
MUCHO MAS QUE LA ESCRITURA. Los zurdos convierten sus desafíos en habilidades y aprenden a manejar con destreza su lado más débil.-

“Albert Einstein, Leonardo Da Vinci, Isaac Newton, Miguel Angel... ¿qué tienen en común conmigo? Todos ellos, unos grandes, fueron zurdos ¡igual que yo!”. Es el mayor consuelo que tiene Benjamín Gutiérrez, un joven de 30 años, integrante de Cosplay Tucumán. “En toda mi etapa escolar eso me gustaba porque me hacía sentir que los zurdos somos inteligentes. A muchos les llamaba la atención que yo usara la izquierda para todo; me miraban como un espécimen raro, pero especial”, recuerda.
Tal como describe Benjamín es como ha ido cambiando la concepción de los zurdos: antiguamente eran mal vistos y obligados a escribir con la mano derecha. En la actualidad están más bien rodeados por un halo de misterio, alimentado por los mitos sobre su inteligencia y sobre sus supuestas habilidades especiales.
Sin embargo, para ellos todavía persisten muchas complicaciones, especialmente las que tienen que ver con la vida cotidiana. Tareas tan comunes como destapar un vino, usar un abrelatas o una tijera son grandes incomodidades. Salvo que consigan objetos diseñados para zurdos, terminan por acostumbrarse a hacer las cosas con la derecha.
Convierten los desafíos en habilidades. Aprenden a manejar su lado más débil. Y sacan ventaja. Fue el caso de Benjamín. Se volvió diestro para practicar deportes medievales, su pasión. Esa era la única forma de usar bien arcos, flechas y espadas.
Los primeros años de la escolaridad son los más complejos, según los zurdos consultados para esta nota. Por suerte, gracias a las distintas investigaciones, ahora gozan de mejor fama ya que se ha comprobado que esta modalidad para escribir y manejarse en la vida nada tiene que ver con problemas mentales, dislexias y otros mitos que durante años marcaron a los amos de la mano izquierda.
Los zurdos, que representan el 10% de la población, celebran hoy el día internacional de ellos. El objetivo de esta jornada es concientizar a la sociedad sobre las dificultades que tienen para que se vayan borrando las barreras.
Aunque existen varias hipótesis, aún no se sabe con certeza por qué una persona es zurda o diestra, según la neuróloga Florencia Salvarezza, directora del Instituto de Neurociencias & Educación. En una entrevista con LA GACETA, la experta explica que la lateralidad manual, es decir, la preferencia para el uso de una mano sobre la otra, se debería en algunos casos a la genética. Además, asegura que todos los mitos que rodean a los zurdos son falsos.
- ¿Son más creativos e inteligentes? ¿Usan más una parte del cerebro que otra? ¿qué hay de cierto en esto?
- Nada es cierto. El zurdo sólo se diferencia en que usa la mano izquierda, cognitivamente no hay diferencias y científicamente no se ha probado nada. Ninguna persona usa más una parte del cerebro que otra. El cerebro es un sistema que trabaja en red y el hombre lo usa todo. Los zurdos son iguales a todo el mundo, algunos son más creativos, lo mismo que pasa con los diestros. La única ventaja real es en el deporte porque los zurdos, el 10%, enfrentan a los diestros, el 85%. Pero no es porque necesariamente sean mejores deportistas.
- ¿Cuáles son los mitos que enfrentan los zurdos?
- Que toman más alcohol, que se mueren antes, que dan mala suerte... ninguno es cierto. Lo único verdadero es que usan la mano izquierda en un mundo que está hecho para diestros, lo cual sí es un problema: la palanca de cambios de los autos, el lugar donde se pone el vaso en el auto, las herramientas de los carpinteros o los elementos de jardinería, las llaves, los teléfonos, las computadoras, todos los productos de librería son escollos a los que los zurdos deben acomodarse. Por suerte, un gran avance es que ya no los obligan a escribir con la derecha, algo que era antinatural.
- ¿Cuál es el desafío más urgente?
- Los primeros años del aprendizaje. Los docentes deberían incluir en el listado de materiales que existen cuadernos, lapiceras, tijeras y un montón de otros elementos para zurdos. Este tipo de cosas, al igual que los pupitres invertidos, son herramientas fundamentales y producen un cambio contundente en el desarrollo escolar. Con igualdad de condiciones el zurdo puede lo mismo que cualquiera.
