26 Septiembre 2016
La Justicia investiga si hay más personas de peso vinculadas con la banda “narco” de tucumanos
Si todos los precursores secuestrados estaban destinados a la provincia, el grupo podría haber producido 4.000 kilos de cocaína. Trayán, ex empleado de “Cacho” Cano, cumplía un papel secundario dentro de la organización. El sistema de blanqueo.
EN UN GALPÓN. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires encontraron los vehículos que Ricardo García compraba para luego venderlos.
Mide cada una de sus palabras a la hora de responder los interrogantes de LA GACETA. La banda de supuestos “narcos” que investiga parece ser más grande de lo que se imaginaba. “Las derivaciones son insospechadas; por eso seguimos indagando, buscando pruebas porque no se llegó al final”, comenta el fiscal Pablo Camuña. Y muchas de las dudas que se generan tienen que ver con las vinculaciones de los tucumanos que fueron acusados de traficar cocaína y marihuana en gran escala a distintas provincias.
Día a día van surgiendo novedades en el caso. El 14 de septiembre, Walter y Ricardo García fueron detenidos en Chaco por Gendarmería Nacional trasladando más de 100 kilos de marihuana. Ese hallazgo aceleró los tiempos. “Estábamos investigando el caso desde hace un año. Teníamos pistas de que operaban en esta provincia, Córdoba y Rosario”, confirmó Camuña. El lunes realizaron nuevos allanamientos y allí detuvieron a Julio César Trayán (ex empleado del legislador oficialista Santiago “Cacho” Cano) y a Daniel García, hermano de los dos primeros arrestados. Los investigadores de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, al mando de los comisarios Jorge Luján y Rubén Hernández, que en los primeros tiempos de la pesquisa tenían fuertes indicios que no se concretaban en los allanamientos, comenzaron esta semana a confirmar los datos obtenidos en las escuchas telefónicas.
Negocio sin registrar
Con autorización del juez federal Fernando Poviña realizaron al menos ocho medidas en Buenos Aires. En la localidad de José C. Paz los uniformados ubicaron el lugar donde adquirían los precursores químicos para procesar la pasta base que adquirían en Bolivia y en Paraguay. En total, según confirmó Camuña, incautaron 3.240 litros de ácido clorhídrico, 30 kilogramos de soda cáustica, más de 600 litros de ácido sulfúrico y otras sustancias que aún deben ser analizadas por los especialistas.
El material secuestrado de un negocio -que ni siquiera estaba registrado como comercio de ventas de productos químicos- era cuantioso. Los casi 4.000 litros representan el 10% del total secuestrado el año pasado a nivel nacional.
Además, esa cantidad de precursores químicos permitiría procesar, según los cálculos realizados por los especialistas, unos 4.000 kilos de cocaína. En zonas de frontera, esa cantidad de “merca” tendría un valor aproximado de 24 millones de dólares, ya que el kilo asciende a unos U$S 6.000. Ese costo se incrementa a medida que se aleja de los límites del norte del país.
¿Meros engranajes?
El volumen de droga que habría manejado la organización lleva a pensar a los investigadores si los detenidos son en realidad meros engranajes del grupo o el líder del grupo sería otra persona que daba las órdenes para que las sustancias fueran distribuidas en el mercado local, Santiago del Estero, Córdoba, Rosario, Buenos Aires y Chubut. Aún no está confirmado, pero es posible que también hayan llegado a Catamarca y a Mendoza.
Por las pruebas que recolectaron hasta ahora, la hipótesis más fuerte que manejan es que Ricardo García sería el cabecilla del grupo. Con las escuchas telefónicas habrían establecido que él era el hombre que daba las órdenes y el que cerraba las operaciones. Además, de todas las viviendas que allanaron, sólo en la suya encontraron elementos para comprobar que movía importantes sumas de dinero.
En su casa encontraron al menos 40 tarjetas verdes de vehículos cuyo actual valor en el mercado supera los $ 250.000. Al parecer, según confirmaron fuentes judiciales, se dedicaba a la compra y venta de automotores para hacer ingresar el dinero al sistema financiero.
De acuerdo a la investigación, pagaban hasta $ 500 a personas para que les prestaran su nombre, compraban camionetas (la VW Amarok era su favorita) y, después de tenerlas un tiempo, las revendían en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El sábado también se allanó un galpón donde secuestraron documentación que les permitiría probar esa hipótesis. En esta provincia, según confirmaron fuentes judiciales, encontraron vehículos que estaban registrados en la agencia de Buenos Aires.
En la mira quedó una pariente del detenido. Se trata de una mujer que sería gestora y que se encargaba de realizar todos los trámites para que Ricardo García no quedara registrado como responsables de las operaciones.
