13 Septiembre 2016
WASHINGTON.- Varias organizaciones de derechos civiles se manifestaron ayer en Washington para protestar contra la inauguración de un nuevo hotel del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
Algunas decenas de manifestantes se congregaron delante del edificio en la capital estadounidense con pancartas y al grito de “¡no a un Estados Unidos racista!”, unas 30 personas se congregaron para protestar por la apertura del nuevo hotel. “¡No a Trump, no al KKK (Ku Klux Klan)!”, coreaban los manifestantes, que se dieron con la intención de permanecer hasta la noche frente al lujoso hotel que abrió hoy sus puertas en la histórica avenida Pensilvania.
Trump hizo una rápida visita al hotel esquivando a los manifestantes y a los medios de comunicación, y publicó una foto en su cuenta de Twitter en la que aparece rodeado de decenas de trabajadores de la flamante empresa hostelera.
El edificio de estilo neobarroco, inaugurado en 1899, es uno de los emblemas de la capital estadounidense. Pertenece al Gobierno, que lo alquila por unos U$S 3 millones al año. Trump y su hija Ivanka recibieron permiso para transformarlo en un hotel en 2012. Las obras han durado dos años y han costado unos 200 millones de euros (U$S 224 millones). (DPA)
Algunas decenas de manifestantes se congregaron delante del edificio en la capital estadounidense con pancartas y al grito de “¡no a un Estados Unidos racista!”, unas 30 personas se congregaron para protestar por la apertura del nuevo hotel. “¡No a Trump, no al KKK (Ku Klux Klan)!”, coreaban los manifestantes, que se dieron con la intención de permanecer hasta la noche frente al lujoso hotel que abrió hoy sus puertas en la histórica avenida Pensilvania.
Trump hizo una rápida visita al hotel esquivando a los manifestantes y a los medios de comunicación, y publicó una foto en su cuenta de Twitter en la que aparece rodeado de decenas de trabajadores de la flamante empresa hostelera.
El edificio de estilo neobarroco, inaugurado en 1899, es uno de los emblemas de la capital estadounidense. Pertenece al Gobierno, que lo alquila por unos U$S 3 millones al año. Trump y su hija Ivanka recibieron permiso para transformarlo en un hotel en 2012. Las obras han durado dos años y han costado unos 200 millones de euros (U$S 224 millones). (DPA)
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