06 Octubre 2016
SALIDA FAMILIAR. Máximo junto a su hijo, Tomás, y a su sobrino Mariano, en el sector 2 de la platea. la gaceta / fotos de FRANCO VERA
Por lo general, la ida a la cancha suele ser la conclusión de una actividad que comienza varias horas antes del inicio del partido. Los grupos de hinchas se organizan, para hacer algún tipo de previa. Es el caso, entre muchos otros, de la familia de Máximo Soria. Casi como si fuese un mandamiento divino, él se sienta en una butaca del sector 2 de las plateas de Atlético, cada vez que el “Deca” juega de local. Y nunca va solo; siempre lo acompañan miembros de su familia. Para el partido contra Huracán, obviamente, la escena se repitió. “Vine con mi cuñado, Ramiro; con mi hijo, Tomás, y con mi sobrino Mariano. Venir a la cancha es todo un ritual. Cuando juega los fines de semana se hace un asado, un fernecito; es muy lindo, es una salida especial, algo que me gusta y que disfruto mucho”, explica.
Debe ser cierto, porque hace casi 40 años que va al “José Fierro” cada vez que juega Atlético. “Vengo a todos los partidos, desde que tengo 5 años (hoy tiene 42); son varios años de venir a la cancha. Mi tío y mi ‘viejo’ me trajeron por primera vez; luego ellos dejaron de venir, pero yo empecé a hacerlo con mi hijo”, cuenta.
Con todos esos años de ver a Atlético está más que autorizado para hablar sobre el presente de la institución. “Es increíble lo que creció el club, lo bien que se están haciendo las cosas. Ahora tenemos la chance de jugar una Copa Libertadores. Eso sería un sueño, algo que los hinchas nunca hubiésemos imaginado. Así que lo estoy disfrutando”, dice.
Su análisis, claro está, trasciende la coyuntura por la que está atravesando el equipo, que lleva tres derrotas en fila. Pero Máximo también se anima a hablar sobre esa situación. “Es cuestión de que se dé algún tirón de orejas. El equipo debe reaccionar, no se puede haber olvidado de jugar. Con un poquito más de actitud las cosas van a empezar a salir como venían saliendo. Veníamos jugando muy bien; en especial, contra los equipos grandes, y cuando no se jugaba bien se lo suplía con la entrega”, analiza.
De todos modos, reconoce que acaso el hincha se haya vuelto más exigente con el equipo, debido a la gran campaña que realizó el “Deca” durante el pasado torneo de transición que, entre otros, significó que se logre la permanencia en Primera División, algo histórico para un equipo de Tucumán. “Me parece que uno se acostumbró a verlo jugar bien a Atlético, a verlo ganar, a verlo hacer muy buenos partidos. Es como que nos malacostumbramos -en el buen sentido- a jugar bien. Ahora habrá que tener un poquito de paciencia y esperar que este mal momento termine rápido, para que volvamos a jugar como antes”, señala.
Debe ser cierto, porque hace casi 40 años que va al “José Fierro” cada vez que juega Atlético. “Vengo a todos los partidos, desde que tengo 5 años (hoy tiene 42); son varios años de venir a la cancha. Mi tío y mi ‘viejo’ me trajeron por primera vez; luego ellos dejaron de venir, pero yo empecé a hacerlo con mi hijo”, cuenta.
Con todos esos años de ver a Atlético está más que autorizado para hablar sobre el presente de la institución. “Es increíble lo que creció el club, lo bien que se están haciendo las cosas. Ahora tenemos la chance de jugar una Copa Libertadores. Eso sería un sueño, algo que los hinchas nunca hubiésemos imaginado. Así que lo estoy disfrutando”, dice.
Su análisis, claro está, trasciende la coyuntura por la que está atravesando el equipo, que lleva tres derrotas en fila. Pero Máximo también se anima a hablar sobre esa situación. “Es cuestión de que se dé algún tirón de orejas. El equipo debe reaccionar, no se puede haber olvidado de jugar. Con un poquito más de actitud las cosas van a empezar a salir como venían saliendo. Veníamos jugando muy bien; en especial, contra los equipos grandes, y cuando no se jugaba bien se lo suplía con la entrega”, analiza.
De todos modos, reconoce que acaso el hincha se haya vuelto más exigente con el equipo, debido a la gran campaña que realizó el “Deca” durante el pasado torneo de transición que, entre otros, significó que se logre la permanencia en Primera División, algo histórico para un equipo de Tucumán. “Me parece que uno se acostumbró a verlo jugar bien a Atlético, a verlo ganar, a verlo hacer muy buenos partidos. Es como que nos malacostumbramos -en el buen sentido- a jugar bien. Ahora habrá que tener un poquito de paciencia y esperar que este mal momento termine rápido, para que volvamos a jugar como antes”, señala.
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