La obesidad y su componente adictivo

La obesidad y su componente adictivo

Muchos nutricionistas hacen hincapié en las comidas bajas calorías y los productos light, dejando de lado el comportamiento, las tendencias de las personas y los componentes adictivos de las comidas. Soluciones. Por Gabriel Gordillo, director terapéutico de Cidesa.

La obesidad y su componente adictivo
23 Agosto 2016
En medio de las estadísticas que indican que el número de obesos en el mundo superó al de desnutridos, no sólo lograr el peso adecuado sino que mantenerlo es algunas de las situaciones más complicadas para quienes se someten a una dieta para obtener un peso ideal. Sin embargo, muchos nutricionistas hacen hincapié en las comidas bajas calorías y los productos Light, dejando de lado el comportamiento, las tendencias de las personas y los componentes adictivos de las comidas.
Lo que nosotros profundizamos es el tema de tomar la gordura en una de sus aristas como una adicción, entender a la comida como un objeto particular, que no es la comida en sí misma sino que es el exceso como objeto adictivo (puede ser lo mejor comer dos pancitos de salvado con queso, pero para una persona adicta, eso es la panera completa, entonces el pan no es el problema sino la forma en que se vincula una persona con dicho alimento)
Los alimentos procesados ricos en carbohidratos simples son la causa principal de esta adicción, y actualmente los científicos están comenzando a revelar la naturaleza adictiva de este tipo de alimentos.
El azúcar y los alimentos procesados son un componente importante en el circuito de adicción a la comida, que implican la participación de dos neurotrasmisores: la dopamina y la serotonina.
El pan, los dulces y en general todos los carbohidratos refinados elevan la serotonina en forma instantánea, convirtiendo la tristeza en alegría y felicidad entonces por ej la tristeza que produce el marcado descenso de la serotonina en las tardes se revierte de inmediato cuando ingerimos un chocolate o una golosina
 Todas las adicciones funcionan con el mismo mecanismo. Es decir, detonan estados de euforia que una vez trascurridos se convierten en episodios de depresión y culpa. La culpa, la tristeza, la impotencia de no poder controlar el problema, hace que el afectado acuda de nuevo a la droga. Cada vez con más fuerza que antes. 
La adicción se puede considerar una enfermedad mental, física y emocional que afecta por ende todos los aspectos de la vida del paciente. El aspecto mental es el pensamiento recurrente en este caso hacia la comida. Es ese deseo irrefrenable de querer comer algo que el paciente relata como que no hay forma de poder sacárselo de la cabeza.
El aspecto físico esta dado por la impulsividad, es un impulso irracional por comer algo sabiendo que  me va a acarrear efectos secundarios, pero así y todo sin medir consecuencias lo termino consumiendo. No hay forma de parar. La parte emocional se refiere a la desconsideración total y la capacidad de autodestrucción que tiene el paciente. Por lo tanto consideramos a la obesidad una enfermedad que trastorna el bienestar mental, físico y emocional de la persona. Esta dolencia se caracteriza además por ser involuntaria, crónica y progresiva. A una persona obesa, con transgresiones habituales  el mensaje debe ser claro y contundente.” No al primer bocado” porque se cuando empiezo pero no cuando termino y porque una es demasiada y mil no son suficiente.
La recuperación para una persona adicta a la comida va a comenzar cuando acepte su incapacidad de controlar su mal vínculo con la comida y manifieste un deseo de cambio. Para muchas personas tocar fondo es el punto de quiebre del autoengaño que dice que la persona controla a la comida y no la comida a la persona.
La recuperación tanto de la obesidad como de la adicción a la comida va a depender directamente de la cantidad de cambios que la persona esté dispuesta a hacer y el entendimiento de que esos cambios tendrán que ser por periodos prolongados de tiempo.
En nuestro centro tenemos muchos casos de éxito a largo plazo donde vemos como los pacientes logran llegar a su peso ideal y mediante el cambio de conducta llevan ya varios años de vida saludable. 

En medio de las estadísticas que indican que el número de obesos en el mundo superó al de desnutridos, no sólo lograr el peso adecuado sino que mantenerlo es algunas de las situaciones más complicadas para quienes se someten a una dieta para obtener un peso ideal. Sin embargo, muchos nutricionistas hacen hincapié en las comidas bajas calorías y los productos Light, dejando de lado el comportamiento, las tendencias de las personas y los componentes adictivos de las comidas.

Lo que nosotros profundizamos es el tema de tomar la gordura en una de sus aristas como una adicción, entender a la comida como un objeto particular, que no es la comida en sí misma sino que es el exceso como objeto adictivo (puede ser lo mejor comer dos pancitos de salvado con queso, pero para una persona adicta, eso es la panera completa, entonces el pan no es el problema sino la forma en que se vincula una persona con dicho alimento)Los alimentos procesados ricos en carbohidratos simples son la causa principal de esta adicción, y actualmente los científicos están comenzando a revelar la naturaleza adictiva de este tipo de alimentos.

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El azúcar y los alimentos procesados son un componente importante en el circuito de adicción a la comida, que implican la participación de dos neurotrasmisores: la dopamina y la serotonina.

El pan, los dulces y en general todos los carbohidratos refinados elevan la serotonina en forma instantánea, convirtiendo la tristeza en alegría y felicidad entonces por ej la tristeza que produce el marcado descenso de la serotonina en las tardes se revierte de inmediato cuando ingerimos un chocolate o una golosina.

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Todas las adicciones funcionan con el mismo mecanismo. Es decir, detonan estados de euforia que una vez trascurridos se convierten en episodios de depresión y culpa. La culpa, la tristeza, la impotencia de no poder controlar el problema, hace que el afectado acuda de nuevo a la droga. Cada vez con más fuerza que antes. La adicción se puede considerar una enfermedad mental, física y emocional que afecta por ende todos los aspectos de la vida del paciente. El aspecto mental es el pensamiento recurrente en este caso hacia la comida. Es ese deseo irrefrenable de querer comer algo que el paciente relata como que no hay forma de poder sacárselo de la cabeza.

El aspecto físico esta dado por la impulsividad, es un impulso irracional por comer algo sabiendo que  me va a acarrear efectos secundarios, pero así y todo sin medir consecuencias lo termino consumiendo. No hay forma de parar. La parte emocional se refiere a la desconsideración total y la capacidad de autodestrucción que tiene el paciente. Por lo tanto consideramos a la obesidad una enfermedad que trastorna el bienestar mental, físico y emocional de la persona.

Esta dolencia se caracteriza además por ser involuntaria, crónica y progresiva. A una persona obesa, con transgresiones habituales  el mensaje debe ser claro y contundente: ”no al primer bocado” porque se cuando empiezo pero no cuando termino y porque una es demasiada y mil no son suficiente.La recuperación para una persona adicta a la comida va a comenzar cuando acepte su incapacidad de controlar su mal vínculo con la comida y manifieste un deseo de cambio. Para muchas personas tocar fondo es el punto de quiebre del autoengaño que dice que la persona controla a la comida y no la comida a la persona.

La recuperación tanto de la obesidad como de la adicción a la comida va a depender directamente de la cantidad de cambios que la persona esté dispuesta a hacer y el entendimiento de que esos cambios tendrán que ser por periodos prolongados de tiempo.En nuestro centro tenemos muchos casos de éxito a largo plazo donde vemos como los pacientes logran llegar a su peso ideal y mediante el cambio de conducta llevan ya varios años de vida saludable. 

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