mejor parado. Junto a la siembra se debe aplicar una mezcla de herbicidas residuales”, comentó Ignacio Olea, jefe de la Sección Malezas de la Eeaoc.
Los más utilizados son flumioxazin y sulfentrazone por su período de protección más largo, pero este es dependiente del tipo de suelos y de las lluvias. “El herbicida acompañante debiera controlar atacos y las otras malezas de difícil control; si es necesario se debe pensar en mezclas triples con diferentes modos de acción, pero el objetivo debe ser la no utilización de herbicidas postemergentes”. Aquí entra el nuevo concepto del “solapamiento de herbicidas residuales (overlapping), y que se trata de aplicar otra mezcla de tipo residual, antes del agotamiento de la primera y así llegar al cierre del cultivo”.
Cómo trabajar
No estamos acostumbrados al uso de herbicidas residuales con el cultivo emergido y menos aplicarlos suponiendo que están finalizando los efectos de la mezcla precedente, pero “es la forma más segura de protegerse contra las camadas tardías”. No son muchos los herbicidas residuales que se pueden aplicar sobre el cultivo en soja: se puede utilizar la mezcla de metolaclor + fomesafen, y en maíz la de atrazina + 2,4-D.
En postemergencia, el control de atacos se puede hacer con fomesafen, lactofen y benazolin, pero sus efectos dependen de su tamaño y del mojado (cobertura) que se realice en la aplicación.
Perspectivas
El futuro es promisorio porque se espera la llegada de nuevos productos selectivos para soja y maíz, así como la incorporación de variedades resistentes a herbicidas a los cuales actualmente no lo son.
También “es de prever que tengamos un buen desarrollo de los cultivos de cobertura”, así como de “nuevas maquinarias para labranzas” y de “las técnicas para la siembra de los cultivos”.
El peligro radica en la aparición de resistencias “apiladas” que nos dejen con muy pocos herbicidas para utilizar.
Los más utilizados son flumioxazin y sulfentrazone por su período de protección más largo, pero este es dependiente del tipo de suelos y de las lluvias. “El herbicida acompañante debiera controlar atacos y las otras malezas de difícil control; si es necesario se debe pensar en mezclas triples con diferentes modos de acción, pero el objetivo debe ser la no utilización de herbicidas postemergentes”. Aquí entra el nuevo concepto del “solapamiento de herbicidas residuales (overlapping), y que se trata de aplicar otra mezcla de tipo residual, antes del agotamiento de la primera y así llegar al cierre del cultivo”.
Cómo trabajar
No estamos acostumbrados al uso de herbicidas residuales con el cultivo emergido y menos aplicarlos suponiendo que están finalizando los efectos de la mezcla precedente, pero “es la forma más segura de protegerse contra las camadas tardías”. No son muchos los herbicidas residuales que se pueden aplicar sobre el cultivo en soja: se puede utilizar la mezcla de metolaclor + fomesafen, y en maíz la de atrazina + 2,4-D.
En postemergencia, el control de atacos se puede hacer con fomesafen, lactofen y benazolin, pero sus efectos dependen de su tamaño y del mojado (cobertura) que se realice en la aplicación.
Perspectivas
El futuro es promisorio porque se espera la llegada de nuevos productos selectivos para soja y maíz, así como la incorporación de variedades resistentes a herbicidas a los cuales actualmente no lo son.
También “es de prever que tengamos un buen desarrollo de los cultivos de cobertura”, así como de “nuevas maquinarias para labranzas” y de “las técnicas para la siembra de los cultivos”.
El peligro radica en la aparición de resistencias “apiladas” que nos dejen con muy pocos herbicidas para utilizar.