29 Agosto 2016
IMPRESIONANTE. Así puede describirse la tarea del golero Federico Lanzillotta que acá le gana en lo alto a Ramón Lentini. la gaceta / foto de héctor peralta
Quedó demostrado que la diferencia de categoría no es verso. Eso se comprobó ayer en La Ciudadela. Es conocido que en este tipo de categorías, cualquier error puede ser determinante para definir un encuentro y mucho más si son dos de la misma especie.
Argentinos Juniors, sin merecerlo, cuando promediaba la primera etapa, aprovechó el primer desajuste de la zaga local para establecer la primera diferencia. Es que en el fútbol actual, es inconcebible que un jugador rival se pueda elevar con tanta tranquilidad y cabecear al gol, como esta vez, lo hicieron Freire y Sandoval.
La expulsión de este último le permitió con más amor propio que fútbol, salir a buscar lo que finalmente encontró sobre el final de la contienda. Por lo que San Martín expuso en esta ocasión, seguramente Diego Cagna tendrá una larga charla con sus dirigidos para que, en el partido frente a Instituto, este problema no se repita.
La actitud que mostró San Martín, especialmente en la segunda parte, fue determinante para que, en el último suspiro, consiguiera rescatar el punto que tanto había merecido a lo largo de los noventa minutos. Los jugadores parecen estar compenetrados con la idea de que cuando, futbolísticamente el equipo no es claro, tiene que salir a relucir el temple y el amor propio que exige la hinchada “Santa”.
Cuando todo parecía indicar que a San Martín se le venía la noche ante un rival que fue contundente en las situaciones propicias que se le presentaron, Diego Cagna movió el banco de relevos con resultados positivos. Es que Leonardo Acosta se asoció a Gonzalo Rodríguez para darle otra fuerza a la ofensiva local. Fue el gestor de la jugada previa al segundo gol. Matías García y Víctor Rodríguez estabilizaron la zona media.
No es una novedad que Gonzalo Rodríguez es el jugador más determinante que tiene San Martín en la actualidad y ayer lo volvió a confirmar. “Turbo” demostró que el cambio de categoría no le afectó para nada. A pura potencia, cada vez que encaró a la zaga del “Bicho”, se las ingenió para ponerla en apuro. En el primer gol, sacó provecho de su velocidad para cruzarle el remate a un hasta allí inspirado Lanzillotta.
Que los dos goles de Argentinos hayan llegado de pelotas paradas y con una similitud llamativa, es un tema que debe preocupar al cuerpo técnico de San Martín. La tranquilidad con que Nicolás Freire, en el primer gol, se elevó ante la pasividad de la defensa local fue una luz de alerta en La Ciudadela. Más aún cuando en el comienzo del complemento, Jonathan Sandoval, en otra gentileza de la zaga, puso el 2-0. Materia pendiente.
Llamó la atención, el deslucido desempeño que la mitad de la cancha mostró ayer. En la primera parte, Gastón Machín fue dueño y señor de la zona media, desnudando la apatía de Agustín Briones y “Maxi” Rodríguez. Con la expulsión de Sandoval, en el complemento, Machín fue a jugar de lateral por la derecha, lo que permitió una cierta recuperación de San Martín. Diego Bucci y Sergio Viturro estuvieron lejos de sus niveles.
Quedó demostrado lo trascendente que resultó la ausencia de Alexis Ferrero -suspendido por haber llegado a la quinta amarilla- en la defensa de San Martín. El ex jugador de River es el punto de equilibrio que tiene la zaga. Moreira fue más importante en ataque que defendiendo, mientras que Oliver, Catalán y Goicoechea estuvieron demasiado contenidos, sin el nivel que se les observó en los amistosos de pretemporada.
Argentinos Juniors, sin merecerlo, cuando promediaba la primera etapa, aprovechó el primer desajuste de la zaga local para establecer la primera diferencia. Es que en el fútbol actual, es inconcebible que un jugador rival se pueda elevar con tanta tranquilidad y cabecear al gol, como esta vez, lo hicieron Freire y Sandoval.
La expulsión de este último le permitió con más amor propio que fútbol, salir a buscar lo que finalmente encontró sobre el final de la contienda. Por lo que San Martín expuso en esta ocasión, seguramente Diego Cagna tendrá una larga charla con sus dirigidos para que, en el partido frente a Instituto, este problema no se repita.
La actitud que mostró San Martín, especialmente en la segunda parte, fue determinante para que, en el último suspiro, consiguiera rescatar el punto que tanto había merecido a lo largo de los noventa minutos. Los jugadores parecen estar compenetrados con la idea de que cuando, futbolísticamente el equipo no es claro, tiene que salir a relucir el temple y el amor propio que exige la hinchada “Santa”.
Cuando todo parecía indicar que a San Martín se le venía la noche ante un rival que fue contundente en las situaciones propicias que se le presentaron, Diego Cagna movió el banco de relevos con resultados positivos. Es que Leonardo Acosta se asoció a Gonzalo Rodríguez para darle otra fuerza a la ofensiva local. Fue el gestor de la jugada previa al segundo gol. Matías García y Víctor Rodríguez estabilizaron la zona media.
No es una novedad que Gonzalo Rodríguez es el jugador más determinante que tiene San Martín en la actualidad y ayer lo volvió a confirmar. “Turbo” demostró que el cambio de categoría no le afectó para nada. A pura potencia, cada vez que encaró a la zaga del “Bicho”, se las ingenió para ponerla en apuro. En el primer gol, sacó provecho de su velocidad para cruzarle el remate a un hasta allí inspirado Lanzillotta.
Que los dos goles de Argentinos hayan llegado de pelotas paradas y con una similitud llamativa, es un tema que debe preocupar al cuerpo técnico de San Martín. La tranquilidad con que Nicolás Freire, en el primer gol, se elevó ante la pasividad de la defensa local fue una luz de alerta en La Ciudadela. Más aún cuando en el comienzo del complemento, Jonathan Sandoval, en otra gentileza de la zaga, puso el 2-0. Materia pendiente.
Llamó la atención, el deslucido desempeño que la mitad de la cancha mostró ayer. En la primera parte, Gastón Machín fue dueño y señor de la zona media, desnudando la apatía de Agustín Briones y “Maxi” Rodríguez. Con la expulsión de Sandoval, en el complemento, Machín fue a jugar de lateral por la derecha, lo que permitió una cierta recuperación de San Martín. Diego Bucci y Sergio Viturro estuvieron lejos de sus niveles.
Quedó demostrado lo trascendente que resultó la ausencia de Alexis Ferrero -suspendido por haber llegado a la quinta amarilla- en la defensa de San Martín. El ex jugador de River es el punto de equilibrio que tiene la zaga. Moreira fue más importante en ataque que defendiendo, mientras que Oliver, Catalán y Goicoechea estuvieron demasiado contenidos, sin el nivel que se les observó en los amistosos de pretemporada.
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