EL MUNDO AL REVÉS

“La anécdota que más me acuerdo es que cuando estudiaba enfermería casi desapruebo anatomía. Lo que para mí era el lado izquierdo del corazón para el resto era la parte derecha. Otra: cuando estaba aprendiendo a tocar la guitarra le cambie las cuerdas y la profe de música se perdía al enseñarme porque veía al revés. Algo que me costó: sentarme siempre a la izquierda de alguien para no chocar los codos”.
Margarita Pastoriza Ferro (audióloga)
“Mi hija, mi abuela, mi bisabuela y yo, todas zurdas. La vida es complicada porque el mundo está hecho para diestros: los bancos, las tijeras, los sacapuntas. En mi trabajo, me cuesta manejar el tema de la lateralidad. En cada prueba, como estudio los oídos, antes de colocar los cables y electrodos tengo que pensar bien cuál es el derecho y cuál el izquierdo. Nunca me acostumbro, no lo puedo hacer automáticamente”.
Fernando Rios Kissner (empresario)
“Me vi obligado a tocar la guitarra como diestro, cosa que nunca aprendí. En mi casa, mi hermano mayor era un muy buen guitarrista. No había plata para otra guitarra y no iban a cambiar las cuerdas sólo por una promesa incierta. Escribir y dibujar fue torturante siendo zurdo, ese miedo a correr la tinta...y la luz siempre te llegaba haciendo sombra sobre tu propia mano. Y sí, cambié a la fuerza: terminás comiendo sin importar con qué mano agarras qué cubierto. Lo que siempre me ofendieron son las asociaciones de lo zurdo con lo demoníaco o funesto. Por ejemplo: diestro y yo ¡siniestro!, ‘sentado a la derecha de Dios padre’... a y a la izquierda ¿que onda?, o ‘me levanté con el pie izquierdo’, ‘me pagaron por izquierda’... y la derecha ¿qué es? ¿el lado legal de las cosas? Lo mejor es descubrir que alguien es zurdo...esa condición hace que exista una complicidad con el otro, esa cosa que sólo los zurdos sabemos...eso de sabernos pocos e inteligentes, jajaja...”.
José María Klappenbach (sacerdote)
“En la Facultad, cuando estudiaba Ciencias Económicas, había un solo banco con apoyabrazos para zurdos. Si podía conseguirlo lo llevaba de un aula a otra para usarlo. Era incomodísimo tener que tomar apuntes teniendo todo el brazo tensionado y en el aire para poder escribir en el papel que estaba sobre el lado derecho. Otra cosa: el trauma de la lapicera. Por la postura de la mano, siempre la pasás sobre lo ya escrito con el consiguiente manchón. Siempre me ensuciaba todo. Consuelo: si el mundo anda mal y está gobernado por las mayorías que eligen democráticamente, y las mayorías son diestras, los zurdos no tenemos la culpa”.
Gustavo Díaz Fernandez (referente de DDHH)
“Soy zurdo y mi hermana también. Ya siendo niños compartíamos estrategias para hacer frente a un mundo diseñado para diestros. Desde ubicación de la hoja a la hora de escribir hasta el uso de útiles. Cuando estaba ingresando a segundo grado, niños de cursos más avanzados me buscaron en el recreo porque escucharon a las maestras contar que había un chico zurdo. Y como ellos lo eran, compartieron conmigo sus aprendizajes. Al día de hoy me encuentro siempre con esa solidaridad. Desde cómo hacer para escribir con pluma fuente, hasta los beneficios del mousse inalámbrico, etcétera. Siempre un zurdo orienta a otros”.
Diseños para la mano izquierda
Las cosas son más fáciles para los zurdos hoy en día en parte porque el mercado ofrece objetos especiales para ellos. Basta con dar una mirada al sitio web “Tienda de zurdos”, donde se puede hallar desde sacacorchos, abrelatas y cubiertos hasta un boomerang. Además, en las estanterías de librerías tucumanas ya hay útiles escolares básicos para quienes escriben con la izquierda: cuadernos (con el anillado superior y el margen en el lado izquierdo), sacapuntas, tijeras, set de geometría y lápices triangulares (son los ideales).








