12 Octubre 2016
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El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) administrará nuevos fondos destinados a proyectos de inversión de empresas azucareras del norte del país con el objetivo de incrementar la producción de bioetanol y de molienda en azúcar y de este modo hacer más competitivo al sector.
La entrega de fondos se realiza como parte del Programa para Incrementar la Competitividad del Sector Azucarero (Proicsa), que es ejecutado por la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
A partir del financiamiento otorgado, se prevé incrementar la capacidad de producción de bioetanol en 350 metros cúbicos al día, así como aumentar la capacidad de molienda de azúcar en 4.700 toneladas diarias.
La entidad financiera, en carácter de fiduciario, participa desde 2013 de dicho programa y lleva comprometidos fondos a empresas del sector por u$s 33 millones, los cuales se esperan duplicar con la nueva convocatoria.
A su vez, el BICE ofrece un análisis técnico no vinculante sobre los proyectos presentados.
Los proyectos financiables son impulsados por empresas azucareras, ingenios o grupos económicos ubicados en las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán, que tengan como destino los siguientes componentes: construcción, instalación, ampliación y/o mejora de plantas productoras de bioetanol o plantas de tratamiento de efluentes provenientes de la actividad industrial; mejoras de la infraestructura y los equipos existentes de molienda y de fabricación de azúcar; la construcción de instalaciones y la adquisición de equipamiento para riego tecnificado.
El Proicsa, como instrumento de política pública, cuenta con financiamiento de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) y tiene como objetivo promover la competitividad de la industria azucarera del norte argentino a través de una estrategia de transformación y diversificación productiva, fundamentada en la creación de incentivos a la producción de etanol en un marco de sostenibilidad ambiental y social y el apoyo a los pequeños productores de caña de azúcar.
Una manera tradicional que emplea el ahorrista para lograr que su dinero no pierda valor frente la inflación es adelantar pagos ante un gasto previsto, o ir comprando insumos que demandará en el futuro. Pero aprovechar las tasas de interés positivas, aquellas que superan la evolución de los precios y permiten al inversor obtener una ganancia real, es la opción más elegida hoy.
Hoy por hoy, los fondos de inversión, las letras y los bonos se perfilan como alternativas más atractivas frente al dólar o los plazos fijos.
Si el dinero está destinado a pintar la casa, el año pasado lo mejor era comprar una lata de pintura cada mes con lo acumulado. En 2016, en cambio, si se invierte el ahorro mensual en Lebac, por ejemplo, al final del período se podría comprar la misma cantidad de pintura y tener un excedente para pagar la mano de obra porque los pesos en la cuenta crecieron más que el valor del material. Esto es así porque los bonos ajustados por CER (inflación) hoy tienen un rendimiento del 3,5% por encima de la evolución de los precios, y algo similar pasa con las Lebac a 35 días, según operadores.
Los plazos fijos UVI (sistema para el acceso a créditos hipotecarios por medio del ahorro en unidades que representan metros cuadrados, lo que apunta también a dar alternativas al ahorro en dólares) rinden tanto como la suba de precios que mida el Indec en el período en el que se realice la inversión; por lo tanto, también son una cobertura asegurada para los pesos.
Los fondos comunes de inversión
- El dilema es que cualquiera de esos vehículos de inversión tiene plazos determinados para entrar y salir que muchas veces no coinciden con los del ahorrista. La mejor opción en ese caso son los fondos comunes de inversión (FCI) que inviertan en el mismo tipo de instrumentos, por lo que tendrán un rendimiento parecido, pero permiten retirar los fondos en un plazo igual o inferior a las 72 horas.
- Como un banco o una administradora de fondos, el FCI junta en una misma bolsa el dinero de muchos pequeños ahorristas. La ventaja que tiene es que puede diversificar entre varios instrumentos y elegir algunos más riesgosos o más sofisticados, a los que un inversor individual no podría acceder porque, por ejemplo, requieren un monto mínimo alto.
- Un fondo de inversión de renta fija que destine por lo menos dos tercios del capital en letras del Banco Central hoy rinde alrededor del 26%, mientras que un plazo fijo ronda el 20%. El fondo tiene una mayor flexibilidad a la hora de realizar un rescate, mientras que el plazo fijo tiene una fecha determinada que hay que esperar para hacerse de los fondos.
- Quien maneja un fondo puede usar herramientas como el dólar futuro o comprar y vender en el mercado secundario de Lebac, cosas que maximizan los rendimientos y no están al alcance de un inversor minorista.
- Cuando el dinero ahorrado y a invertir tenga un destino ya asignado en el corto o el mediano plazos, la moneda en la que se busque hacer negocios será la misma que se necesitará para cumplir con el objetivo. Es decir, si el dinero se ahorra mes a mes para pintar la casa, se debe invertir en pesos, que es en la moneda en la que estarán valuadas la pintura y la mano de obra. Pero si los fondos tienen como objetivo financiar un viaje al exterior o devolver un dinero a un familiar que nos hizo un préstamo en dólares, deberá buscarse una inversión en esa moneda.
- Los plazos fijos en dólares tienen hoy tasas inferiores al 1% y en muchos casos montos mínimos más altos que en pesos. Mientras que un fondo común puede superar el 3% anual en esa moneda. Estas carteras invierten en instrumentos de corto plazo, como lo son las Letras del Tesoro Nacional a un año en dólares, y los bonos nacionales, lo cual permite un mejor balance entre retorno y volatilidad".
- Aunque el fondo esté invertido en instrumentos que vencen en un año o más de plazo, el ahorrista puede entrar y salir con su dinero el tiempo que quiera y hacerse de una ganancia proporcional a los meses que mantuvo la plata en el fondo.
Tres apuestas para diversificar la cartera de fondos y vencer a la inflación
Fondos comunes: los FCI permiten diversificar los riesgos entre varios instrumentos -incluyendo algunas opciones más sofisticadas o riesgosas que no siempre están disponibles para los pequeños ahorristas- con la posibilidad de retirar los fondos en un plazo igual o inferior a las 72 horas.
Bonos: los bonos ajustados por CER hoy tienen un rendimiento de 3,5% por encima de la inflación y también ofrecen mejores rendimientos que el dólar. Los expertos también recomiendan otras opciones a la hora de diversificar la cartera, como los bonos provinciales o los corporativos de compañías líderes como YPF o IRSA.
Fondos en dólares: son la mejor alternativa para los ahorros que tienen como objetivo financiar un viaje al exterior o devolver un dinero a un familiar que hizo el préstamo en una moneda dura. En la mayoría de los casos, sus rendimientos duplican o triplican a los que se pueden obtener con los más tradicionales plazos fijos en dólares.
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