21 Agosto 2016
Al personal de la Dirección General de Drogas Peligrosas el terreno para realizar la investigación les resultó muy familiar. Por quinta vez allanaron el mismo domicilio en Villa Mariano Moreno. Por quinta vez encontraron drogas y volvieron a detener a un matrimonio al estar acusados de haber comercialización de estupefacientes.
La pesquisa, que fue dirigida por el comisario Jorge Nacuse, comenzó a principios de año. Varios vecinos habían denunciado que en el domicilio de Calle 15 al 400 se vendía drogas en pequeñas cantidades. Los policías confirmaron la versión y lograron que el juez federal Fernando Poviña los autorizara a allanar la vivienda.
Acompañados por personal del Grupo Cero y de Gendarmería, al mando del comandante Roberto Tomatis, los policías ingresaron a la casa. Allí encontraron 16 tizas de cocaína, 150 gramos de la misma droga sin procesar, papeles para la sustancia, cuatro celulares, dinero en efectivo y un cuaderno donde tenían anotadas las operaciones que realizaban.
En el operativo fueron detenidos “La Gorda Rubia” y su pareja, que es conocido como “El Panadero”. Ambos ya habían sido arrestados por la misma fuerza. La mujer, según trascendió, estaba gozando de un arresto domiciliario y esperaba ser juzgada. Su esposo, siempre según la versión de los investigadores, acababa de terminar de cumplir una condena por el mismo delito que le imputaron ayer.
Fuentes de la Justicia Federal confirmaron que esta es una familia que está sospechada de dedicarse desde hace varios años al narcomenudeo. También sospechan que cuando el hombre estuvo en la cárcel, la mujer se hizo cargo del negocio. “Son un claro ejemplo de lo que está ocurriendo en los barrios de la periferia. Hay familias enteras dedicadas al negocio”, comentó.
Este es el segundo operativo que realiza la Digedrop en lo que va de la semana en el que encuentra que los detenidos ya tenían antecedentes. El lunes, en el barrio San Roque fue arrestado “Gallina”, según los investigadores, estaba gozando del beneficio de libertad bajo caución, ya que había sido condenado por venta de estupefacientes hace no mucho. En el expediente figura que su pareja también fue detenida al estar sospechada de haber cometido el mismo delito cuando él estaba en prisión. La Justicia Federal la benefició con un arresto familiar, privilegió que perdió cuando la volvieron a sorprender comercializando drogas en el barrio.
Personal de la Digedrop también detuvo a uno de los hijos de la pareja, que quedó al frente del negocio cuando estaban en prisión. En el último allanamiento, también fueron aprehendidos otro hijo y una menor de edad.
La pesquisa, que fue dirigida por el comisario Jorge Nacuse, comenzó a principios de año. Varios vecinos habían denunciado que en el domicilio de Calle 15 al 400 se vendía drogas en pequeñas cantidades. Los policías confirmaron la versión y lograron que el juez federal Fernando Poviña los autorizara a allanar la vivienda.
Acompañados por personal del Grupo Cero y de Gendarmería, al mando del comandante Roberto Tomatis, los policías ingresaron a la casa. Allí encontraron 16 tizas de cocaína, 150 gramos de la misma droga sin procesar, papeles para la sustancia, cuatro celulares, dinero en efectivo y un cuaderno donde tenían anotadas las operaciones que realizaban.
En el operativo fueron detenidos “La Gorda Rubia” y su pareja, que es conocido como “El Panadero”. Ambos ya habían sido arrestados por la misma fuerza. La mujer, según trascendió, estaba gozando de un arresto domiciliario y esperaba ser juzgada. Su esposo, siempre según la versión de los investigadores, acababa de terminar de cumplir una condena por el mismo delito que le imputaron ayer.
Fuentes de la Justicia Federal confirmaron que esta es una familia que está sospechada de dedicarse desde hace varios años al narcomenudeo. También sospechan que cuando el hombre estuvo en la cárcel, la mujer se hizo cargo del negocio. “Son un claro ejemplo de lo que está ocurriendo en los barrios de la periferia. Hay familias enteras dedicadas al negocio”, comentó.
Este es el segundo operativo que realiza la Digedrop en lo que va de la semana en el que encuentra que los detenidos ya tenían antecedentes. El lunes, en el barrio San Roque fue arrestado “Gallina”, según los investigadores, estaba gozando del beneficio de libertad bajo caución, ya que había sido condenado por venta de estupefacientes hace no mucho. En el expediente figura que su pareja también fue detenida al estar sospechada de haber cometido el mismo delito cuando él estaba en prisión. La Justicia Federal la benefició con un arresto familiar, privilegió que perdió cuando la volvieron a sorprender comercializando drogas en el barrio.
Personal de la Digedrop también detuvo a uno de los hijos de la pareja, que quedó al frente del negocio cuando estaban en prisión. En el último allanamiento, también fueron aprehendidos otro hijo y una menor de edad.
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