10 Octubre 2016
CAMBIOS. La industria, entre ellas la textil, pide urgentes cambios impositivos. foto de archivo
BUENOS AIRES.- Las mejoras de competitividad por la vía cambiaria “lucen acotadas” por lo cual los avances deberán provenir de otras iniciativas oficiales como el área de la infraestructura y los recursos humanos. Así lo señala un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, que también abogó por profundizar el camino de la reducción de la carga tributaria.
En ese sentido, opinó que parece insuficiente lo hecho en estos primeros meses de gestión de Mauricio Macri en materia de reducir la presión impositiva.
Según el análisis, considerando la magnitud del déficit fiscal, la reforma tributaria deberá realizarse en forma gradual.
“El actual nivel de tipo de cambio real llegó para permanecer un tiempo relativamente prolongado, con lo que las mejoras que se puedan lograr en la competitividad de la economía deberán provenir de otras iniciativas del gobierno: mejoras en la infraestructura, en la calidad y costos del servicio de los recursos humanos, de la desburocratización y simplificación de la acción del estado, entre otras. Y por supuesto de la reducción de la presión tributaria”, evaluó la consultora.
Presión récord
El informe sostuvo que la presión impositiva entre 2003 y 2015 “subió hasta niveles nunca antes vistos en Argentina”.
Al respecto, indicó que la presión impositiva, a nivel nacional, en los últimos quince años aumentó en 9 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), y aún así, el déficit fiscal trepó 4 puntos del PIB”. “En sus primeros 10 meses, el nuevo gobierno ha acometido y promete seguirlo haciendo algunos importantes cambios tributarios, que va en la línea de corregir lo antes expuesto: modificó deducciones en Ganancias, bajó Derechos de Exportación para la soja y los eliminó en los otros casos, redujo el IVA para las compras de sectores vulnerables y permitió que las PyME tomen el impuesto al cheque a cuenta del impuesto a las Ganancias”, sintetizó.
Lo que falta
Sin embargo, la consultora juzgó que si bien se trata de avances importantes es necesario “profundizar el camino de la reducción de la carga tributaria en las materias pendientes: impuestos al trabajo, actualizar tramos de la escala que se aplica en el impuesto a las Ganancias, extender las reducciones en IDCB y en derechos de exportación al resto de los sectores, y comenzar a modificar el impuesto a los Ingresos Brutos, para que deje de dañar la competitividad de la producción nacional y permita encarar un crecimiento económico sostenido en el tiempo y conveniente para todos los sectores en danza”.
“La reforma tributaria se deberá realizar en un período razonable, para que no profundice el desequilibrio fiscal pero, a la vez, para que no llegue a destiempo con relación a los problemas existentes en materia de competitividad”, concluyó. (DyN)
En ese sentido, opinó que parece insuficiente lo hecho en estos primeros meses de gestión de Mauricio Macri en materia de reducir la presión impositiva.
Según el análisis, considerando la magnitud del déficit fiscal, la reforma tributaria deberá realizarse en forma gradual.
“El actual nivel de tipo de cambio real llegó para permanecer un tiempo relativamente prolongado, con lo que las mejoras que se puedan lograr en la competitividad de la economía deberán provenir de otras iniciativas del gobierno: mejoras en la infraestructura, en la calidad y costos del servicio de los recursos humanos, de la desburocratización y simplificación de la acción del estado, entre otras. Y por supuesto de la reducción de la presión tributaria”, evaluó la consultora.
Presión récord
El informe sostuvo que la presión impositiva entre 2003 y 2015 “subió hasta niveles nunca antes vistos en Argentina”.
Al respecto, indicó que la presión impositiva, a nivel nacional, en los últimos quince años aumentó en 9 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), y aún así, el déficit fiscal trepó 4 puntos del PIB”. “En sus primeros 10 meses, el nuevo gobierno ha acometido y promete seguirlo haciendo algunos importantes cambios tributarios, que va en la línea de corregir lo antes expuesto: modificó deducciones en Ganancias, bajó Derechos de Exportación para la soja y los eliminó en los otros casos, redujo el IVA para las compras de sectores vulnerables y permitió que las PyME tomen el impuesto al cheque a cuenta del impuesto a las Ganancias”, sintetizó.
Lo que falta
Sin embargo, la consultora juzgó que si bien se trata de avances importantes es necesario “profundizar el camino de la reducción de la carga tributaria en las materias pendientes: impuestos al trabajo, actualizar tramos de la escala que se aplica en el impuesto a las Ganancias, extender las reducciones en IDCB y en derechos de exportación al resto de los sectores, y comenzar a modificar el impuesto a los Ingresos Brutos, para que deje de dañar la competitividad de la producción nacional y permita encarar un crecimiento económico sostenido en el tiempo y conveniente para todos los sectores en danza”.
“La reforma tributaria se deberá realizar en un período razonable, para que no profundice el desequilibrio fiscal pero, a la vez, para que no llegue a destiempo con relación a los problemas existentes en materia de competitividad”, concluyó. (DyN)
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