07 Septiembre 2016
EN EL LILLO. García Hamilton habla al público acompañado por Manzur, Aranda, Paz, Sassi Colombres, Rossini, Rodríguez del Busto y Díaz Ricci. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO.-
Una colección de libros se unió a la sucesión de homenajes al Bicentenario. No es un conjunto bibliográfico cualquiera, sino la serie indispensable de obras sobre la historia de Tucumán. Se trata de 11 volúmenes de textos clásicos mayoritariamente descatalogados, que hasta ayer sólo habitaban contadas -y privilegiadas- bibliotecas. La Fundación Miguel Lillo hizo posible la reedición que coloca un acervo intelectual de incalculable valor al alcance de los lectores contemporáneos.
La Colección del Bicentenario del Lillo pone a dialogar entre sí y con el público a los autores de ensayos, novelas y crónicas memorables que en el presente iluminan tanto o más que cuando fueron publicadas. Paul Groussac, Julio P. Ávila, Antonio Correa, Manuel Lizondo Borda, Arsenio Granillo, Ricardo Jaimes Freyre, Jorge Söhle, Juan B. Terán, Julio López Mañán y otros pensadores participan así, por medio de sus creaciones, de la conmemoración de los dos siglos de la Independencia. El conjunto incluye un tomo dedicado a los documentos conservados del Congreso de las Provincias Unidas, como las actas reproducidas en El Redactor, periódico que llevaban los congresales Cayetano Rodríguez y José Agustín Molina.
“Vale mucho -decía Juan B. Terán- para la civilización y el adelanto de un país multiplicar el estímulo del libro, que tiene una infinita trascendencia moral. Cumple una misión de justicia e igualdad, más allá de los siglos y de la geografía, al mismo tiempo que una misión de cultura científica que esta Fundación aspira a extender e intensificar”, citó Elena Perilli de Colombres Garmendia, directora del Centro Cultural Rougés (uno de los “brazos” de extensión al medio del Lillo), y presentadora de la Colección del Bicentenario. La oradora compartió estrado con el gobernador Juan Manzur; Susana Aranda, directora científica y técnica de la Fundación, y miembros de la Comisión Asesora: Eduardo García Hamilton (presidente), Julio Paz (vicepresidente), Francisco Sassi Colombres (secretario), Nicanor Rodríguez del Busto (tesorero), y Carlos Gustavo Rossini y Juan Carlos Díaz Ricci (vocales).
Al acto organizado en el microcine de la institución asistió un buen número de invitados especiales, y de figuras de la política y de la cultura, entre ellos, el funcionario municipal Luis Lobo Chaklián; las ensayistas Teresa y Lucía Piossek Prebisch; el legislador radical y ex intendente Rubén Chebaia y Rodolfo Campero, ex rector de la Universidad Nacional de Tucumán. También concurrieron al acontecimiento José Pochat y Roberto Delgado, respectivos gerente general y secretario de Redacción de LA GACETA.
“Los libros transportan ideas de manera eficiente, de generación en generación”, meditó García Hamilton, quien subrayó la aspiración de la casa de rendir un homenaje cultural a los próceres de 1816, y agradeció la colaboración que a tal efecto prestó el periodista e historiador Carlos Páez de la Torre (h). Al término de la presentación y en una rueda de prensa breve, Manzur declaró que la publicación de la Colección del Bicentenario era uno de los grandes hitos del ciclo de festejos del año e invitó a los niños a visitar el Museo de Ciencias Naturales del Lillo. Consultado acerca de la posibilidad de adquirir una serie de libros para cada escuela, el gobernador exclamó: “¡me encantaría!”.
Los artífices de la Colección del Bicentenario pusieron énfasis en la afinidad de los títulos y en la composición armoniosa de las cubiertas que ejecutó el artista Sebastián Rosso. La selección de los textos implicó, en algunos casos, la transcripción íntegra de la publicación original y, en otros, la investigación en archivos de diarios y revistas que ya no existen. Una tarea en suma alineada al milímetro con la cita de Jorge Luis Borges que cerró el acto de presentación: “siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”.
