19 Agosto 2016
La aprobación del artículo 97 del nuevo Estatuto Universitario, acerca del acceso libre e irrestricto a la universidad, lejos de cerrar un capítulo ha profundizado el debate. En la Asamblea Universitaria del miércoles los consejeros directivos de Medicina fundamentaron las razones por las cuales no votaron el dictamen de la mayoría.
Además, plantearon la necesidad de revisar la construcción de esa norma y propusieron la conformación de una comisión integrada por todos los estamentos y todas las facultades para debatir los alcances de un ingreso masivo a las facultades de la salud.
Cada vez es más difícil alcanzar el quórum en la Asamblea Universitaria, el inicio se dilata y todo pende de un hilo porque en cualquier momento la ausencia de uno o dos asambleístas puede frenar la discusión. Así viene sucediendo en las últimas jornadas, pese a la insistencia y a los reproches de las autoridades universitarias.
El miércoles no fue la excepción. Se iba a tratar el artículo 98 y sus seis incisos, que giran en torno a las garantías que tienen los estudiantes universitarios, entre ellas, la gratuidad de la enseñanza pública. Solo se aprobó el inciso 1: “La gratuidad y equidad de la enseñanza de pregrado y grado y de los procesos de nivelación. En consecuencia ningún estudiante podrá ser obligado al pago de cualquier tipo de arancel por tales estudios”. Así quedó redactada esta primera parte del artículo. El debate se frenó cuando cayó el quórum.
Antes de esto, los consejeros de Medicina pidieron la palabra. Carlos Alonso, consejero del estamento de los JTP, señaló que no adhería al artículo 97 que se había votado la asamblea pasada, apoyándose en una cuestión de bioética. “No podemos hacerle daño a una persona (paciente); el médico debe protegerlo”, sostuvo. El argumento de los docentes y médicos es que se ha votado un artículo sin dimensionar las consecuencias que puede acarrear a la facultad, a la calidad de la enseñanza, a los mismos estudiantes y a los pacientes. Una “superpoblación” de alumnos puede causar daños y vulnerar el pudor de los pacientes. Eso es lo que plantearon.
“¿Por qué la carga de este artículo tiene que recaer en el paciente? ¿Porque es pobre?”, disparó en el auditorio el consejero Alonso.
Si bien no pidieron que se revisara el artículo, si albergan la esperanza de que antes de que el texto final del estatuto se consolide y se vote se pueda ingresar alguna cláusula de excepción. Pero primero quieren que el resto de los universitarios conozca las razones que los llevan a plantear que el acceso irrestricto, al menos, en esa facultad es impracticable. “Tener información para que sepan las consecuencias de lo que se ha votado”, explicaron.
Es por esto, que se sugirió la formación de una comisión que analice en profundidad el caso del acceso irrestricto en las facultades de la salud mientras, en paralelo, continúan las asambleas y la modificación de los artículos. “Hubiese sido importante que antes de aprobar el artículo 97 se hubieren asesorado con las facultades en las que esto impacta negativamente; de esta manera se habrían podido contemplar situaciones especiales”, manifestó el decano de Medicina, Ricardo Zelaya. Hizo referencia a que incluso la modificada ley de Educación Superior (Nº 24.521) mantuvo el artículo 43 (capítulo Régimen de Títulos) que contempla la situación de las carreras de riesgo, como son las de salud.
Mientras tanto, en la facultad de Medicina, se están realizando reuniones por sectores para analizar el tema. “Creo que hasta fin de mes vamos a tener una propuesta que elevaremos al rectorado”, adelantó Zelaya. Explicó que se está haciendo un relevamiento en toda la facultad para dimensionar los efectos que tendría un ingreso masivo en las distintas etapas de la carrera. Es que las preocupaciones son diversas: desde las aulas abarrotadas, la falta de ventilación, la escasez de insumos, mobiliario hasta la vulneración de la intimidad de un paciente que debe prestarse a que los estudiantes lo miren y examinen.
Según el decano, la actitud de la asamblea ha sido demagógica. “Ha sido una actitud demagógica sacar adelante un artículo de este tipo”.
Hace unos días, un grupo de 83 docentes médicos de la UNT envió una carta abierta a la comunidad para exponer las razones por las que se oponen al acceso irrestricto en esa carrera. El cupo de ingreso este año fue de 400 alumnos, años anteriores había sido de 240. Pero son más de 1.200 los que se preinscriben y más de 2000 los que se acercan durante el año manifestando la intención de ingresar, cuentan en la facultad. Esto es lo que lleva a calcular que en 2017, al menos, ingresarán 3.000 alumnos a la carrera, al no haber restricciones.
