20 Septiembre 2016
LA GACETA / FOTO DE @MARTINDEZETA
Encadenadas al portón de la Casa de Gobierno, esperan que se escuche su ruego. Las Madres de Pañuelo Negro e integrantes de la Hermandad de los Barrios marcharon esta mañana a la Plaza Independencia para reclamar que el Estado abra centros de recuperación para adictos y aplique políticas serias para combatir el narcotráfico.
"No queremos más chicos muertos con la droga, todos los días enterramos a alguno, y no sólo en la Costanera: en todos los barrios está pasando. Son miles, y esos números no se conocen", clamó Dora Ibáñez.
Desde Hermandad de los Barrios explicaron que realizan el acto y una misa para que más barrios se sumen a los reclamos y reciban respuestas. La misa coincide con el mes de la muerte de Diego Correa de 29 años, por sobredosis- y el año de Horacio Zamorano, de 18, que murió ahorcado y atormentado por la adicción.
"Nosotros no hemos drogado a nuestros hijos, ni ellos salen a robar para nosotros. Salen a robar para los transas", inistió la mujer, que tiene dos nietos, de 20 y de 22 años, que no pueden salir de su adicción al paco. Uno de ellos intentó suicidarse el sábado.
"El Estado los hecho delincuentes, ellos protegen a los narcotraficantes para que envenenen a nuestros hijos. Con ellos se nos ha ido parte del futuro. Los chicos quedan huérfanos o muertos de hambre porque no todas las abuelas pueden hacerse cargo", reclamó Ibáñez.
Los narcotraficantes son genocidas, dijo, que usan la democracia para para desaparecer a parte del pueblo. "Paren este genocidio", dijo.
"No queremos más chicos muertos con la droga, todos los días enterramos a alguno, y no sólo en la Costanera: en todos los barrios está pasando. Son miles, y esos números no se conocen", clamó Dora Ibáñez.
Desde Hermandad de los Barrios explicaron que realizan el acto y una misa para que más barrios se sumen a los reclamos y reciban respuestas. La misa coincide con el mes de la muerte de Diego Correa de 29 años, por sobredosis- y el año de Horacio Zamorano, de 18, que murió ahorcado y atormentado por la adicción.
"Nosotros no hemos drogado a nuestros hijos, ni ellos salen a robar para nosotros. Salen a robar para los transas", inistió la mujer, que tiene dos nietos, de 20 y de 22 años, que no pueden salir de su adicción al paco. Uno de ellos intentó suicidarse el sábado.
"El Estado los hecho delincuentes, ellos protegen a los narcotraficantes para que envenenen a nuestros hijos. Con ellos se nos ha ido parte del futuro. Los chicos quedan huérfanos o muertos de hambre porque no todas las abuelas pueden hacerse cargo", reclamó Ibáñez.
Los narcotraficantes son genocidas, dijo, que usan la democracia para para desaparecer a parte del pueblo. "Paren este genocidio", dijo.
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