En segundo plano
Trayán, de acuerdo al balance que hizo Camuña, estaría en un segundo plano en el esquema de la organización. Según las escuchas realizadas por los pesquisas se habría distanciado en los últimos meses de los García por razones que aún no trascendieron. Una versión indica que la pelea se habría producido por el secuestro de un embarque de marihuana en febrero pasado.
En la causa existen indicios que el ex empleado de “Cacho” Cano había decidido “cortarse solo” y, con el correr de los meses, había encontrado compradores de droga. Por ese mismo motivo, no se descarta que el juez Poviña ordene nuevas detenciones en las próximas horas.
Día a día van surgiendo novedades en el caso. El 14 de septiembre, Walter y Ricardo García fueron detenidos en Chaco por Gendarmería Nacional trasladando más de 100 kilos de marihuana. Ese hallazgo aceleró los tiempos. “Estábamos investigando el caso desde hace un año. Teníamos pistas de que operaban en esta provincia, Córdoba y Rosario”, confirmó Camuña. El lunes realizaron nuevos allanamientos y allí detuvieron a Julio César Trayán (ex empleado del legislador oficialista Santiago “Cacho” Cano) y a Daniel García, hermano de los dos primeros arrestados. Los investigadores de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, al mando de los comisarios Jorge Luján y Rubén Hernández, que en los primeros tiempos de la pesquisa tenían fuertes indicios que no se concretaban en los allanamientos, comenzaron esta semana a confirmar los datos obtenidos en las escuchas telefónicas.
Negocio sin registrar
Con autorización del juez federal Fernando Poviña realizaron al menos ocho medidas en Buenos Aires. En la localidad de José C. Paz los uniformados ubicaron el lugar donde adquirían los precursores químicos para procesar la pasta base que adquirían en Bolivia y en Paraguay. En total, según confirmó Camuña, incautaron 3.240 litros de ácido clorhídrico, 30 kilogramos de soda cáustica, más de 600 litros de ácido sulfúrico y otras sustancias que aún deben ser analizadas por los especialistas.
El material secuestrado de un negocio -que ni siquiera estaba registrado como comercio de ventas de productos químicos- era cuantioso. Los casi 4.000 litros representan el 10% del total secuestrado el año pasado a nivel nacional.
Además, esa cantidad de precursores químicos permitiría procesar, según los cálculos realizados por los especialistas, unos 4.000 kilos de cocaína. En zonas de frontera, esa cantidad de “merca” tendría un valor aproximado de 24 millones de dólares, ya que el kilo asciende a unos U$S 6.000. Ese costo se incrementa a medida que se aleja de los límites del norte del país.
¿Meros engranajes?
El volumen de droga que habría manejado la organización lleva a pensar a los investigadores si los detenidos son en realidad meros engranajes del grupo o el líder del grupo sería otra persona que daba las órdenes para que las sustancias fueran distribuidas en el mercado local, Santiago del Estero, Córdoba, Rosario, Buenos Aires y Chubut. Aún no está confirmado, pero es posible que también hayan llegado a Catamarca y a Mendoza.
Por las pruebas que recolectaron hasta ahora, la hipótesis más fuerte que manejan es que Ricardo García sería el cabecilla del grupo. Con las escuchas telefónicas habrían establecido que él era el hombre que daba las órdenes y el que cerraba las operaciones. Además, de todas las viviendas que allanaron, sólo en la suya encontraron elementos para comprobar que movía importantes sumas de dinero.
En su casa encontraron al menos 40 tarjetas verdes de vehículos cuyo actual valor en el mercado supera los $ 250.000. Al parecer, según confirmaron fuentes judiciales, se dedicaba a la compra y venta de automotores para hacer ingresar el dinero al sistema financiero.
De acuerdo a la investigación, pagaban hasta $ 500 a personas para que les prestaran su nombre, compraban camionetas (la VW Amarok era su favorita) y, después de tenerlas un tiempo, las revendían en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El sábado también se allanó un galpón donde secuestraron documentación que les permitiría probar esa hipótesis. En esta provincia, según confirmaron fuentes judiciales, encontraron vehículos que estaban registrados en la agencia de Buenos Aires.
En la mira quedó una pariente del detenido. Se trata de una mujer que sería gestora y que se encargaba de realizar todos los trámites para que Ricardo García no quedara registrado como responsables de las operaciones.
En segundo plano
Trayán, de acuerdo al balance que hizo Camuña, estaría en un segundo plano en el esquema de la organización. Según las escuchas realizadas por los pesquisas se habría distanciado en los últimos meses de los García por razones que aún no trascendieron. Una versión indica que la pelea se habría producido por el secuestro de un embarque de marihuana en febrero pasado.
En la causa existen indicios que el ex empleado de “Cacho” Cano había decidido “cortarse solo” y, con el correr de los meses, había encontrado compradores de droga. Por ese mismo motivo, no se descarta que el juez Poviña ordene nuevas detenciones en las próximas horas.
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