Además, plantearon la necesidad de revisar la construcción de esa norma y propusieron la conformación de una comisión integrada por todos los estamentos y todas las facultades para debatir los alcances de un ingreso masivo a las facultades de la salud.
Cada vez es más difícil alcanzar el quórum en la Asamblea Universitaria, el inicio se dilata y todo pende de un hilo porque en cualquier momento la ausencia de uno o dos asambleístas puede frenar la discusión. Así viene sucediendo en las últimas jornadas, pese a la insistencia y a los reproches de las autoridades universitarias.
El miércoles no fue la excepción. Se iba a tratar el artículo 98 y sus seis incisos, que giran en torno a las garantías que tienen los estudiantes universitarios, entre ellas, la gratuidad de la enseñanza pública. Solo se aprobó el inciso 1: “La gratuidad y equidad de la enseñanza de pregrado y grado y de los procesos de nivelación. En consecuencia ningún estudiante podrá ser obligado al pago de cualquier tipo de arancel por tales estudios”. Así quedó redactada esta primera parte del artículo. El debate se frenó cuando cayó el quórum.
Antes de esto, los consejeros de Medicina pidieron la palabra. Carlos Alonso, consejero del estamento de los JTP, señaló que no adhería al artículo 97 que se había votado la asamblea pasada, apoyándose en una cuestión de bioética. “No podemos hacerle daño a una persona (paciente); el médico debe protegerlo”, sostuvo. El argumento de los docentes y médicos es que se ha votado un artículo sin dimensionar las consecuencias que puede acarrear a la facultad, a la calidad de la enseñanza, a los mismos estudiantes y a los pacientes. Una “superpoblación” de alumnos puede causar daños y vulnerar el pudor de los pacientes. Eso es lo que plantearon.
“¿Por qué la carga de este artículo tiene que recaer en el paciente? ¿Porque es pobre?”, disparó en el auditorio el consejero Alonso.
Si bien no pidieron que se revisara el artículo, si albergan la esperanza de que antes de que el texto final del estatuto se consolide y se vote se pueda ingresar alguna cláusula de excepción. Pero primero quieren que el resto de los universitarios conozca las razones que los llevan a plantear que el acceso irrestricto, al menos, en esa facultad es impracticable. “Tener información para que sepan las consecuencias de lo que se ha votado”, explicaron.
Es por esto, que se sugirió la formación de una comisión que analice en profundidad el caso del acceso irrestricto en las facultades de la salud mientras, en paralelo, continúan las asambleas y la modificación de los artículos. “Hubiese sido importante que antes de aprobar el artículo 97 se hubieren asesorado con las facultades en las que esto impacta negativamente; de esta manera se habrían podido contemplar situaciones especiales”, manifestó el decano de Medicina, Ricardo Zelaya. Hizo referencia a que incluso la modificada ley de Educación Superior (Nº 24.521) mantuvo el artículo 43 (capítulo Régimen de Títulos) que contempla la situación de las carreras de riesgo, como son las de salud.
Mientras tanto, en la facultad de Medicina, se están realizando reuniones por sectores para analizar el tema. “Creo que hasta fin de mes vamos a tener una propuesta que elevaremos al rectorado”, adelantó Zelaya. Explicó que se está haciendo un relevamiento en toda la facultad para dimensionar los efectos que tendría un ingreso masivo en las distintas etapas de la carrera. Es que las preocupaciones son diversas: desde las aulas abarrotadas, la falta de ventilación, la escasez de insumos, mobiliario hasta la vulneración de la intimidad de un paciente que debe prestarse a que los estudiantes lo miren y examinen.
Según el decano, la actitud de la asamblea ha sido demagógica. “Ha sido una actitud demagógica sacar adelante un artículo de este tipo”.
Hace unos días, un grupo de 83 docentes médicos de la UNT envió una carta abierta a la comunidad para exponer las razones por las que se oponen al acceso irrestricto en esa carrera. El cupo de ingreso este año fue de 400 alumnos, años anteriores había sido de 240. Pero son más de 1.200 los que se preinscriben y más de 2000 los que se acercan durante el año manifestando la intención de ingresar, cuentan en la facultad. Esto es lo que lleva a calcular que en 2017, al menos, ingresarán 3.000 alumnos a la carrera, al no haber restricciones.