11 Septiembre 2016
El ataque a Carlos Fayt, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación entre 1983 y 2015, fue una de las últimas batallas que el kirchnerismo dio en el ámbito judicial. En el afán de lograr una vacante más en el máximo tribunal del país, la gestión anterior llegó incluso a constituir una subcomisión en el Congreso de la Nación con el fin de estudiar la salud física y mental de Fayt. Las hostilidades consiguieron, al fin, que el magistrado dimitiera para jubilarse con el beneficio del 82% móvil a partir del 11 de diciembre, es decir, del día siguiente al cambio de mando del Poder Ejecutivo.
El plazo estipulado por Fayt impidió que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner pudiese llenar el cargo vacante. Por falta de apoyo en el Senado, la ex mandataria ni siquiera pudo colocar al sucesor de Eugenio Zaffaroni, quien en 2014 se jubiló con el beneficio del 82% móvil al cumplir los 75 años. “Motivan esta dimisión ineludibles razones normativas y, más lejanamente, éticas y de convicción personal. El motivo fundamental, que no requiere mayor explicación, finca en el acatamiento de lo dispuesto en el tercer párrafo del inciso 4 del artículo 99 de la Constitución Nacional (tope de 75 años)”, expresó Zaffaroni en la nota que dirigió a Fernández de Kirchner para presuntamente diferenciarse de Fayt.
Luego de un intento infructuoso de nombrar a los ministros “en comisión”, el presidente Mauricio Macri obtuvo el aval senatorial para los reemplazantes de Zaffaroni y de Fayt: Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. El mes pasado, la Corte de la Nación quedó completa, luego de funcionar más de seis meses con tres miembros: Ricardo Lorenzetti (presidente), Elena Highton y Juan Carlos Maqueda.
El kirchnerismo se levantó contra Fayt, quien tenía 97 años cuando puso punto fin a su carrera, esgrimiendo dos motivos: su edad avanzada y su estado de lucidez. La polémica cobró vuelo luego de que el entonces oficialismo denunciara que Fayt había firmado desde su casa la acordada que determinó la reelección del titular de la Corte, Lorenzetti, con ocho meses de anticipación. A caballo de esa objeción, el Frente para la Victoria creó una subcomisión especial en el Congreso para investigar la capacidad del magistrado. Encabezada por quien presidía la comisión de Juicio Político, la diputada camporista Anabel Fernández Sagasti, el comité sólo se reunió dos veces. Según consignó el diario La Nación, ambas audiencias fueron secretas y en ellas expusieron neurólogos: nunca se conocieron las identidades de los profesionales ni el detalle de sus declaraciones. A fines de agosto de 2015, el kirchnerismo congeló la ofensiva contra quien era en ese momento el más longevo de los jueces del país. Luego, Fayt renunció.
Previamente, Carlos Kunkel, espadachín del Gobierno anterior, había arremetido contra los magistrados que continuaban en sus cargos más allá de los 75 años. El diputado exigió en distintas oportunidades que el Senado revisara sus designaciones, tal y como establece el artículo 99 de la Constitución Nacional. En el listado de Kunkel estaba Raúl Mender, quien a los 95 años sigue siendo vocal de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán.
El plazo estipulado por Fayt impidió que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner pudiese llenar el cargo vacante. Por falta de apoyo en el Senado, la ex mandataria ni siquiera pudo colocar al sucesor de Eugenio Zaffaroni, quien en 2014 se jubiló con el beneficio del 82% móvil al cumplir los 75 años. “Motivan esta dimisión ineludibles razones normativas y, más lejanamente, éticas y de convicción personal. El motivo fundamental, que no requiere mayor explicación, finca en el acatamiento de lo dispuesto en el tercer párrafo del inciso 4 del artículo 99 de la Constitución Nacional (tope de 75 años)”, expresó Zaffaroni en la nota que dirigió a Fernández de Kirchner para presuntamente diferenciarse de Fayt.
Luego de un intento infructuoso de nombrar a los ministros “en comisión”, el presidente Mauricio Macri obtuvo el aval senatorial para los reemplazantes de Zaffaroni y de Fayt: Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. El mes pasado, la Corte de la Nación quedó completa, luego de funcionar más de seis meses con tres miembros: Ricardo Lorenzetti (presidente), Elena Highton y Juan Carlos Maqueda.
El kirchnerismo se levantó contra Fayt, quien tenía 97 años cuando puso punto fin a su carrera, esgrimiendo dos motivos: su edad avanzada y su estado de lucidez. La polémica cobró vuelo luego de que el entonces oficialismo denunciara que Fayt había firmado desde su casa la acordada que determinó la reelección del titular de la Corte, Lorenzetti, con ocho meses de anticipación. A caballo de esa objeción, el Frente para la Victoria creó una subcomisión especial en el Congreso para investigar la capacidad del magistrado. Encabezada por quien presidía la comisión de Juicio Político, la diputada camporista Anabel Fernández Sagasti, el comité sólo se reunió dos veces. Según consignó el diario La Nación, ambas audiencias fueron secretas y en ellas expusieron neurólogos: nunca se conocieron las identidades de los profesionales ni el detalle de sus declaraciones. A fines de agosto de 2015, el kirchnerismo congeló la ofensiva contra quien era en ese momento el más longevo de los jueces del país. Luego, Fayt renunció.
Previamente, Carlos Kunkel, espadachín del Gobierno anterior, había arremetido contra los magistrados que continuaban en sus cargos más allá de los 75 años. El diputado exigió en distintas oportunidades que el Senado revisara sus designaciones, tal y como establece el artículo 99 de la Constitución Nacional. En el listado de Kunkel estaba Raúl Mender, quien a los 95 años sigue siendo vocal de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán.
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