02 Octubre 2016
BOGOTÁ.- Los colombianos decidirán hoy en un plebiscito si avalan un acuerdo de paz para que la guerrilla de las FARC se convierta en un partido político, o si extienden un amargo conflicto de medio siglo en busca de vencer por las armas a los rebeldes. Con el “Sí” o “No”, los ciudadanos tendrán la última palabra sobre el histórico acuerdo firmado entre el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, para acabar una confrontación de 52 años que dejó 220.000 muertos.
Santos subrayó que el plebiscito, el primero desde 1957, será la decisión política más importante de la historia reciente para la conservadora sociedad de Colombia, que está dividida en torno al acuerdo debido en gran parte a los recuerdos de asesinatos, secuestros y ataques cometidos por la guerrilla. “Los colombianos escogerán el domingo entre el sufrimiento del pasado y la esperanza del futuro, entre las lágrimas del conflicto y la tranquilidad de la convivencia, entre la pobreza que deja la guerra y las oportunidades que trae la paz”, planteó el mandatario en horas previas al plebiscito, que será vigilado por 300.000 efectivos de las Fuerzas Armadas.
El pacto, que posicionó a Santos y Londoño como candidatos al Premio Nobel de la Paz, establece que las izquierdistas FARC dejarán las armas y sus trincheras para luchar por los más pobres desde la conformación de una agrupación política, crea una instancia judicial especial para juzgarlos, establece subsidios para que se integren a la sociedad y también compensaciones a las víctimas del conflicto.
Aunque los sondeos proyectan un triunfo del “Sí” que ratificaría el acuerdo, un gran sector de la sociedad liderado por el ex presidente Álvaro Uribe lo rechaza porque cree que los jefes guerrilleros tienen que ir a la cárcel por los crímenes cometidos bajo el conflicto y no deben tener la posibilidad inmediata de ocupar cargos de elección popular.
“Yo no creo en el presidente porque él vendió el país, se lo vendió a los guerrilleros”, reflexionó Fanny Castro, una ama de casa de 66 años, que confesó estar preocupada de que los rebeldes lleguen al poder y cambien el modelo político y económico.
Si el acuerdo, producto de cuatro años de difíciles negociaciones en La Habana, es avalado, las FARC tendrán cinco escaños en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes durante dos periodos consecutivos, a partir del 2018, incluso si no alcanzaran la suficiente votación en las elecciones próximas.
La consulta será controlada por una misión formada por 200 observadores de 25 países, entre ellos personalidades como los premios Nobel de Paz Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, el ex presidente de Guatemala Álvaro Colom y el ex canciller uruguayo Enrique Iglesias.
Santos no estaba obligado a someter a un plebiscito el acuerdo de paz, pero decidió hacerlo para que el pacto no se circunscribiera al Gobierno y las FARC,, sino que abarcara a la sociedad en su conjunto. (DPA-Reuters)
Clara ventaja del “SI”
Temor por una baja participación ciudadana
Según la firma Ipsos-Napoleón Franco, el “Sí “obtendría 66% frente a 34% del “No”; Cifras y Conceptos y Datexco Company señalaron que el acuerdo se refrendaría con votaciones de 62% contra 38% y de 55% a 36,6%, respectivamente. A pesar de la tendencia consolidada de las encuestas, existe en el gobierno cierto temor a una alta inasistencia popular (el voto no es obligatorio), lo que deslegitimaría el acuerdo a pesar de que gane el “Sí”. Están habilitados para votar 34 millones de personas. La ley electoral establece que para aprobar o rechazar los acuerdos de paz se requiere una votación del 13% del censo; es decir que se necesita una base de 4,5 millones de votos.
Santos subrayó que el plebiscito, el primero desde 1957, será la decisión política más importante de la historia reciente para la conservadora sociedad de Colombia, que está dividida en torno al acuerdo debido en gran parte a los recuerdos de asesinatos, secuestros y ataques cometidos por la guerrilla. “Los colombianos escogerán el domingo entre el sufrimiento del pasado y la esperanza del futuro, entre las lágrimas del conflicto y la tranquilidad de la convivencia, entre la pobreza que deja la guerra y las oportunidades que trae la paz”, planteó el mandatario en horas previas al plebiscito, que será vigilado por 300.000 efectivos de las Fuerzas Armadas.
El pacto, que posicionó a Santos y Londoño como candidatos al Premio Nobel de la Paz, establece que las izquierdistas FARC dejarán las armas y sus trincheras para luchar por los más pobres desde la conformación de una agrupación política, crea una instancia judicial especial para juzgarlos, establece subsidios para que se integren a la sociedad y también compensaciones a las víctimas del conflicto.
Aunque los sondeos proyectan un triunfo del “Sí” que ratificaría el acuerdo, un gran sector de la sociedad liderado por el ex presidente Álvaro Uribe lo rechaza porque cree que los jefes guerrilleros tienen que ir a la cárcel por los crímenes cometidos bajo el conflicto y no deben tener la posibilidad inmediata de ocupar cargos de elección popular.
“Yo no creo en el presidente porque él vendió el país, se lo vendió a los guerrilleros”, reflexionó Fanny Castro, una ama de casa de 66 años, que confesó estar preocupada de que los rebeldes lleguen al poder y cambien el modelo político y económico.
Si el acuerdo, producto de cuatro años de difíciles negociaciones en La Habana, es avalado, las FARC tendrán cinco escaños en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes durante dos periodos consecutivos, a partir del 2018, incluso si no alcanzaran la suficiente votación en las elecciones próximas.
La consulta será controlada por una misión formada por 200 observadores de 25 países, entre ellos personalidades como los premios Nobel de Paz Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, el ex presidente de Guatemala Álvaro Colom y el ex canciller uruguayo Enrique Iglesias.
Santos no estaba obligado a someter a un plebiscito el acuerdo de paz, pero decidió hacerlo para que el pacto no se circunscribiera al Gobierno y las FARC,, sino que abarcara a la sociedad en su conjunto. (DPA-Reuters)
Clara ventaja del “SI”
Temor por una baja participación ciudadana
Según la firma Ipsos-Napoleón Franco, el “Sí “obtendría 66% frente a 34% del “No”; Cifras y Conceptos y Datexco Company señalaron que el acuerdo se refrendaría con votaciones de 62% contra 38% y de 55% a 36,6%, respectivamente. A pesar de la tendencia consolidada de las encuestas, existe en el gobierno cierto temor a una alta inasistencia popular (el voto no es obligatorio), lo que deslegitimaría el acuerdo a pesar de que gane el “Sí”. Están habilitados para votar 34 millones de personas. La ley electoral establece que para aprobar o rechazar los acuerdos de paz se requiere una votación del 13% del censo; es decir que se necesita una base de 4,5 millones de votos.
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