La Colección del Bicentenario del Lillo pone a dialogar entre sí y con el público a los autores de ensayos, novelas y crónicas memorables que en el presente iluminan tanto o más que cuando fueron publicadas. Paul Groussac, Julio P. Ávila, Antonio Correa, Manuel Lizondo Borda, Arsenio Granillo, Ricardo Jaimes Freyre, Jorge Söhle, Juan B. Terán, Julio López Mañán y otros pensadores participan así, por medio de sus creaciones, de la conmemoración de los dos siglos de la Independencia. El conjunto incluye un tomo dedicado a los documentos conservados del Congreso de las Provincias Unidas, como las actas reproducidas en El Redactor, periódico que llevaban los congresales Cayetano Rodríguez y José Agustín Molina.
“Vale mucho -decía Juan B. Terán- para la civilización y el adelanto de un país multiplicar el estímulo del libro, que tiene una infinita trascendencia moral. Cumple una misión de justicia e igualdad, más allá de los siglos y de la geografía, al mismo tiempo que una misión de cultura científica que esta Fundación aspira a extender e intensificar”, citó Elena Perilli de Colombres Garmendia, directora del Centro Cultural Rougés (uno de los “brazos” de extensión al medio del Lillo), y presentadora de la Colección del Bicentenario. La oradora compartió estrado con el gobernador Juan Manzur; Susana Aranda, directora científica y técnica de la Fundación, y miembros de la Comisión Asesora: Eduardo García Hamilton (presidente), Julio Paz (vicepresidente), Francisco Sassi Colombres (secretario), Nicanor Rodríguez del Busto (tesorero), y Carlos Gustavo Rossini y Juan Carlos Díaz Ricci (vocales).
Al acto organizado en el microcine de la institución asistió un buen número de invitados especiales, y de figuras de la política y de la cultura, entre ellos, el funcionario municipal Luis Lobo Chaklián; las ensayistas Teresa y Lucía Piossek Prebisch; el legislador radical y ex intendente Rubén Chebaia y Rodolfo Campero, ex rector de la Universidad Nacional de Tucumán. También concurrieron al acontecimiento José Pochat y Roberto Delgado, respectivos gerente general y secretario de Redacción de LA GACETA.
“Los libros transportan ideas de manera eficiente, de generación en generación”, meditó García Hamilton, quien subrayó la aspiración de la casa de rendir un homenaje cultural a los próceres de 1816, y agradeció la colaboración que a tal efecto prestó el periodista e historiador Carlos Páez de la Torre (h). Al término de la presentación y en una rueda de prensa breve, Manzur declaró que la publicación de la Colección del Bicentenario era uno de los grandes hitos del ciclo de festejos del año e invitó a los niños a visitar el Museo de Ciencias Naturales del Lillo. Consultado acerca de la posibilidad de adquirir una serie de libros para cada escuela, el gobernador exclamó: “¡me encantaría!”.
Los artífices de la Colección del Bicentenario pusieron énfasis en la afinidad de los títulos y en la composición armoniosa de las cubiertas que ejecutó el artista Sebastián Rosso. La selección de los textos implicó, en algunos casos, la transcripción íntegra de la publicación original y, en otros, la investigación en archivos de diarios y revistas que ya no existen. Una tarea en suma alineada al milímetro con la cita de Jorge Luis Borges que cerró el acto de presentación: “siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”.
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PRECIOS Y PUNTOS DE VENTA
- La Colección del Bicentenario del Lillo cuesta $ 3.000 (11 libros). También se comercializan los ejemplares sueltos ($ 400 por copia).
-Consultas y ventas en la Fundación Miguel Lillo (calle Miguel Lillo 251) y en el Centro Cultural Rougés (Laprida 31). Web: lillo.org.ar
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PRECIOS Y PUNTOS DE VENTA
- La Colección del Bicentenario del Lillo cuesta $ 3.000 (11 libros). También se comercializan los ejemplares sueltos ($ 400 por copia).
-Consultas y ventas en la Fundación Miguel Lillo (calle Miguel Lillo 251) y en el Centro Cultural Rougés (Laprida 31). Web: lillo.org.ar
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