09 Octubre 2016
LA GACETA / ARCHIVO
El cura Juan Viroche tenía muchos amigos. Más allá del cariño que recibía de los fieles que asistían a su parroquia, el sacerdote supo construir lazos muy fuertes de amistad, en los que se apoyó durante los últimos días de su vida. Varios de ellos estaban relacionados con la vida eclesial. Esto último quedó confirmado con el audio de WhatsApp que se filtró el viernes a última hora, en el que Viroche contaba el mal momento que estaba pasando y en el que revelaba que había hablado mucho con tres sacerdotes. El destinatario de este mensaje, según se supo, también era un párroco. Así como Viroche se desahogaba a través de su celular, por allí le llegaban numerosos mensajes de ánimo, en los que abundaban citas bíblicas. Sin embargo, el cura fallecido también tenía un amigo en la Policía. Se trata de un alto jefe, cuyo nombre no se publica por pedido de las fuentes investigativas. Este comisario es una de las llaves para entender qué pasó en los últimos días, antes de que encontraran el cuerpo en el templo.
Según consta en el expediente judicial, el alto jefe prestó declaración como testigo ante la fiscalía de Diego López Ávila. Allí habría reconocido que con Viroche lo unía una amistad de varios años y que estaba al tanto de dos cuestiones: de las amenazas que los “transas” de la zona le habían hecho llegar al cura y de los escraches que se realizaban contra él en la red social Facebook.
Amenazas y escraches
La primera situación a la que hizo relación el testigo tiene que ver con las denuncias públicas que había realizado Viroche sobre la venta de drogas en la zona. Esto lo llevó a hacer una misa en la calle el año pasado para dar a conocer la situación. En el audio que trascendió, incluso, dijo con preocupación: “los narcos tienen quién los defienda”. Así, dio a entender que estaban amparados por dirigentes políticos y autoridades.
La segunda, los escraches, se generaron a partir de otra de las puntas que tomaron los investigadores para esclarecer el caso. Según fuentes judiciales, se citó a declarar a una mujer que habría admitido que mantuvo una relación de pareja con el sacerdote hasta marzo. Dentro de estas versiones, se deslizó la posibilidad de que Viroche hubiera embarazado a esa mujer, tal como lo decía una publicación en la red social que fue escrita días antes del hallazgo del cuerpo. De esto no se supo mucho más, ya que el fiscal se opuso a hablar de la vida personal del cura.
El ofrecimiento
Al estar al tanto de ambas situaciones, el amigo policía del cura le habría pedido que realizara las denuncias para que pudiera ayudarlo en estas situaciones. Según le habría asegurado, una vez que las presentara podría poner a andar los mecanismos para investigar a las personas que lo estaban amenazando y también le podría brindar una protección policial durante las 24 horas para resguardar su vida. Por otro lado, con la denuncia en la mano, el jefe policial habría podido solicitar que la división Delitos Telemáticos investigara los escraches que le estaban haciendo en Facebook. Los efectivos en poco tiempo habrían podido tener la dirección de IP desde la que se habían escrito los mensajes. Viroche le prometió que lo haría, pero nunca presentó esas denuncias, tal como lo confirmó el secretario de Seguridad Ciudadana, Paul Hofer. LA GACETA intentó dialogar con el alto jefe policial, pero este señaló que no iba a realizar declaraciones.
Según consta en el expediente judicial, el alto jefe prestó declaración como testigo ante la fiscalía de Diego López Ávila. Allí habría reconocido que con Viroche lo unía una amistad de varios años y que estaba al tanto de dos cuestiones: de las amenazas que los “transas” de la zona le habían hecho llegar al cura y de los escraches que se realizaban contra él en la red social Facebook.
Amenazas y escraches
La primera situación a la que hizo relación el testigo tiene que ver con las denuncias públicas que había realizado Viroche sobre la venta de drogas en la zona. Esto lo llevó a hacer una misa en la calle el año pasado para dar a conocer la situación. En el audio que trascendió, incluso, dijo con preocupación: “los narcos tienen quién los defienda”. Así, dio a entender que estaban amparados por dirigentes políticos y autoridades.
La segunda, los escraches, se generaron a partir de otra de las puntas que tomaron los investigadores para esclarecer el caso. Según fuentes judiciales, se citó a declarar a una mujer que habría admitido que mantuvo una relación de pareja con el sacerdote hasta marzo. Dentro de estas versiones, se deslizó la posibilidad de que Viroche hubiera embarazado a esa mujer, tal como lo decía una publicación en la red social que fue escrita días antes del hallazgo del cuerpo. De esto no se supo mucho más, ya que el fiscal se opuso a hablar de la vida personal del cura.
El ofrecimiento
Al estar al tanto de ambas situaciones, el amigo policía del cura le habría pedido que realizara las denuncias para que pudiera ayudarlo en estas situaciones. Según le habría asegurado, una vez que las presentara podría poner a andar los mecanismos para investigar a las personas que lo estaban amenazando y también le podría brindar una protección policial durante las 24 horas para resguardar su vida. Por otro lado, con la denuncia en la mano, el jefe policial habría podido solicitar que la división Delitos Telemáticos investigara los escraches que le estaban haciendo en Facebook. Los efectivos en poco tiempo habrían podido tener la dirección de IP desde la que se habían escrito los mensajes. Viroche le prometió que lo haría, pero nunca presentó esas denuncias, tal como lo confirmó el secretario de Seguridad Ciudadana, Paul Hofer. LA GACETA intentó dialogar con el alto jefe policial, pero este señaló que no iba a realizar declaraciones.
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